Bigarren karlistada izan dut langai, 1872-1876 tartea hartzen duena. Agian aurrerago batean 1833-40 urteetan ariko naiz, baina gero gerokoa. Oraingo nire ekarpena hamar kapitulutan zatitu dut, irakurketa errazagoa egiteko.
1.- Karlismoaren jatorria eta Arrasateko giroa
7.- 1873ko abuztuaren 7
8.- Gerra guztiek, gutxienez, bi bando dituzte
9.- Herriko bizimodua aldatzen da
10.- 1874-1876 aldia eta gerraren amaiera
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Nioen aurrekoan, Arrasateko
udal batza ez zela elkartu 1872ko uztailaren 15 eta abuztuaren 23 bitartean – behintzat modu ofizialean, ez baita aktarik.
Hilabete luze horretan pertsonaia berriak azaltzen zaizkigu udaletxean, izen
berriak. Zer jazo zen? Dakiguna ez zaigu
udal idazkietatik iritsi, prentsatik baino. Prentsako kazetari ugari bisitatzen
ari zen Arrasate 1872ko uda hartan, Santa Agedako bainuen denboraldia
uztailaren 20an ireki baitzen.
Madrileko prentsa urte hartako ekaina eta uztailean zehar karlisten mugimenduen berri ematen ari zen, Santa Agedako balizko bezeroei arriskuaren gaineko informazioa eskainiz: ”… y la duquesa de Tetuan saldrá para los baños de Santa Águeda, si los carlistas lo permiten…” (La Epoca, 1872.06.24) Edota beste esanguratsoago hau: “Parece ser que el Sr. Sagasta (1) al despedirse de D. Amadeo, é interrogado por, éste acerca del punto á que iba á tomar baños, contestó que á Bagneres de Luzon, añadiendo que no iba á las Provincias Vascas como acostumbraba hacerlo todos los años, porque este país se hallaba infestado de partidas carlistas; al oír lo cual, según hemos oído, D. Amadeo, dijo al flamante ex-ministro que podía tomar baños en Santa Águeda, pues en caso necesario iría allí un batallón para custodiarle” (La Discusión. 1872.07-14)
Madrileko prentsa urte hartako ekaina eta uztailean zehar karlisten mugimenduen berri ematen ari zen, Santa Agedako balizko bezeroei arriskuaren gaineko informazioa eskainiz: ”… y la duquesa de Tetuan saldrá para los baños de Santa Águeda, si los carlistas lo permiten…” (La Epoca, 1872.06.24) Edota beste esanguratsoago hau: “Parece ser que el Sr. Sagasta (1) al despedirse de D. Amadeo, é interrogado por, éste acerca del punto á que iba á tomar baños, contestó que á Bagneres de Luzon, añadiendo que no iba á las Provincias Vascas como acostumbraba hacerlo todos los años, porque este país se hallaba infestado de partidas carlistas; al oír lo cual, según hemos oído, D. Amadeo, dijo al flamante ex-ministro que podía tomar baños en Santa Águeda, pues en caso necesario iría allí un batallón para custodiarle” (La Discusión. 1872.07-14)
1872ko abuztuaren 6
Abuztuaren 6an operazio berezi
bat prestatu zuten karlistek Arrasateko inguruetan. Zein zegoen operatiboaren
atzean? Ikus dezagun istorio hura eta has gaitezen, Madrileko La Época
egunkariak, 1872ko abuztuaren 8an zioenarekin:
“Podrá ser que las
partidas carlistas estén, a juicio del gobierno, completamente disueltas en las
provincias Vascongadas, pero no son de la misma opinión los bañistas de los
establecimientos de Guipúzcoa, los cuales tuvieron el martes una alarma muy
regular con la noticia de la sorpresa de que fue víctima una partida de tropa
que conducía fusiles desde Mondragón a Vergara. El gobierno había destinado
algunas armas a los voluntarios de la libertad de Mondragón, pero hubieron de
creer estos que para poca salud valía más ninguna, pues los tales fusiles más
traza tenían de cañas de pescar que de armas ofensivas y defensivas. Negáronse,
pues, a recibirlos los voluntarios de Mondragón y como no fuera prudente
conservarlos en un pueblo abierto, dióse orden de trasladarlos a Vergara y
Zumárraga. Los escoltaba un destacamento de quince o veinte hombres de cazadores
de Segorbe, y al llegar a la bifurcación de los caminos de Vergara y Oñate, del
espesísimo monte inmediato se hicieron tres descargas, que hirieron levemente a
cuatro soldados y de tal gravedad a otro, que falleció a las dos horas.
Debió el
destacamento pensar más en su propia seguridad que en las armas, porque
mientras se parapetaba en una casa inmediata, las armas fueron recogidas por la
partida en cuestión, que no es nueva, sino que data de los principios de la
sublevación, y mandada por un cura, según unos, por el dueño de un juego de
pelota, según otros, burla la activa persecución de soldados y miqueletes.
Estos, con su bravo jefe Urdampilleta a la cabeza, oyeron los tiros desde la
cuesta de Descarga, pero en la batida dada por aquellos contornos nada
encontraron, habiendo hecho nueve leguas en el día.
Los carlistas o los
malhechores, porque a ciencia cierta no se sabía en Guipúzcoa qué nombre
aplicar a los aventureros echados al campo, realizaron en el mismo día otra
proeza, la de desarmar y dejar enteramente desnudos a dos miqueletes que
custodiaban un puesto de aduana. La alarma entre los bañistas era grande y no
deben tener mucho honor a su país natal
los que así alejan la concurrencia en la estación en que propiamente puede
decirse que los vascongados hacen su agosto. Creemos, pues, que sin perjuicio
de la persecución activa a la partida, debían estacionarse fuerzas bastantes
para evitar un golpe de mano”
Madrileko El Imparcial
egunkarian, 1872ko abuztuaren 8an ere, zentzu berdintsuan informatzen zuelarik,
honakoa irakur zitekeen:
“Un pelotón de 24
soldados de Segorbe que al mando de un teniente salía a las seis de esta mañana
de Mondragón para conducir a Oñate (2) unas 60 armas de fuego, fue sorprendido a la media hora de marcha en un recodo
de la carretera, hacia el puente de San Prudencio, inmediato a la confluencia
de los caminos de Vergara y Oñate, por una facción carlista fuerte de 100
hombres aproximadamente, al mando, según dicen, de un tal Zavalo, vecino de
Alsasua, recibiendo una descarga a quema-ropa, de la cual resultaron heridos
cinco soldados, uno de ellos de gravedad, que murió a las dos horas, y quedando
las 60 armas que conducían en poder de los carlistas. Parece indudable que los
carlistas recibieron la correspondiente confidencia de Mondragón, y en este
momento nos aseguran han sido presos el alcalde y algunos más.
La presencia, sin
embargo, del valiente coronel Urdampilleta, que con sus miqueletes ha recorrido
hoy todas estas montañas en una marcha de diez leguas sin descanso alguno,
dejando una parte de su fuerza en cada uno de estos establecimientos de baños,
ha sido bastante para tranquilizar a las numerosas familias de Madrid y otros
puntos que veranean en los establecimientos de Santa Agueda y Arechavaleta”
“El Pensamiento español”
egunkariak – “katoliko, apostoliko eta erromatarra” eta karlisten aldekoa-
1872ko abuztuaren 10ean honela idazten zuen:
“Según La Época, la
partida que sorprendió a los cazadores de Segorbe y miqueletes cerca de
Mondragón, se componía de 27 hombres, de los cuales dos se habían retirado para
conducir a un caserío a otro que se había herido en una mano. Los 24 restantes,
que pertenecieron a la partida de Recondo, recibieron de alguno de Mondragón el
aviso de la conducción de fusiles, según supone el corresponsal de La Época. Dice
también que el Cura de Garagarza, el de otra anteiglesia y el alcalde y
secretario de Mondragón habían sido presos. Acusábase al primero de
complicidad en la sorpresa de las armas y de no haber querido oír en confesión
ni prestar los auxilios al cazador que después murió, así como al alcalde de no
haber suministrado lo necesario para los heridos. Excusado nos parece decir que
tales acusaciones son notoriamente calumniosas. Lo del alcalde es absurdo y no
hay sacerdote católico capaz de lo que se atribuye al Párroco de Garagarza”
Liskar armatu harekin, antza
denez, Arrasateko tropen operatibitatea txikitua geratu zen eta Madrileko
gobernuak mugimenduak egin zituen bere estrategian. Dakusagun zer dakarren La
Época egunkariak, abuztuaren 11an:
“Para extinguir la
única partida que queda en las provincias Vascongadas, se ha puesto en
movimiento numerosas fuerzas, al mando del brigadier Ruiz Dana. Éste, ganoso
sin duda de justificar su reciente entorchado, se hallaba el viernes en
Mondragón, con el batallón de cazadores de Segorbe y alguna caballería.
Aseguraba a todo el que le oía que estaba resuelto a hacer un duro escarmiento.
De la partida, sin embargo, no se había vuelto a saber nada, y es lo probable
que se haya disuelto, si no es que, escondida, medita algún otro golpe de mano.
La continua
movilidad de la tropa ha infundido confianza en los bañistas, que seguían
ocupando todos los establecimientos sin que una sola familia hubiera creído
conveniente alejarse por temor a los carlistas”
Baina ordurako, San
Prudentzioko borrokan ibilitako karlisten burua, identifikatu ez ezik baita
harrapatua ere zegoen. Manuel Santa Cruz zen erantzulea, Santa Cruz Apaiza
gerrillaria, eta huraxe izango zen, apaizak gerrako bere ibilbidean urte
hartan izango zuen azken geltokia. La Época-k ere abuztuaren 9an, informazio
orokorrean erdi galduta, Santa Cruz apaiza atzeman zutelako albistea ematen
zuen:
“El jefe de
miqueletes Urdampilleta, con los individuos puestos a sus órdenes y la segunda
compañía de Segorbe, ha hecho prisionero en los altos de Besaide, Vizcaya, al
cabecilla cura de Hernialde, don Manuel Santa Cruz, jefe de la partida que
asaltó cerca de Mondragón a una fuerza del ejército que conducía armas de
fuego. Dicho prisionero ha sido conducido a Aramayona. Las fuerzas de
Urdampilleta continúan su batida contra el resto de dicha partida”
“El Pensamiento español”
egunkari karlistak 1872ko abuztuaren 10ean, aurreko albisteari buruz argitaratu
zuen:
“Acerca del Presbítero Sr. Santa Cruz, preso, no
sabemos en qué condiciones, dice La Época: “Conducido a Aramayona, confesó
quién era, que llevaba 900 reales para racionar su gente y que no se había
presentado a indulto por creer espirado el plazo. También declaró, y esto es
importante, que las ordenes superiores eran para que todas las partidas se
disolviesen, guardando las armas en lugar seguro” Nos parece destituido de todo
fundamento lo relativo a la declaración del Sr. Santa Cruz, especialmente lo de
la órden de disolución"
Baina gauza gogorrak gertatzen
ari ziren Arrasaten eta Madrileko prentsatik zetorren albiste jario ez zuzenari
aurre egin nahi izan zion Miguel Madinabeitia udal idazkariak. Ikusi dugun bezala, Madinabeitiak zuzen
zuzenean segitu zuen urte hartako gora behera guztien prozesua. Bestalde, ezaguna
zen ez zituela karlistak gogoko. Horregatik, ondoko eskutitzean dioena
gertatutakoaren deskribapen zuzena dela
esango nuke. Dakusagun, beraz, “El Pensamiento Español” egunkariaren
zuzendariari azaldutakoa. Honela zioen:
“He visto en el
número 3825 de su ilustrado periódico que el corresponsal de La Época refiere
con bastante exactitud lo ocurrido en las inmediaciones de esta villa la mañana
del día 6; pero las apreciaciones que después hace y la alusión a mi persona
como secretario de este ayuntamiento, me obligan a tomar la pluma para
desvanecer ciertos conceptos que en lo demás aparecerían como absurdos y
calumniosos.
Empezaré por decir
que el honrado y laborioso industrial D. José Mendizabal ejercía el cargo de
alcalde por delegación, contra su voluntad y nada más que porque otros fueron
más afortunados que él para desprenderse de tan pesada carga. Jamás he oído, ni
creo que hubiese conspirado, ni poco ni mucho en política, pues debo pensar que
tiene bastante que hacer en atender a los 30 ó 40 operarios que trabajan en su
taller de cerrajería. Lo que sí puedo asegurar, sin temor de ser desmentido, es
que aquel hombre apenas hizo la digestión desde el momento en que por no querer
recibir los voluntarios las armas que a solicitud suya se habían traído, se
persuadió de que habría que devolverlas a San Sebastián.
Impaciente por el
deseo del acierto y por evitar que incurriera en responsabilidad, dio los pasos
oficiales que tenía que dar, y dispuesto un bagaje carro para la conducción,
pidió y obtuvo del jefe de destacamento de este pueblo un piquete de soldados
para la custodia, así como otro de miqueletes para el propio fin. ¿No bastan
estos precedentes para conceder a un funcionario público la buena fe? ¿O han de ser responsables los alcaldes de
los pueblos de cuantos incidentes desgraciados ocurra a la tropa.
Sangre de horchata
se quisiera tener para oír impasible que el alcalde fue acusado de no haber
administrado lo necesario para los heridos. Semejante acusación, lanzada a
un pueblo que, con relación a sus recursos, es el más castigado de España,
porque van cuatro meses largos que está convertido en comedero, es
soberanamente ridículo. Bien se conoce que el corresponsal de La Época no ha
pasado quince días entre nosotros y, por consiguiente, ignora nuestro carácter
franco y hospitalario. Precisamente en suministrar lo necesario a los heridos
es en lo que mayor celo y actividad desplegó el Sr. Mendizabal, pues tan luego
como se tuvo noticia de la sorpresa y de que, desgraciadamente, hubo
derramamiento de sangre, voló él mismo a preparar el coche a fin de que los
facultativos titulares acudieran con celeridad al sitio, llevando además una
camilla que se hizo para el infortunado Uribarri, y se hallaba sin estrenar.
Recogidos los cinco heridos en el hospital, se
presentó el alcalde al capitán jefe de los cazadores de Segorbe, destacados en
esta villa, a ofrecerle sus servicios, y esta prueba de sumisión le valió el
ser vejado públicamente y encerrado en la cárcel, sin miramiento alguno y cual
si fuese un salteador. Como uno de los heridos se hallase de gravedad, fue
llamado y acudió presuroso el párroco de esta villa D. José María de Betolaza,
virtuoso e ilustrado sacerdote, que prodigó al moribundo los consuelos de la
religión católica, y le preparó para la vida eterna. Es de notar que al salir
de su casa este señor, en cumplimiento de su sagrado ministerio, fue insultado
a su paso por unos hombres armados que, lo digo con satisfacción, no son soldados
del ejército; pues estos, valientes en la lid, saben respetar, cual otro
ninguno, a los ministros del señor.
He aquí desvanecida
la especie de que el Cura de Garagarza se había negado a oír en confesión al
desgraciado cazador que murió. Garagarza es barrio distante tres cuartos de
hora de Mondragón, y aunque depende de su municipio desde 1391, como parroquia
es independiente, y mal podía habérsele llamado a su cura para asistir en el
hospital de la villa. El afán de perseguir a esta respetable cuanto desgraciada
clase, no omite medio alguno, por absurdo que parezca, y es uno de tantas la
patraña que he referido.
El día 7 por la mañana, mientras se celebraba el
entierro del malogrado cazador (que el cabildo lo ha hecho de gracia y sin
retribución alguna) formó en la plaza como una compañía de tropa y fueron
bajados de las cárceles D. José Mendizabal, alcalde, D. José Mendia, secretario
del juzgado municipal, y Francisco Balanzategui, carretero que condujo las
armas. Se hizo venir bajo un especioso pretexto al inofensivo D. Cecilio
Arzubialde, cura, administrador del hospital, y todos fueron atados codo con
codo, y salieron entre bayonetas con dirección a Aramayona, cometiendo igual
atropello a su paso con el cura de Garagarza, cuyo triste cuadro hirió la sensibilidad
de cuantos tuvimos la desgracia de contemplarlo. Quiera Dios que los presuntos
culpables, justificada completamente su inocencia, no tarden en restituirse a
sus casas, para tranquilizar a sus atribuladas familias que hoy lloran su
ausencia. Miguel de Madinabeitia. Mondragón 12 de agosto de 1872”
Jose Mendizabal alkatea, Joxe “Txakolin” gaitzizenarekin
ezagutua, industriala zen eta sarrailgintzako enpresarik handienetakoa zeukan
Arrasaten. Madinabeitiak – goian nioen moduan, karlisten etsai amorratua- berak
ikusitakoaren defentsa egin zuen bere alegatoan. Hala ere, Madrileko prentsak jo eta je ihardun zuen alkatearen... eta baita Madinabetiaren beraren kontra ere. Arrasateko kaleetan izua
izango zen ordu haietan, zalantzarik gabe, beti bezala hiritargo zibila zelarik
gehien pairatu zuena. Aramaiora eraman zituzten presoak, Aramaion seguruagoak
edukiko zituztelakoan. Artean Aramaio gubernamentalen eskuetan zegoen eta une
haietan ere Gasteizen Primo de Rivera jenerala zegoen, tropa espainiarren
Euskal Herriko Kapitan Nagusia. Azkenik, presoak Gasteizera eraman zituzten.
(1) Sagasta lehen ministro ohiari buruz ari da eta Amadeo de Saboya orduko
erregea da bestea
(2) Ez dut uste Oñatitik joango zirenik Zumarragara.
(2) Ez dut uste Oñatitik joango zirenik Zumarragara.
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