|
Arrasate, 1905 inguruan |
Zenbat aldiz egin
behar izan diogu aurre goiburuko esaerari?
Txantxa izan da sarritan erantzuna – gehien bat inguruko herrietan baina
baita haratago ere- solaskideari nongoak ginen azaldu bezain laster. Miguel Madinabeitiak
gai honetaz idatzi zuen 1886ko abenduan, El Noticiero Bilbaíno egunkarian. Artikuluaren hasieran dioenez, inork gutxik
gogoratzen zuen esaera XIX.aren amaieran, baina errealitatea da XX-an behintzat
bizirik irauten zuela. Demaiogun hitza Madinabeitiari:
“Utsa urrian, como con inimitable gracia dicen en Eibar
cuando se ha dado importancia a una cosa que no la tiene: así yo me propongo
vindicar un epigrama de mal gusto, cuando ya se halla gastado y nadie se
acuerda de él.
Allá cuando yo era chico y
comencé mis primeras escapatorias a Aramayona por las fiestas de San Martin, y
a Arechavaleta por las de San Roque, rara vez salía libre del sarcasmo de
alguna viejecita que me regalaba el oído con aquello de: en tu pueblo
robaron los calzones al rey: Mondragón, cada casa un ladrón, haciendo yo
coro con las coletas “en casa del
alcalde, hijo y padre; en la del cura, hasta la mula; y en la del alguacil,
hasta el candil” adoptando esta actitud, no por temperamento sino por
mantenerme en la benevolencia y dilatar todo lo posible la hora en que los
chicos del pueblo nos lanzaran a pedradas a los del pueblo distinto, como fin y
postre de las fiestas en aquel tiempo.
|
Dolara notarioaren sinadura |
Algunos años después, cuando mi destino me proporcionó la
ocasión de remover papeles viejos, tomé con verdadero empeño el averiguar qué
había de cierto acerca del estigma que acompaña
al nombre de mi pueblo, porque sabido es que no hay máxima, axioma, epígrama,
refranes ni proverbios que no tengan su orígen y parte históricas. De mis
investigaciones no saqué otra cosa sino que hubo reyes antiguos y modernos que
transitaron por este pueblo, y algunos que pernoctaron en él, sin que dejaran
noticia de haberse dejado robar.
Esta opinión era rebatida tenazmente por un señor notario,
una cosa así como el escribano de Garagarza que nos pinta Becerro de Bengoa en
una de sus preciosas leyendas: hombre celoso en el cumplimiento de su deber,
algo corto de tijera, como yo, pero que me llevaba quince y raya en la
credulidad, puesto que aseguraba que el robo de una maletita de ropa al rey
era un hecho y que el sumario a consecuencia
instruido se llevó al archivo de Simancas, donde decía que existe. No
hay que demostrar que ante una afirmación tan rotunda y más en boca de notario,
dí asenso a esa tradición como si fuera artículo de fé”
Madinabeitiak ez digu
notarioaren izena ematen baina Juan Jose Dolara Sologaistoa delakoan nago. Arrasateko notarioa izan zen urte luzez eta jubilatu ondoren Gasteizera
aldatu zen bizitzera eta bertan hil zen, 1873ko azaroaren 12an. Hain justu,
Madinabeitia udal zerbitzutik kanpo geratu zenean. Segitzen du arrasatear udal
idazkariak:
“En esto llegó el verano del año 73, y las autoridades
carlistas me dejaron de patitas en la calle por el enorme crímen de haber jurado
la Constitución del 69 sin salvedad, y por el no menos enorme crímen de haber
empuñado un fusil de nacional (sacrificios estériles que al fin no me han
servido para librar a mis hijos de quintas) y para suavizar las asperezas de mi
nueva situación recurrí a mis mejores amigos que tengo, que son mis libros, y
en el primero que acerté a leer descubrí el orígen del feo e injusto adagio que
persigo.
¡Rara coincidencia! Por
aquellos días falleció en Vitoria el bueno del Notario, cuya muerte me causó
doble sentimiento, porque después de todo me privó del gusto que hubiese tenido
de darle un solemne mentís acerca de la creencia que había acariciado toda su
vida y me había hecho a mí deglutir como píldora amarga.
El origen del epigrama de que
me ocupo es tan antiguo que se remonta al año de 1236, y no tuvo ni tenía nada
que ver con Mondragón, porque hasta 24 años más tarde seguía este pueblo con su
primitivo nombre de Arrasate. Es un episodio de la guerra de cristianos contra
los moros, acaecido en Malagón, pueblo perteneciente hoy a la provincia de
Ciudad Real, reinando en Castilla y León el rey D. Fernando III el Santo”
Eta, hain zuzen,
Madinabeitiak dioen moduan, literaturari jarraikiz Malagon herriari aplikatu
zitzaion adagioa.
|
Malagón |
Baina ez dago
gertaera errealean oinarritua, arrasatear kronistak uste bide zuen bezala. Istorioa Mateo Alemanek (Sevilla, 1547) idatzitako “El pícaro Guzmán
de Alfarache” obrarako asmatutakoa da. Eta Malagonetik Mondragonera? … Aipatu obra horretan ez zaio Fernando III
erregeari ezer gertatzen bere galtzekin. Esaera beste testuinguru batean
jartzen da, hain zuzen Malagongo alkatea eta semea lapur antzean ari
baitziren. “Malagón en cada casa un ladrón, y en la del alcalde quedan hijo y
padre” idatzi zuen Alemanek. Beraz, Madinabeitiak ez zuen frogatu
Mondragón herriari ezer leporatzearen errakuntza. Orduan, galderak bizirik segitzen du:
lapurtuko ote zioten erregeren bati
galtza Arrasaten? Egongo al zen zuzen Dolara notarioa?