Arrasateko Club Deportivo Mondragón futbol elkarteak entrenatzaile ingelesa izan zuen XX. mendearen hasieran. Oso gutxi iraun bazuen ere, entrenatzaile mitikoa bilakatu zen; beharbada herriak bere neurrietatik atera zuen pertsonaia hark jokalari sarrailagileekin egindakoa, baina errealitatea da hamarkadetan herriko futbol zaleen baitan Mr. Harris-en irudia egon zela bizirik. Idatzi nuen bere egunean ingelesari buruz, eta gaur ere dakart zutabe honetara, hain zuzen Arrasatetik alde egin baino lehen egin zioten omenaldia aitzakia hartuta.
1927ko apirilaren 2an eskaini zioten agur
afaria jokalariek eta klubeko agintariek, bezperan amaitu baitzen Harris jauna
eta CDM lotzen zituen hitzarmena. Hori dela eta, egun haietako batean
Arrasateko prentsa korrespontsal batek bere egunkarian ondoko lerroak idatzi
zituen Mr. Harrisi buruz;
“Mister Harris se va. El entrenador que tanto
ha enseñado al equipo del Club Deportivo Mondragón, el masajista sin igual se
nos marcha, dejándonos un grato recuerdo de su corta estancia entre nosotros.
No ha hecho más que seis meses, que han sido suficientes para captarse las
simpatías de todo el pueblo. Todo el tiempo que ha estado en ésta lo ha
dedicado enteramente a entrenar a nuestro equipo, y gracias a él, los
“equipiers” de nuestra primera entidad deportiva han aprendido mucho, pues él
ha sabido explicarles los secretos del viril deporte de la Rubia Albión.
Como despedida, hemos querido charlar un rato
con él, y ofrecer a los lectores la conversación sostenida:
¿Cuándo y cómo vino usted a España?
El primero de mayo de 1922. El Real Unión de
Irún me contrató para tres semanas a fin de preparar a su equipo para la final
del campeonato de España, que debía jugar en Vigo con el F.C.Barcelona.
Al ver los resultados que había dado mi
entrenamiento me contrataron para un año, y estando en Irún fui como masajista
acompañando al equipo vasco a Sud América.
A mi regreso de tierras americanas me contrató
el C.A.Osasuna de Pamplona, y cuando terminé el compromiso en la capital
navarra regresé a Fuenterrabía.
Me dirigí luego a Mondragón y vine a esta a fines de octubre, encontrándome a mi llegada a esta villa con que había terminado la primera vuelta del campeonato y el equipo de Mondragón no contaba en su haber con un solo punto. Entrené al equipo con cariño y éste, al terminar la segunda vuelta, contaba con once puntos, tres menos que el campeón del distrito"