Santa Agedako Bainuak denboraldi betean zeuden
1872ko uztailean, karlisten eta Madrileko gobernuaren arteko liskarrak Arrasate
eta ondoko herrietan bere lehen hautsak harrotu zituenean. Gorteko pertsonalitate asko zeuden Santa
Agedan eta gobernuak modu berezian zaindu nahi izan zituen inguru haiek. Baina
karlistak ez ziren, jakina, geldi egoteko armatu eta erasoak gero eta
grabeagoak gertatzen ari ziren gobernuaren tropentzat.
Abuztuaren 6an operazio berezi bat prestatu
zuten karlistek Arrasateko inguruetan. Zein zegoen operatiboaren atzean? Ikus
dezagun istorio hura eta has gaitezen, Madrileko La Época egunkariak, 1872ko
abuztuaren 8an zioenarekin:
“Podrá
ser que las partidas carlistas estén, a juicio del gobierno, completamente disueltas
en las provincias Vascongadas, pero no son de la misma opinión los bañistas de
los establecimientos de Guipúzcoa, los cuales tuvieron el martes una alarma muy
regular con
la noticia de la sorpresa de que fue víctima una partida de tropa
que conducía fusiles desde Mondragón a Vergara. El gobierno había destinado
algunas armas a los voluntarios de la libertad de Mondragón, pero hubieron de
creer estos que para poca salud valía más ninguna, pues los tales fusiles más
traza tenían de cañas de pescar que de armas ofensivas y defensivas. Negáronse,
pues, a recibirlos los voluntarios de Mondragón y como no fuera prudente
conservarlos en un pueblo abierto, dióse orden de trasladarlos a Vergara y
Zumárraga. Los escoltaba un destacamento de quince o veinte hombres de
cazadores de Segorbe, y al llegar a la bifurcación de los caminos de Vergara y
Oñate, del espesísimo monte inmediato se hicieron tres descargas, que hirieron
levemente a cuatro soldados y de tal gravedad a otro, que falleció a las dos
horas.
Debió
el destacamento pensar más en su propia seguridad que en las armas, porque
mientras se parapetaba en una casa inmediata, las armas fueron recogidas por la
partida en cuestión, que no es nueva, sino que data de los principios de la
sublevación, y mandada por un cura, según unos, por el dueño de un juego de
pelota, según otros, burla la activa persecución de soldados y miqueletes.
Estos, con su bravo jefe Urdampilleta a la cabeza, oyeron los tiros desde la
cuesta de Descarga, pero en la batida dada por aquellos contornos nada
encontraron, habiendo hecho nueve leguas en el día.
Los
carlistas o los malhechores, porque a ciencia cierta no se sabía en Guipúzcoa
qué nombre aplicar a los aventureros echados al campo, realizaron en el mismo
día otra proeza, la de desarmar y dejar enteramente desnudos a dos miqueletes
que custodiaban un puesto de aduana. La alarma entre los bañistas era grande y
no deben tener mucho honor a su país
natal los que así alejan la concurrencia en la estación en que propiamente
puede decirse que los vascongados hacen su agosto. Creemos, pues, que sin
perjuicio de la persecución activa a la partida, debían estacionarse fuerzas
bastantes para evitar un golpe de mano”
Madrileko
El Imparcial egunkarian, 1872ko abuztuaren 8an ere, zentzu berdintsuan
informatzen zuela, honakoa irakur zitekeen:
“Un pelotón
de 24 soldados de Segorbe que al mando de un teniente salía a las seis de esta
mañana de Mondragón para conducir a Oñate unas 60 armas de fuego, fue
sorprendido a la media hora de marcha en un recodo de la carretera, hacia el
puente de San Prudencio, inmediato a la confluencia de los caminos de Vergara y
Oñate, por una facción carlista fuerte de 100 hombres aproximadamente, al
mando, según dicen, de un tal Zavalo, vecino de Alsasua, recibiendo una
descarga a quema-ropa, de la cual resultaron heridos cinco soldados, uno de
ellos de gravedad, que murió a las dos horas, y quedando las 60 armas que
conducían en poder de los carlistas. Parece indudable que los carlistas
recibieron la correspondiente confidencia de Mondragón, y en este momento
nos aseguran han sido presos el alcalde y algunos más.
La
presencia, sin embargo, del valiente coronel Urdampilleta, que con sus
miqueletes ha recorrido hoy todas estas montañas en una marcha de diez leguas
sin descanso alguno, dejando una parte de su fuerza en cada uno de estos
establecimientos de baños, ha sido bastante para tranquilizar a las numerosas
familias de Madrid y otros puntos que veranean en los establecimientos de Santa
Agueda y Arechavaleta”
“El
Pensamiento español” egunkariak – “katoliko, apostoliko eta erromatarra” eta
karlisten aldekoa- 1872ko abuztuaren 10ean honela idazten zuen:
“Según
La Época, la partida que sorprendió a los cazadores de Segorbe y miqueletes
cerca de Mondragón, se componía de 27 hombres, de los cuales dos se habían
retirado para conducir a
un caserío a otro que se había herido en una mano. Los
24 restantes, que pertenecieron a la partida de Recondo, recibieron de alguno
de Mondragón el aviso de la conducción de fusiles, según supone el corresponsal
de La Época. Dice también que el Cura de Garagarza, el de otra anteiglesia y
el alcalde y secretario de Mondragón habían sido presos. Acusábase al
primero de complicidad en la sorpresa de las armas y de no haber querido oír en
confesión ni prestar los auxilios al cazador que después murió, así como al
alcalde de no haber suministrado lo necesario para los heridos. Excusado nos
parece decir que tales acusaciones son notoriamente calumniosas. Lo del alcalde
es absurdo y no hay sacerdote católico capaz de lo que se atribuye al Párroco
de Garagarza”
Aurrera jo baino lehenago, argi dezadan, itxura guztien arabera borroka armatu hura Artzubi baserriaren ondoan izan zela. Liskar harekin, antza denez, Arrasateko tropen operatibitatea txikitua geratu
zen eta Madrileko gobernuak mugimenduak egin zituen bere estrategian. Dakusagun
zer dakarren La Época egunkariak, abuztuaren 11an:
“Para
extinguir la única partida que queda en las provincias Vascongadas, se ha puesto
en movimiento numerosas fuerzas, al mando del brigadier Ruiz Dana. Éste, ganoso
sin duda de justificar su reciente entorchado, se hallaba el viernes en
Mondragón, con el batallón de cazadores de Segorbe y alguna caballería.
Aseguraba a todo el que le oía que estaba resuelto a hacer un duro escarmiento.
De la partida, sin embargo, no se había vuelto a saber nada, y es lo probable
que se haya disuelto, si no es que, escondida, medita algún otro golpe de mano.
La
continua movilidad de la tropa ha infundido confianza en los bañistas, que
seguían ocupando todos los establecimientos sin que una sola familia hubiera
creído conveniente alejarse por temor a los carlistas”
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Santa Cruz apaiza eta bere taldea |
Baina ordurako, Artzubiko borrokan
ibilitako karlisten burua, identifikatu ez ezik baita harrapatua ere zegoen.
Manuel Santa Cruz zen erantzulea, Santa Cruz Apaiza gerrillaria, eta huraxe
izango zen, apaizak gerrako bere ibilbidean izango zuen azken geltokia 1872an. La Época-k
ere abuztuaren 9an, erdi galduta informazio orokorrean, Santa Cruz apaiza
atzeman zutelako albistea ematen zuen:
“El jefe de miqueletes Urdampilleta, con
los individuos puestos a sus órdenes y la segunda compañía de Segorbe, ha hecho
prisionero en los altos de Besaide, Vizcaya, al cabecilla cura de Hernialde,
don Manuel Santa Cruz, jefe de la partida que asaltó cerca de Mondragón a una
fuerza del ejército que conducía armas de fuego. Dicho prisionero ha sido conducido
a Aramayona. Las fuerzas de Urdampilleta continúan su batida contra el resto de
dicha partida”
“El
Pensamiento español” egunkari karlistak 1872ko abuztuaren 10ean, aurreko
albisteari buruz argitaratu zuen:
“Acerca del Presbítero Sr. Santa
Cruz, preso, no sabemos en qué condiciones, dice La Época: “Conducido a
Aramayona, confesó quién era, que llevaba 900 reales para racionar su gente y
que no se había presentado a indulto por creer espirado el plazo. También
declaró, y esto es importante, que las ordenes superiores eran para que todas
las partidas se disolviesen, guardando las armas en lugar seguro” Nos parece
destituido de todo fundamento lo relativo a la declaración del Sr. Santa Cruz,
especialmente lo de la órden de disolución”
Baina gauza gogorrak gertatzen ari ziren Arrasaten
eta Madrileko prentsatik zetorren albiste jario ez zuzenari aurre egin nahi
izan zion Miguel Madinabeitia udal idazkariak. Horretarako eskutitz bat bidali
zion “El Pensamiento Español” egunkariaren zuzendariari. Honela zioen abuztuaren 14an publikatutakoak:
“He
visto en el número 3825 de su ilustrado periódico que el corresponsal de La
Época refiere con bastante exactitud lo ocurrido en las inmediaciones de esta
villa la mañana del día 6; pero las apreciaciones que después hace y la alusión
a mi persona como secretario de este ayuntamiento, me obligan a tomar la pluma
para desvanecer ciertos conceptos que en lo demás aparecerían como absurdos y
calumniosos.
Empezaré
por decir que el honrado y laborioso industrial D. José Mendizabal ejercía el
cargo de alcalde por delegación, contra su voluntad y nada más que porque otros
fueron más afortunados que él para desprenderse de tan pesada carga. Jamás he oído,
ni creo que hubiese conspirado, ni poco ni mucho en política, pues debo pensar
que tiene bastante que hacer en atender a los 30 ó 40 operarios que trabajan en
su taller de cerrajería. Lo que sí puedo asegurar, sin temor de ser desmentido,
es que aquel hombre apenas hizo la digestión desde el momento en que por no
querer recibir los voluntarios las armas que a solicitud suya se habían traído,
se persuadió de que habría que devolverlas a San Sebastián.
Impaciente
por el deseo del acierto y por evitar que incurriera en responsabilidad, dio
los pasos oficiales que tenía que dar, y dispuesto un bagaje carro para la
conducción,
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Segorbeko Ehiztariak
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pidió y obtuvo del jefe de destacamento de este pueblo un piquete
de soldados para la custodia, así como otro de miqueletes para el propio fin.
¿No bastan estos precedentes para conceder a un funcionario público la buena fe? ¿O han de ser responsables los alcaldes
de los pueblos de cuantos incidentes desgraciados ocurra a la tropa?
Sangre
de horchata se quisiera tener para oír impasible que el alcalde fue acusado
de no haber administrado lo necesario para los heridos. Semejante
acusación, lanzada a un pueblo que, con relación a sus recursos, es el más
castigado de España, porque van cuatro meses largos que está convertido en comedero,
es soberanamente ridículo. Bien se conoce que el corresponsal de La Época no ha
pasado quince días entre nosotros y, por consiguiente, ignora nuestro carácter
franco y hospitalario. Precisamente en suministrar lo necesario a los heridos
es en lo que mayor celo y actividad desplegó el Sr. Mendizabal, pues tan luego
como se tuvo noticia de la sorpresa y de que, desgraciadamente, hubo
derramamiento de sangre, voló él mismo a preparar el coche a fin de que los
facultativos titulares acudieran con celeridad al sitio, llevando además una
camilla que se hizo para el infortunado Uribarri, y se hallaba sin estrenar.
Recogidos los cinco heridos en el
hospital, se presentó el alcalde al capitán jefe de los cazadores de Segorbe,
destacados en esta villa, a ofrecerle sus servicios, y esta prueba de sumisión
le valió el ser vejado públicamente y encerrado en la cárcel, sin miramiento
algunoy cual si fuese un salteador. Como uno de los heridos se hallase de
gravedad, fue llamado y acudió presuroso el párroco de esta villa D. José María
de Betolaza, virtuoso e ilustrado sacerdote, que prodigó al moribundo los
consuelos de la religión católica, y le preparó para la vida eterna. Es de
notar que al salir de su casa este señor, en cumplimiento de su sagrado
ministerio, fue insultado a su paso por unos hombres armados que, lo digo con
satisfacción, no son soldados del ejército; pues estos, valientes en la lid,
saben respetar, cual otro ninguno, a los ministros del señor.
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Mikeleteak |
He
aquí desvanecida la especie de que el Cura de Garagarza se había negado a oír
en confesión al desgraciado cazador que murió. Garagarza es barrio distante
tres cuartos de hora de Mondragón, y aunque depende de su municipio desde 1391,
como parroquia es independiente, y mal podía habérsele llamado a su cura para
asistir en el hospital de la villa. El afán de perseguir a esta respetable
cuanto desgraciada clase, no omite medio alguno, por absurdo que parezca, y es
uno de tantas la patraña que he referido.
El día 7 por la mañana, mientras se
celebraba el entierro del malogrado cazador (que el cabildo lo ha hecho de
gracia y sin retribución alguna) formó en la plaza como una compañía de tropa y
fueron bajados de las cárceles D. José Mendizabal, alcalde, D. José Mendia,
secretario del juzgado municipal, y Francisco Balanzategui, carretero que
condujo las armas. Se hizo venir bajo un especioso pretexto al inofensivo D.
Cecilio Arzubialde, cura, administrador del hospital, y todos fueron atados
codo con codo, y salieron entre bayonetas con dirección a Aramayona, cometiendo
igual atropello a su paso con el cura de Garagarza, cuyo triste cuadro hirió la
sensibilidad de cuantos tuvimos la desgracia de contemplarlo. Quiera Dios que
los presuntos culpables, justificada completamente su inocencia, no tarden en
restituirse a sus casas, para tranquilizar a sus atribuladas familias que hoy
lloran su ausencia. Miguel de Madinabeitia. Mondragón 12 de agosto de 1872”
Jose Mendizabal alkatea, Joxe “Txakolin”
gaitzizenarekin ezagutua, industriala zen eta sarrailgintzako enpresarik
handienetakoa zeukan Arrasaten (1) Madinabeitiak – karlisten etsai amorratua zena-
berak ikusitakoaren defentsa egin zuen bere alegatoan. Arrasateko kaleetan izua
izango zen ordu haietan, zalantzarik gabe, beti bezala hiritargo zibila zelarik
gehien pairatu zuena. Aramaiora eraman zituzten presoak, Aramaion seguruagoak edukiko
zituztelakoan. Artean Aramaio gubernamentalen eskuetan zegoen eta une haietan ere
Gasteizen Primo de Rivera jenerala zegoen, tropa espainiarren Euskal Herriko
Kapitan Nagusia. Azkenik presoak Gasteizera eraman zituzten.
Errepresioak segitu zuen Arrasaten eta "El
Pensamiento español"en 1872ko abuztuaren 29ko zenbakian irakurtzen da:
“En esta villa desde el anochecer se
reparten los miqueletes por las calles en grupos considerables y ocupan la
noche en insultar a los carlistas, a cuyas puertas entonan canciones las más
agresivas y no pocas veces obscenas, siendo el fin de tan repugnante escena y
soeces amenazas. Las autoridades deben complacerse con el proceder de los
miqueletes, cuando nada hacen para evitarlo”
Urtebete inguru geroago -1873ko abuztuaren 7- karlistak
sartuko ziren garaile Arrasatera eta orduan beste pelikula desberdin bat ikusi
ahal izan zen.Madinabeitiari ere tokatuko zaio orduan berea. 1872an alkatea girien aurrean defendatzeagatik; 1873an, karlistei aurre egiteagatik.
(1) Ferrerias eta parrokiaren arteko kantoian zegoen Txakolinen lantegia, urtzagintza eta sarrailgintzan espezialdua. 1887an Vergarajauregi, Resusta y Cia enpresari saldu zion Txakolinek berea, langile guztiak erosleak hartuz.
KARLISTEN GAINEKO GEHIAGO
Santa Cruz Apaizaren gerrillariak Arrasaten eta Aramaion:
Santa Cruz apaiza Aramaion:
Karlistak
Arrasatera sartzen dira, 1873 (1):
Karlistak
Arrasatera sartzen dira, 1873 (2):
Aramaioko telegrafo karlista:
Karlistak Aramaion. 1837:
Karlistek fusilatua Arrasaten. 1836
Udal taldearen dimisioa Aramaion. 1872:
Argazkiak: JMVM