Ibilaldi eta bisita gidatuak ez dira gaur
egunekoak, jakina. Txoko honetan azaldu nahi dudana ere ez zen maila horretan
sartzen baina ondoko abenturako protagonista bati esker, egiten zaigun deskribapenak
eramangarriago bilakatzen du Arrasatetik Aramaioko Krutzeta gainerainoko joan
etorria. Miguel Madinabeitiari nagokio, noski, eta bere eskutik eramango gaitu,
goizeko 10´30etan hasi eta – mahai baten inguruan- gaueko 11etan amaitu zen martxan zehar. “La Voz de Guipuzcoa” egunkariaren 1894ko urriaren
25ean publikatu zioten, lehen orrialdean, ondoko idazki luzea.
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San Adrian baseliza |
“La
fuente de San Adrián. Entre no escribir nada por falta de asuntos de
interés local, como aquí sucede, a escribir algo que, aunque carezca de ese interés
no agravia al público y estimula mis aficiones, he optado por el segundo de
estos extremos, con la esperanza de que Vd., señor director, será ahora más
indulgente que lo sería, acaso, en plena época veraniega. Y sin más preámbulos
para no alargar, entro en la materia.
Allá en los comienzos de la última guerra
civil, regresando de Vitoria por los altos de Cruceta, se ofreció a mi vista el
panorama más encantador. De frente una espaciosa rampa matizada de flores y
finísima yerba, de donde se divisaban las pintorescas montañas que dividen a
Alava de Guipúzcoa; a la derecha veía Salinas, Escoriaza y la carretera
general, y a la izquierda el frondoso valle de de Aramayona, cuyo era el
terreno que estaba pisando, y a mi lado una pequeña colina en cuya cúspide se
alza la solitaria ermita de San Adrián, y a su pie un peñasco rojizo que al
pronto me pareció alguna ropa colorada que había quedado allí olvidada. Al acercarme
al sitio fue agradable mi sorpresa de encontrarme en una fuente de fresca y
cristalina agua ferruginosa, donde apagué mi sed y me propuse volver algún día
expresamente a visitarla”
Jesus Mari Elejalderen "Ermitas y caminos del Valle de Aramaiona" liburuan irakur daitekeenez, aurreko garaietako aramaixoarrek "Danborralde" deiturarekin ezagutzen zutela baseliza. Zer dela eta? Madinabeitiak aipatutako azken gerra karlistan, Aramaio ibar osoko biztanleak beldurtzearren baselizako zelaitik danbor hotsak jotzen zirelako. Bestalde, beste behin
ere idatzi nuen mendi-bide horren gain, hain zuzen ere San Frantzisko Xabierrek
egin bide zuena.
“Así han transcurrido veintiún años y, por
fin, el domingo 26 de septiembre (1) último a las diez y media de la mañana
emprendimos el amigo Andrés y yo la jornada, dejando la carretera a los
doscientos pasos, poco más, desde la calle que dista el crucero de Arrasate,
donde se toma el monte. Allí existió la antiquísima ferrería de su nombre,
transformada hoy en fábrica harinera de D. Higinio Resusta, donde tiene montado
el dinamo que dota de luz eléctrica a la población.
Yo conocí en
aquel punto una vetusta columna redonda de piedra arenisca labrada, de más de
cuatro metros de altura que remataba una tosca cruz, que la tradición popular
señalaba como el sitio donde el rey Alfonso VIII, el de las Navas, juró los
fueros de Guipúzcoa, cuando su voluntaria entrega a la corona de Castilla el
año 1200. Aquel memorable suceso está representado en la magnífica vidriera que
da luz y es ornamento de la suntuosa escalera del palacio de la Provincia; pero
cuando los publicistas se ocupan de este asunto, tienen el especial cuidado de
no citar el nombre del pueblo donde se efectuó. Que en Mondragón sucediera aquello
sea tal vez cuento; pero es el caso que así se lee en el libro de Egaña y en el
libro de Iztueta.
Y como va de
cuento, al subir la cuesta de Olandiano me recordó Andrés las consejas que
cuando niños deleitaban nuestra imaginación, creyendo que el dragón había
surcado con su cola aquel camino, y que los ferrones le abrasaron con el hierro
candente agoyá (2) de que tuvo
orígen el Abrasate, transformado luego en Arrasate, nombre que en lo antiguo
llevó el pueblo. Así ganamos el sitio de
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Gipuzkoako foruei zin eginez, Alfontso VIII |
Olandiano, donde existió la ermita del
Cristo, cuya efigie se conserva, y pasando por Miravalles y Mandoin, hicimos
alto en el sombrío hayedal de Nafarrena, ya jurisdicción de Arechavaleta, y
antes de tres cuartos de hora llegamos desde allí a la venta de Muru, enclavada
en el barrio o anteiglesia de Uncella, término municipal de Aramayona en Alava.
Mientras yo
esperaba bajo un castaño, subió Andrés a la venta a dejar los chismes, con
encargo de que estaríamos de regreso para las cuatro de la tarde, y al volver
me dijo que en la cocina vio grandes preparativos de comida para las cuatro
también. Coincidió con nuestra gira la de otros amigos del pueblo y, aunque
aquellos, lejos de desdeñar un cubierto más, me lo hubieran brindado gustosos,
esto quitaba a nuestra excursión todo el sabor de originalidad que yo quería
darle, y por consiguiente hice que recogiera los chismes, tomara más vino y una
parrilla que resulto ser un trébede y proseguimos nuestra peregrinación.
Al pasar por
Uncella no pude menos de recordar al famoso escultor Vicente Mendizabal, que
fue del caserío Urrutia en el mismo barrio, conocido aún con el apodo de Pintor.
Entre otras muchas obras suyas existe un San Pedro, de pontificial, que la
cofradía de mi pueblo guarda para las procesiones, que es de reconocido mérito
artístico, no solamente por la parte escultural, sino también por su fina y
delicada pintura, que nadie creería se ejecutó entre aquellos montes, si no
estuviera justificado por la competente escritura de ajuste que he visto.
“Por qué le llamarían
el pintor? me dijo Andrés. A eso voy – le repliqué- y caminamos, refiriendo
lo siguiente: El año 1753, Juan Martín de Mazmela, dueño y señor de la casa de
Ceráin (3), entablo pleito contra Tomás de Galarza, vecino de Elorrio y dueño
de las caserías de Muru y Garay (hoy Muru es del ventero Chomin) sobre que con
las dos sepulturas, una junto a la otra, de la iglesia de Uncella, se había
puesto una barra y letrero para hacer tres sepulturas. A la sazón estaba de
santa pastoral visita en Aramayona el licenciado don Joaquín Calatayud
Arellano, visitador sede vacante, y el pleito se sustanció ante él,
siendo cura de Uncella D. Luis Isasi Isasmendi, y en las declaraciones sale con
Vicente Mendizabal el pintor vallisoletano D. Santiago Rada, que estando
ejecutando en la iglesia alguna obra de arte, casó con la hija del Mendizabal,
y he aquí por qué le llaman del Pintor a aquel caserío”
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Zerain baserria |
Datu horiei helduz, Madinabeitia ez zihoan ondo, izan ere Bizente
Mendizabal Gellaon jaio zen, 1726an, eta 1748an Untzellara ezkondu zen,
baliteke – Madinabeitiak dioen moduan- Urrutia baserrira. Dena den, emaztegaia Paula Rada-Herrera Garay zen eta
itxura guztien arabera Bizente izan genuen Santiago Rada horren alabarekin
ezkondu zena eta ez alderantziz. Baina goazen aurrera Madinabetiaren mendi-ibilaldiarekin.
“En este coloquio llegamos a la ansiada y poética fuente, y de más
está decir los honores que le hicimos. Mientras yo me entretenía mirando con el
auxilio del gemelo las obras del ferrocarril Anglo-Vasco-Navarro, de ese
ferrocarril, desdichado y misterioso, que he perdido ya la esperanza de verlo
pasar por mi pueblo, Andrés encendió una hoguera en cuyas abundantes brasas lo
arreglamos todo.
Más de una hora descansamos en tan ameno sitio, pero siguiendo
el consejo de unos hombres que por allí pasaron, cambiamos de itinerario y
devolviendo con ellos a Muru lo que no era nuestro, incluso el importe del vino
que habíamos sacado, emprendimos nuestro regreso por Aparregui y Savola para
ganar de día la carretera de Santa Agueda, dejando a un lado las anteiglesias
de Azcoaga y Barajuen, en cuyas inmediaciones se ve el sitio donde fue la torre
o castillo feudal de los condes de Aramayona, teatro de escenas que hoy parecen
increíbles, si no las refiriera el coetáneo Fr. Diego de Ayala.
Al pasar por la encañada de
Zubicho, donde nunca había estado, tuve que taparme las narices porque aquello
hedía a huevo podrido o coa así, hasta que dos muchachas que venían en
dirección opuesta a la que nosotros llevábamos, con sus cestitas al brazo, nos
persuadieron de que había muy cerca un gran pozo de agua sulfurosa, Uratsa, con su correspondiente bañera
emplazada en el hueco de un corpulento y secular castaño que formaba una chabola cubierta de helecho seco. En
efecto, había una bañera llena de agua y una silla de Vitoria, y supimos que el
día anterior se había bañado allí un señor cura alavés. Es imposible encontrar
un sitio más delicioso que aquél para verano, con la particularidad de que
corre por su centro un riachuelo, no de escaso caudal, pues Fiel, mi
inseparable perro, se zambullía de trecho en trecho y luego nos rociaba con sus
asperjes, que por cierto no se lo agradecíamos.
A las siete entrábamos en una casa de la calle Olarte, donde nos
esperaban con la mesa puesta, y despachamos con apetito la comida que yo había
encargado para los dos. Andrés se puso alegre, y como había sido tercio en la
campaña de Africa, recordó los cantos bélicos que el patriotismo español había
dedicado a los guerreros ilustres O´Donell y Prim; y a las once en punto dimos
con nuestros cuerpos en la cama, cansados y rendidos sí, pero sin poder
resignarnos a que fuera aquella la última gira que hiciéramos a la fuente de San
Adrián”
(1)
Okertu
egiten da Madinabeitia, igande eta 26, abuztuan izan baitzen urte hartan eta ez
irailean.
( 2) Ahoan?
Olagizonek burnia ahoan sartu zioten herensugeari.
( 3) Zerain, Untzellako
baserria.
SAN FRANTZISKO XABIER,
ARRASATEN (200603)