martxoa 21, 2020

KARLISTAK ARRASATEN. 1872-1876. Gerra guztiek, gutxienez, bi bando dituzte


Karlismoak sustrai sakonak izan zituen Arrasaten XIX. mendean. 1830 inguruan piztu zen mugimenduak gogor astindu zuen gure herria, liskar armatuak izan zituen bi aldietan. Eta interesgarria iruditu zait pixka bat arakatzea dokumentu erregistroetan, gizarte arrasatearraren baitan korronte ideologiko politiko hark utzitako ondorioa.
Bigarren karlistada izan dut langai, 1872-1876 tartea hartzen duena. Agian aurrerago batean 1833-40 urteetan ariko naiz, baina gero gerokoa. Oraingo nire ekarpena hamar kapitulutan zatitu dut, irakurketa errazagoa egiteko. 

1.- Karlismoaren jatorria eta Arrasateko giroa
7.- 1873ko abuztuaren 7
8.- Gerra guztiek, gutxienez, bi bando dituzte
9.- Herriko bizimodua aldatzen da
10.- 1874-1876 aldia eta gerraren amaiera
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Karlistak Arrasaten zeuden, Lizarraga erasoan garaile atera ondoren. Jakina, irabazleek idatzi ohi dute historia eta aurreko ekarpeneko deskribapena, gerra hartan luzera irabazle gertatuko ziren liberalen aldetik eskaini dut. Egia esateko, une haietan gizarteratzen ari zen informazioaren aldetik liberalak garaile ateratzen ziren, gehiago, hobeto egituratuak eta baliabide boteretsuagoak zituztelako. Hala ere, gaurko kapituluan ikusiko dugu Carlos VII.aren aldekoak ez zirela gutxi ezta ahulak ere.  Aurrekoan erabilitako “Narración Militar de la Guerra Carlista de 1869 a 1876 por el Cuerpo de Estado Mayor del Ejército” hartuko dut ostera, Arrasateko okupazioaren gaineko xehetasun gehiago ezagutu ditzagun.  

"Las pérdidas de los defensores fueron un muerto y seis heridos y las de los carlistas de consideración, entre ellas el jefe que mandaba la artillería. La defensa no fue todo lo enérgica que exigía el caso, contribuyendo a ello, en primer término, la defección de algunos voluntarios y la actitud de las familias de los restantes, que impresionó al comandante militar. Convenía ocupar la casa consistorial hasta el último extremo, pues no era probable el hundimiento del camino subterráneo. Debió el comandante proveerse de víveres a tiempo, ya que de municiones no podía hacerlo (había enviado a las columnas parte del repuesto) Una vez en la iglesia, la resistencia podía ser ás larga, contando siempre con que el brigadier Loma auxiliaría a los defensores.


Sanchez Bregua jenerala
Sánchez Bregua (1) tan pronto como tuvo noticia del ataque a Mondragón, ordenó a Loma que se hallaba en Zumárraga que auxiliara a aquél destacamento; difícil era esta comisión, porque debía Loma para la consecución de dicho fin , situarse ante todo en el confín de las tres provincias. Sea como quiera, emprendió aquel brigadier la marcha con dicho objeto en la mañana del ocho, dirigiéndose por la carretera al puerto de Descarga y a Vergara, y sin dar el más pequeño descanso a sus tropas siguió hacia Mondragón. Antes de llegar a San Prudencio, cruce de la carretera general con la de Oñate, y punto de fácil defensa, tomó un camino para subir al puerto de Campanzar, situado en la carretera de Mondragón a Elorrio, a mitad de distancia entre ambos pueblos. Al llegar a Campanzar, un paisano le participó que acababa de rendirse el destacamento; pero, a pesar de esto, apresuró su marcha. 

A un kilómetro del pueblo, un jefe del regimiento de la Constitución se dirigió a las tropas, significándoles que si no llegaban a tiempo era porque no habían continuado la marcha por la carretera; avanza entonces espada en mano para castigar tan grave acto de indisciplina; pero le contiene un coronel, y por el pronto, todo se reduce a arrestar a dicho jefe. Las palabras pronunciadas por éste eran gravísimas en todas circunstancias, pero lo eran más en aquel momento, pues las tropas habían recorrido con un sol abrasador más de cuatro leguas sin descansar; y como era natural, debían aquellas impresionarles en el estado de fatiga en que se hallaban.

Téngase también en cuenta que se acababa de atravesar una época de indisciplina. Pero, prescindiendo de estas consideraciones, era un absurdo lo que pretendía el referido jefe, pues probablemente hubiera sido batido Loma en las formidables posiciones de San Prudencio en caso de haber tomado esta dirección. Aún marchando por donde lo hizo era muy expuesto su movimiento, pues dada la situación de Mondragón en los límites de las tres provincias podría suceder muy bien que los alaveses, que frecuentemente ocupaban a Aramayona, acudiesen en auxilio de Lizárraga y los vizcaínos hicieran lo propio. En tal caso, ¿cuál hubiera sido la suerte de la columna liberal? Harto hizo el brigadier Loma, pues sin descanso y sin vacilaciones se dirigió al punto objetivo y si se había rendido el destacamento, no era suya la culpa, pues cuando él llegó no hacía aún una hora que se habían entregado los defensores de Mondragón. Merece, por lo tanto, cumplidos elogios por su incansable actividad, su valor, celo y decisión.

Loma brigadierra


Desde Mondragón, dirigió Loma al General en Jefe el siguiente oficio:

“Según lo ordenado por V.E. he emprendido la marcha para esta villa al amanecer, con objeto de ver si conseguía librarla de caer en poder de la facción Lizárraga, que no ha cesado en su ataque a la misma desde las cuatro de la tarde de ayer. Sin descanso, a pesar del calor sofocante, he hecho la marcha, y sin embargo, desgraciadamente, no he llegado a tiempo, pues hacía una hora que el destacamento se había entregado, de cuya rendición daré a V.E. cuenta detallada, cuando me la dé por escrito el comandante militar de este punto, indicándole entretanto que han sido incendiadas cinco o seis casas de las inmediaciones del lugar  de la defensa.

Creo mi deber manifestar a V.E. que con las cortísimas fuerzas de que dispongo, es imposible que atienda a la conservación de todos los puntos ocupados, por lo cual creo de suma urgencia retirar los destacamentos de Oñate, Plasencia (sic) y Azpeitia, recogiendo las armas que en esta última villa hubiese en las fábricas de armas que en ella existen, así como los útiles de la fabricación. De esta manera me dedicaré a sostener la línea del Oria y Urumea, aunque para ello no cuento tampoco con grandes medios y me esforzaré en conservar hasta donde me sea posible los pueblos de Villafranca, Tolosa, Andoáin, Villabona, Hernani, Oyarzun, Astigarraga e Irun y Rentería.

Si V.E aprobase las medidas que me atrevo a indicarle, retiraría mañana las guarniciones de Oñate, Vergara y Plasencia y oportunamente la de Azpeitia. Espero pasar a pernoctar a Vergara, donde aguardo sus superiores órdenes. Adoptadas las disposiciones que he indicado, podría reforzar a Eibar con dos compañías, que en unión de 700 a 800 voluntarios sostendrían aquel punto”



Erasoari eskainitako kapituluan ikusi dugu karlistek kañoi pare bat jarri zutela Santa Barbaran:  

“Los carlistas colocaron dos cañones en el alto de Santa Bárbara, y se apoderaron de algunas casas desde cuyas ventanas rompieron el fuego, a la vez que la artillería, a las dos de la tarde” 

Miguel Madinabeitia Altube kopiatzaile arrasatearrak, idazkiaren transkripzioa La Habanan egin zuena, honako ohartxo hau jarri zuen testuaren amaieran:  

“Por qué no se hace mención del alto de San Cristóbal, como se hace del alto de Santa Bárbara? ¿Era aquel punto menos estratégico? Estimaré que leyeran el presente escrito los Sres. Guerra y Joaquín Azcoaga, por si no han visto el original” 

Juan Carlos Guerra eta Joakin Azkoaga herrikideak zituen kopiatzaileak eta, halaber, bere aitaren lagun minak. 

Zer diote karlistek?
Aurreko guztia tropa gubernamentalen ikuspegitik dago islatuta. Txikia bada ere, nahi dut Lizarraga jeneral karlistaren bertsioa eman, testigantza Julio Urkijo euskaltzaleari eskainiz. Urkijoren artikulu bat irakur daiteke, Eusko Ikaskuntzaren Revista Internacional de Estudios Vascos aldizkarian, 1933ko RIEV 24-3 alean,  “Apuntes históricos del Excmo. Sr. General Lizarraga durante la campaña de 1872 a 1876” tituluarekin. Bertan zehazkizunak ematen ditu, 1873ko abuztuaren 8an Arrasate hartu zuen jeneral karlistaren inguruan. Irakurtzen diogu Urkijo jaunari: 

“Tomo estos apuntes históricos, que creo inéditos, del pequeño archivo de guerra del general carlista D. Antonio Lizarraga y Esquiroz, que se conserva entre los papeles de mi finado padre político don Tirso de Olazabal Arbelaiz. El citado general nació, como es sabido, en Pamplona, el 22 de Enero de 1817; y murió, pobre, en Roma, el 7 de Diciembre de 1877. En mi opúsculo “La cruz de sangre. El Cura Santa Cruz”, y en diversos artículos publicados en El Pueblo Vasco, de San Sebastián, traté de la rivalidad entre el antiguo Comandante General de Guipúzcoa y el célebre y discutido guerrillero”


Urkijoren RIEVeko artikulutik,  Arrasateko pasadizoari gehien hurbiltzen zaizkion notak aldatzen ditut hona: 

“A mediados de Julio armados ya los dos nuevos batallones guipuzcoanos tuve la honra de recibir con otros á S. M. á su entrada en España y acompañarle hasta Echarri donde se reunió á las fuerzas navarras, habiendo atacado el día antes el fuerte de Ybero.

Con los tres batallones de Guipúzcoa, la fuerza de Santa Cruz sumisa (2) y una sección de 2 piezas de artillería de montaña que ya para entonces me había procurado, comprendí me hallaba ya en disposición de operar en Guipúzcoa y de desembarazarla de la muchedumbre de guarniciones enemigas que agotaban sus recursos y no dejaban vivir á nuestras fuerzas. Resolví emprender con gran actividad una verdadera campaña en aquella provincia y el 27 entré en ella y el 28 caí en Isasondo por sorpresa sobre la columna Loma á la que escarmenté duramente librándola su proximidad á Villafranca de mayor derrota.
 Perseguido por ella burléla en los siguientes días y el 30 hallándose en Azcoitia ataqué y rendí á la guarnición de Elgoibar á pesar de que me encontraba entre la columna y la numerosa guarnición de Eibar. El éxito feliz de aquella operación hizo que el enemigo resolviese abandonar varios puntos secundarios para defender mejor otros más importantes. Por sus comunicaciones vi que tenía por tal la villa de Mondragón y resolví apoderarme de ella. 

Presentábaseme para conseguirlo una gran dificultad, que á dos leguas de allí, en Oñate, se hallaba Sánchez Bregua con 14 mil hombres, mas comprendiendo que sería por otra parte más sonada la victoria cuanta más dificultad presentara aguardé á que se pusiera en marcha el enemigo y á las pocas horas sabiendo que se alejaba caí sobre Mondragón el  7 de Agosto y logré rendir la guarnición el 8 por la mañana cuando el enemigo llegaba á socorrerla consiguiendo así que desguarneciese otros puntos.

Uníme el mismo día á las fuerzas alavesas que mandaba el Excmo. Sr. General Larramendi y habiéndome brindado este su apoyo para las operaciones que intentase, proyecté enseguida cercar en Vergara á la columna Loma. Tenía ésta no obstante mayores fuerzas que nosotros por lo que pedí el auxilio de algunos batallones vizcainos que ayudaran al proyectado cerco” 

Jazoera berdinari buruz ikuspuntu desberdinak
Lizarragaren eta liberalen Armadako Estatu Nagusiko Buruzagitzaren aitorpenak ikusi ahal izan ditugu. Gerra bat, gutxienez, bi bandok egiten dute eta ikuspegiak desberdinak dira, bistan da. Medioen ikuspegia diferentea den moduan. Ez du garaiak axolarik. Beti izan da horrela, eta bestela begira nola ematen zuten 1873ko egunkari batzuek – denak madrildarrak- Arrasate karlisten eskuetara erortzea. Lehenik, gubernamentalen aldeko albisteak ikusiko ditugu:

“La Época” (1873-08-12):  “Los carlistas están amenazando en las Vascongadas y después de haberse posesionado de Mondragón, ocupan Oyarzun y amenazan Vergara. El gobernador de San Sebastián dice que el general en jefe, con las brigadas Portilla y Catalán, ha salido hoy para Tolosa. Lizarraga está en Mondragón y la columna Loma, que le atacó ayer, en Vergara” 

“La Época” (1873-08-16): (Día 12) Ya sabrá V. que tanto la guarnición como los voluntarios de Mondragón quedaron en libertad después de haberse rendido. Según parece, Lizárraga no consigue disciplinar la gente guipuzcoana, aficionada al merodeo. Hace pocos días ha fusilado a tres, pero a pesar del rigor no se remedia el mal, y creo que de ahí debe venir el que no se restablezcan los trenes, pues los jefes temen que las partidas sueltas no obedezcan sus órdenes 

“La Iberia” (1873-08-12): “Mondragón ha sido atacado por los soldados carlistas que manda Lizarraga. La guarnición resistió heroicamente, a pesar de las granadas que destrozaban la casa fuerte, desde la cual se defendían; pero la facción apeló a las bombas de petróleo e incendió el fuerte, la iglesia y cinco casas más, teniendo que rendirse los soldados. Se dice que el comandante capitán Luchana y el capitán de voluntarios se suicidaron por no caer en poder de los carlistas. Loma con su columna llegó, pero inútilmente” 

Eta orain karlisten aldekoak. Normala den bezala, prentsak modu zabalagoz hartzen zituen Carlos VII.ren tropen lorpenak. Dakusagun: 

“El Pensamiento español (1873-08-12): “Según noticias que no juzgamos improbables, en el encuentro verificado en Mondragón, la columna Loma tuvo que ceder ante fuerzas muy superiores, pues la facción Lizarraga la atacó por el frente, Velasco por un costado y Ollo por la retaguardia” 

“El Imparcial” (1873-08-12): “La columna Loma, avisada oportunamente, acudió en auxilio de Mondragón, paro llegó después que los carlistas se habían posesionado de ella, y según nos aseguran, fue rechazado por las facciones, teniendo que retroceder hacia Vergara. Es indudable que las fuerzas del brigadier Loma han sufrido un descalabro al querer proteger a los liberales de Mondragón, viéndose precisado el jefe liberal a encerrarse en Vergara huyendo de activa persecución de las fuerzas que manda el bizarro general Lizarraga.
Esta tarde han corrido noticias de un encuentro entre la columna del brigadier Loma y las facciones de varios cabecillas, teniendo que ceder el primero a la superioridad numérica de los carlistas y replegarse sobre Vergara, desde Mondragón, donde la acción tuvo lugar”

Carlos VII


“La Regeneración (1873-08-12): (Carta del día 8) Ayer a las tres de la tarde pasé por Mondragón a donde acababa de llegar el general Lizarraga para sitiar a la guarnición. Allí rompimos el fuego, que duró hasta las diez de la noche, hora en que les hicimos abandonar sus posiciones y retirarse a la torre. Funcionaron los cañones muy bien. 

Hoy al fin, a las nueve de la mañana, se han rendido; hemos hecho ciento sesenta y cinco prisioneros y les hemos causado cuatro muertos y bastantes heridos. Nosotros hemos tenido solo varios heridos, entre ellos un oficial de artillería, levemente.

El día 9 no he podido enviar esta al correo. Ayer cogimos unos trescientos fusiles. El general se encuentra hoy a una hora de aquí. Esto va a escape, y no vamos a dejar ni un solo soldado. De V. afectísimo”



“El Pensamiento español” (1873-08-16): “de D.J.R.S, distinguido capitán del ejército, que inauguró brillantemente su carrera en la guerra de África, y que ha puesto su espada al servicio de la causa carlista, escribe la siguiente carta:

"Aramayona, 9 de Agosto. Mis queridos primos: Ayer a la una de la madrugada terminé mi viaje felizmente en Mondragón, donde hice mi presentación oficial al general Lizarraga, siendo muy bien recibido.

En cuanto le hablé de vosotros y le digo mi apellido, me preguntó con interés por todos, y anoche, que le llevé los despachos del empleo que tenía en el ejército para que los viera, me dijo que no tenía necesidad de examinarlos, pues le bastaba mi apellido, y esta mañana me ha dicho que me dará un cargo importante en la provincia, agregándome al estado mayor. Como comprenderéis, estoy gracias a Dios, cada vez más contento y satisfecho del paso que he dado y que tanto tiempo deseé. Con los 200 fusiles Berdan y Remington que, con 12 ó 14.000 cartuchos, han entregado al rendirse los soldados de Mondragón, se armarán inmediatamente igual número de guipuzcoanos, pues hay en todo el país un entusiasmo que no es decible y no se cree, a no verlo, por el rey y su causa.

Yo ansío presentarme a S.M y besar la real mano; pues son incomparables los calurosos elogios que todo el mundo hace de las brillantes cualidades morales de D. Carlos, así como de su arrogante y hermosa figura. Parece mentira que todos los españoles que sufren en la espantosa anarquía que destruye a España, no corran a echarse en brazos de un rey tan digno, tan noble y tan caballero. Parece mentira que consientan por más tiempo los ataques al orden social, a la Religión y a la propiedad, y no se agrupen en torno de la bandera que enarbola el joven y animoso monarca, deicidido a salvar la patria y restaurar la sociedad española.

El ejército va comprendiendo dónde puede recobrar la gloria, el honor y la grandeza que ha perdido; y diariamente se presentan jefes y oficiales en las filas legitimistas. Conmigo ha venido otro capitán de caballería, y espero que nos seguirán no pocos de los antiguos compañeros. El general me da recuerdos para vosotros y su ayudante Hernando, que está muy fino y atento conmigo, os saluda también afectuosamente. J.R.S”
 

“El Pensamiento español” (1873-08-18):  Escoriaza, 14 de Agosto de 1873. Comienzo mi oficio de corresponsal con poca fortuna; a los liberales, ordinariamente tan habladores, les ha dado ahora por ser excesivamente reservados. Pero si a ellos Ies conviene callar, es una prueba de que a nosotros nos conviene precisamente lo contrario, y he aquí poco más o menos el conjunto de mis averiguaciones.

Excuso decir a Vds. que, a pesar de lo que digan la Gaceta y los periódicos oficiosos, el periodo de la persecución ha pasado ya. Los carlistas se mueven con entera libertad, y si alguna vez se echan a un lado, es siempre volviendo la cara y ante un enemigo que pasa de largo.
Lizarraga jeneral karlista
El ataque y toma de Mondragón ha durado cerca de dos dias. Lizarraga intimó la rendición; los republicanos, esperanzosos de la llegada de auxilio se negaron a entregarse; se rompió el fuego de cañón y los carlistas penetraron en el pueblo, horadando las casas hasta llegar al Ayuntamiento. Soldados y voluntarios huyeron por una galería subterránea que acababan de construir y que comunicaba con la iglesia, hasta la que fueron perseguidos por los carlistas. Desde allí prolongaron la resistencia todavía por algunas horas, hasta que al fin capitularon; después de desarmados, Lizarraga los dejó en libertad. Hay que advertir que los cuatro o cinco caciques que comprometieron al pueblo, empeñándole en una resistencia contraria a sus sentimientos y a sus intereses, se rindieron el día antes, habiéndose escapado del fuerte y entregándose a la generosidad de Lizarraga. 

El noble veterano los amparó contra los furores del pueblo, y aseguro a Vds. que solo su intervención podía haberles evitado un disgusto, pues la irritación contra ellos era grande. Hubo en este hecho de armas pocas desgracias personales por una y otra parte. Se incendiaron cuatro casas durante el ataque.

Concluida la entrega, Lizarraga tuvo noticia de la aproximación de la columna Loma, fuerte de dos mil y tantos hombres, entre tropa de línea y miqueletes. La gente estaba rendida por haber pasado toda la noche combatiendo: era preciso darla descanso. Lizarraga salió para Aramayona. Loma y su gente entraron de muy mal humor, descansaron algunas horas y se volvieron a Vergara… 

“La Esperanza” (1873-08-19): “Carta de Álava, fecha del 11. La columna carlista alavesa se encontraba en Aramayona guardando este punto, mientras el general Lizarraga atacaba á Mondragón (Guipúzcoa); y, tan pronto como se rindió, pasó Lizarraga al referido pueblo de Aramayona, después de haber recogido todos los efectos de guerra, tanto de los nacionales como de los militares. Tuvo luego conocimiento que llegaba una columna republicana, y salió el 9 por la noche á Mondragón y de allí á Vergara, llegando la columna carlista alavesa hasta San Antonio, primeras casas de Vergara. Al amanecer del 10 se tacó diana…” 

“La Esperanza” (1873-08-20):  “Nuestras noticias sobre los gravísimos sucesos ocurridos en Guipúzcoa alcanzan al 16 del corriente, por cartas recibidas ayer. Han desaparecido por completo los destacamentos que guarnecían los pueblos de Salinas, Escoriaza, Arechavaleta, Mondragon, Oñate, Vergara, Legazpia, Placencia de las Armas, Eibar, Zarauz, Azpeitia, no quedando guarnecidos en toda la provincia más puntos que Tolosa, Oyarzun, Rentería, San Sebastián e Irún, y de estos algunos desaparecerán muy en breve. 

Por viajeros salidos de Eibar, Vergara y Oñate el 14, hemos adquirido algunos pormenores ocurridos desde el 10 del corriente en las márgenes del Deva. Apenas se hubo apoderado Lizárraga de Mondragón, supo que por orden del general en jefe se disponían á retirarse todas las demás guarniciones; pasó inmediatamente á Placencia y se apoderó de los magníficos fusiles Remingthon que para la República se estaban allí construyendo al abrigo de una escasa guarnición, que huyó á Eibar al aproximarse la facción. Lizárraga ofició al Ayuntamiento de Eibar ofreciendo un olvido completo si los Voluntarios le entregaban cada uno un Remingthon con 100 cartuchos metálicos, y en su defecto 1.000 reales vellón  por cada Voluntario. Había en armas 1.100.

Los carlistas son, pues, dueños del país sin oposición, dominando los centros de la fabricación de armas, los mismos en que durante la guerra de los siete años construyeron su armamento y sus cañones, en disposición de elegir los desfiladeros y las gargantas por donde precisamente habrán de pasar las tropas del Gobierno para destruir estos c e n t r o s, en caso de que haya disponibles tropas para estas peligrosas expediciones…”

Maroto-Espartero, Bergaran 1839

“El Cuartel Real” (1873-08-23) “El día que entraron en Vergara las fuerzas reales, fue destruido en medio del mayor entusiasmo el ignominioso monumento erigido por los liberales en recuerdo de la más grande de las traiciones. De la infame traicion de Vergara no queda ya más, por consiguiente, que el remordimiento de los que la realizaron, pues remordimiento y muy grandes deben sentir los primeros causantes de la ruiuna y de la deshonra de la patria. Después de destruido hasta sus bases aquel monumento fue quemada en la plaza pública el acta que se conservaba en los archivos municipales”

Jakina, Bergarako Itunari dagokio aurreko apuntea, 1839an Maroto eta Esparterok sinatutako bake hitzarmenarri. Lizarragaren erabakia izan zen monumentua birrintzea eta testigantza idatzia erretzea.

1873ko abuztu hartan gertatutakoak aldaketa ekarri zuen Arrasateko herritarren bizimoduan. Hurrengoan ikusiko dugu hori, azalkiro izango bada ere.

 


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(1)   Jose Sanchez Bregua jeneralari buruz ari da. Bera zen tropa konstituzionalen burua.
(2) Santa Cruz 1873an oso gaizki zegoen ikusita baita karlisten hierarkian ere.
 
Argazkiak: Zumalakarrregi Museoa, wikipedia
 

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