martxoa 01, 2017

MIRARIAK ARRASATEKO HERRITARRENTZAT. XVII



Arantzazuko Ama Birjina
Mirariak dira eliza katolikoaren zutaberik deigarrienetakoa eta horiei lotzen zaizkie fededunak une larrietan, naturaz gaindiko esperantzan. Gure inguruan ere eman bide dira historian zehar fenomeno ulertezinak eta gaurko nire ekarpen honetan horietako hiruren berri eman nahi dut, XVI. mendean jazotakoak. 

Juan de Luzuriaga fraideak idatzi zuen 1690ean “Paraninfo Celeste: Historia de la Mystica Zarza milagrosa, imagen y prodigioso Santuario de Aránzazu” izeneko liburua, eta bertan aurkitzen ditugu ondoko deskribapenak, Arrasateko hiritar batzuei jazotakoak.
Goazen lehenarekin. Pero Fernandez Çaraa eta Mariana Vergara Osinaga Arrasaten bizi ziren 1580an eta tabardillo edo tifusak harrapatu zituen. Medikuntzak ezer gutxi egin zezakeela ikusirik, Arantzazuko Ama Birjinari promes egin zioten. Irakur dezagun: 

“Pedro Fernandez Zaraá, vecino de Mondragón, libre de tabardillo. Promesa igual de dos virtuosos casados, sin comunicarle su dictámen.


58.- Pedro Fernandez Zaraá Bolivar y Doña María de Vergara su mujer, vecinos de la Villa de Mondragón, en la Provincia de Guipúzcoa, adolecieron a un tiempo de tabardillo, en cuyos términos tan agudos como peligrosos, por espacio de un mes se vieron desahuciados de tres famosos Médicos; en especial el marido, que dos días enteros estuvo en continuo frenesí, sin poder articular voz alguna. Su mujer, que retirada en otro cuarto, si no tan gravemente molestada de la calentura y fiebre ardentísima del achaque, afligidísima y congojada de que se moría su esposo (cuya nueva pareció conveniente participarle) apeló a Nuestra Señora de Aranzazu, ofreciéndole por ambas saludes ir en peregrinación a su casa, con ofrenda de un frontal, y unas joyas preciosas para su adorno. El marido que (como hemos dicho) estaba en distante cuadra y recámara, sin tener noticia alguna de la promesa y voto que había hecho, dijo al mismo tiempo en alta vos: Vamos, Vamos a Aranzazu y llevemos un frontal y algunas otras cosas a Nuestra Señora. 

La Soberana Reina que a estos dos honestos y fieles casados dio un mismo afecto y deseo, quiso que con la distancia y ninguna comunicación de su voto, constase y fuese notorio ser dádiva de su poder, así el afecto a una misma promesa en un mismo tiempo, como una misma salud, que repartió su Misericordia a entrambos, para que cobrando desde entonces mejoría y continuándose hasta el término de entera salud, fuesen a su santuario con las alhajas prometidas a darle debidas gracias por tal merced.


Bigarrena eta- ikusiko dugun bezala- hirugarrena ere, Arantzazuko Andra Mariarengana jotzeko arrazoia ez zen gaisotasuna izan, ezpata kolpe baten ondorioz zauritutako arrasatear baten hil zoria baino.



76. Juan Bautista de Gallastegui, natural de la Villa de Mondragón, en la Provincia de Guipúzcoa, residente en la Ciudad de Toledo, estando deshauciado de una estocada penetrante sobre el corazón, sin esperanza (a juiciio de los Médicos y Cirujanos) de una hora de vida; se entregó con todo afecto al amparo de Nuestra Señora de Aranzazu a quien ofreció visitar en su templo y colgar en él un lienzo d epincel, con el retrato de Su Sagrada Imagen, en que se representasen a los ojos y a la memoria el milagro de haberle dado la vida y salud en extremo y artículo tan peligroso.

Pagó, como de contado MARIA, el piadoso pensamiento de este hombre, dándole instantánea y perfecta sanidad, para admiración de la naturaleza y medicina que reconoció con veneración ser obra de la mano de Dios tal curación; que hoy acuerda la pintura que llevó este hombre, juntamente con un cáliz de plata, sobredorado, y unos corporales con su bolsa, en señal de agradecimiento a MARIA Santísima, en su Santuario. 

Juan Bautista Gallastegi 1648an jaio zen Arrasaten. Itxura guztien arabera ez zen geldi egoteko modukoa eta handik lasterrera ostera jo behar izan zuten Toledotik Arantzazuko Ama Birjinaren laguntza eske. Dakusagun: 

77. Repite MARIA Santísima la sanidad a este hombre, en otra herida. Segunda vez alcanzó favor y merced de esta Soberana Reina, el dicho Juan Bautista, que sobre no le que dependencia, en la misma Ciudad de Toledo, alguna personas que le tenían odio y enemistad, riñendo con él le dieron una herida mortal en la cabeza, para cuya medicina y curación le sacaron algunos huesos, y después de otros rigurosos remedios, le dieron la llaga por incurable. Su mujer Catalina de la Paz y un sacerdote llamado Don Diego Zabarte, grande amigo del enfermo, ofrecieron en su nombre visitar la Iglesia de Aranzazu y decir una Misa en la Capilla de su Soberana Imágen, por la salud de aquel miserable doliente.

No defraudó sus deseos la Madre de Piedad y Misericordia, porque (aunque no concedió tan presta sanidad como la primera vez) dio luego muestras de mejoría, que continuándole en breve espacio de tiempo, fue cabal y perfecta la salud, que reconocieron ser de la mano de MARIA, cumpliendo el voto en su Capilla y Religiosísimo Templo” 
 Honaino mirari horien azalpena.

Argazkiak: JMVM


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