Luze eta ondo idatzi da
dagoenekoz Arrasateko Udaletxeari buruz. Martin Carrerak XVIII. mendean eraikitakoak
garaiko eta gaur eguneko interesa piztu du mendetan zehar, bere
edertasunarengatik. Gaurkoan Miguel Madinabeitiarien eskuari heldu nahi diot, hark 1900 urtean “La Voz de Guipúzcoa” egunkarian argitaratutako artikulua txoko honetara azaltzeko. Madinabeitia, besteak beste, Arrasateko udal idazkaria izan zen
urtetan eta bere buruari esaten zion moduan – baita bere artikuluak izen
horrekin sinatu ere- “bibliotekako sagua”ren lanetan datu piloa lortu zituen
udal akta eta idazki ofizialetatik. Goazen, bada, Madinabeitiaren
artikuuarekin, aipatu egunkari eta urtean abuztuaren 20an argitaratua:
“Donde hoy es la casa
número 19 de la calle de Iturrioz de esta villa y que forma uno de los
lienzos de la plaza central de la misma, existió hasta el año 1857 el llamado
Concejo Viejo. Su fachada nada tenía de particular, sino un balcón corrido por
un arco de hierro en su centro y que remataba en una cruz con su veleta. La existencia
del balcón, que era de hierro también, indicaba que la fachada no era la
primitiva del edificio. En cambio la fisonomía que tenía dicha casa por la
parte de atrás denotaba su antigüedad, pues sobresaliendo algunos metros fuera
de la muralla, destacábase un pabellón sostenido por altas y gallardas columnas
redondas de piedra arenisca con sus chapiteles. Este pabellón constituía el
remate del Consistorio. Sus paredes, aunque en estado de deterioro y abandono,
estaban decoradas con finísimas pinturas representando el escudo de armas de la
provincia y el de esta villa, con multitud de tarjetones con inscripciones en
verso, de los que tomó algunos el doctor Isasti en 1625 y trae el señor
Soraluce en la página 251 del tomo primero de su Historia General de Guipuzcoa”
Madinabeitiak aipatzen
dituen bertsoak eta Isastik bere Historiara aldatu zituenak honako
hauexek
dira: “Soy madre de las Españas, las fundé y las restauré / Y en las moriscas hazañas, en mi seno las
guardé/ Hice famosos mis hijos, por la mar y por la tierra / En tiempos de paz
por letras, por armas en el de guerra” Beraz, hori irakur zitekeen herriko Kontzeju Zaharrean
Udaletxe berria eraiki baino lehen. Baina segi dezagun Madinabeitiaren
artikuluarekin:
Eskuinekoa, Iturriotz, 19 |
“En sesión celebrada
por el Ayuntamiento el día 15 de junio de 1755 presentó el arquitecto don
Martín Carrera, a la sazón vecino de Cegama, el diseño de la actual Casa
Consistorial trazado por el mismo y que mereció la unánime aprobación del
municipio. Este le facilitó casa para habitar durante las obras, que fue la hoy
señalada en el número 26 en la calle del Medio, en la que se instaló con su
esposa en terceras nupcias Doña Isabel Arza, y su hijo Manuel Martín.
Como el proyecto era
de construir el nuevo edificio de piedra arenisca y escaseaban canteras en los alrededores
del pueblo, se vio Carrera un tanto preocupado, pero subiendo un día a las estribaciones
de la peña de Udala, cerca de la entrada de la célebre Cueva de San Valerio, vio
un filón de piedra caliza y calculó que si bien la labra de ésta sería más costosa
que la de arenisca, se compensaría este gasto con lo que costaría el porteo
desde Oiz, Durango o Elorrio, y aceptada por el Ayuntamiento esta modificación,
dio comienzo a las obras.
La fachada del nuevo
Concejo se hizo con la piedra de la peña de Udala, la mampostería con la de
Costoval, en el mismo barrio de Veneras; los peldaños de la escalera y arquería
interior con la de Gorosabel, jurisdicción de Vergara, y el balconaje por Don Rafael
Amezua de Elorrio, y la parte del tallado en maderas por los escultores Olaran
y Ramirez de la Piscina, de Oñate.
Corría el año 1760 y
el día 24 de febrero se reunió el Ayuntamiento en sesión extraordinaria con el
único y exclusivo objeto de examinar y aprobar el diseño que presentaba don
Martín Carrera, del escudo de armas de esta villa, trazado y dibujado por su hijo
Manuel Martín, que todavía no había cumplido los 25 años de edad: por lo que lo
que trazó el hijo lo ejecutó el padre con piedra blanca de Salvatierra, cuyo
alcalde don Luis Antonio Sorón puso a disposición de esta villa las canteras de
aquella jurisdicción, no solamente para el escudo de armas sino para todos los
embutidos que necesitase su ornamentación, según consta de una afectuosa carta
de dicho señor fechada en 31 de mayo de 1760.
Coomo los rendimientos de la villa
eran exiguos en aquel tiempo, las obras fueron con lentitud, tal que el nuevo
Concejo no se inauguró hasta el año 1766, que lo fue con toros de muerte,
previa autorización del conde de Aranda. El coste total del edificio (excepción
hecha de seis mil reales que dio un hijo de la villa para el escudo de armas)
fue de 210.891 reales y 8 maravedises. Para ello se obtuvo en 12 de enero de
1756 de Fernando VI la real facultad de imponer ocho maravedises a cada azumbre
de vino que se consumiese en el pueblo en el término de diez años”
Datu horiekin amaitzen zuen
Madinabeitiak bere idazkia egun hartako kronikan, baina gaiarekin itzuli zen abuztuaren 27an egunkari berdinean eta osagarri gisa datu gehiago eman zituen udal
idazkariak:
“Ha habido inteligentes que han
atribuido cierta grandiosidad a la escalera que da acceso a dicho edificio, que
está cubierto por una bóveda de media naranja, de regulares dimensiones. La
escalinata consta de 19 peldaños de una sola pieza de 2´75 metros de largo, con
otras dos hileras que a derecha e izquierda arrancan de la meseta, de a diez
peldaños en cada lado de 1´36 metros, cercado de un hermoso barandado de
hierro, obra del artífice elorriano ya citado, con la circunstancia de que
tiene todo el follaje por la parte de adentro, para evitar el roce de los que
suben y bajan por ella.
El salón es suntuoso y de la
misma cabida que la que fue el del Concejo Viejo, y mide 127´90 metros
cuadrados de superficie con 5´15 de altura. Hay en él un escaño de 63 asientos
coronado con el nicho de la presidencia, el cual y las tres coronas que adornan
la sala solían estar siempre cubiertas con fundas para descubrirlas solo en
actos y días solemnes; pero deteriorado todo durante la última guerra civil, o
más bien, por los años del 70 al 73, cayó en desuso aquella costumbre. Adorna
el salón un retrato del historiador Esteban de Garibay, hecho a iniciativa mía
y condescendencia del alcalde don Luis Ercilla el año 1879. El balconaje era
pintado en negro en su principio y los follajes dorados por un pintor burgalés,
así como el dragón del escudo de armas del centro y que el año 1876 fue
embadurnado con pintura amarilla, quedando peor que antes. Ahora se dice que van
a verificarse algunas obras de reforma y celebraría que, imitando a Vergara, se
decorase la sala con los nombres de los hijos ilustres, de que existe un catálogo no escaso.
En este edificio se alojó durante
varios días en Julio de 1782 el príncipe francés conde de Artois (1), hermano del
infortunado Luis XVI, a cuyo asunto tengo dedicado un artículo en este
periódico el 22 de febrero último, como, así bien publiqué otro en 6 de Febrero de 1892
referente a las Juntas Generales celebradas en este salón durante la segunda
quincena del mes de Agosto de 1794, por 18 pueblos de la provincia coaligados
contra los invasores de la revolución francesa.
La reina Isabel II estuvo en este
salón en Agosto de 1845 (2) y serán muy contados los políticos, los literatos y los
de la aristocracia española que como “touristas” no hayan visitado este edificio
cuando Santa Agueda era Santa Agueda”
Miguel Madinabeitiak ongi
ezagutzen zuen etxe osoa, bertan lan ez ezik bere sendiarekin bizi ere egin
baitzuen, idazkari lanetan ihardun zuen bitartean.
Argazkiak: JMVM, Mendia bilduma
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