urtarrila 02, 2024

EGAÑA KONDEAREN ERRAUTSAK ARRASATERA. 1893


Casimiro Egaña Okendo, Egañaren Kondearen heriotzaren berri eman nuen 2017ko apirilaren 11an. Casimiro Arrasaten jaio zen 1841an eta Madrilen hil, 1885ean. Senatorea genuen eta Madrilen ehortzi zuten. Dena den, itxuraz, ez betiko.

Aurrekoetan egin nuen moduan, Miguel Madinabeitiaren eskutik 1893ra egiten dut berriz jauzi, Egaña Okendoren gaineko albiste berri bat aurkitzeko. Oraingoa “La Voz de Guipúzcoa” egunkarian argitaratua, Arrasatetik urte hartako uztailaren 2an abiatutako eskutitzean. Honela dio Madinabeitiak: 
 
Okendotarren etxea
“Ya que en 13 de marzo de 1885 dediqué unos renglones a la memoria de D. Casimiro Alberto de Egaña y Oquendo, conde de Egaña y senador electo por esta provincia y que había fallecido días antes  en su suntuoso hotel de la Ronda de Recoletos en Madrid, justo me parece también ahora recordar su nombre para rendirle otro nuevo y último tributo.

Tal era el amor que el ilustre finado profesaba a su pueblo nativo que en los postrímeros momentos dispuso que sus cenizas, después de cumplidos los trámites legales, fueran trasladadas a Mondragón. En efecto, a cosa de las siete de la tarde de día 30, bajaron de Vitoria dos coches, en uno de los cuales venía un magnífico y lujoso ataúd, conteniendo los restos mortales del finado. El clero parroquial con cruz alzada y con el concurso de varias cofradías, lo recibió en el atrio principal de la iglesia, y después de cantar un responso lo introdujeron al templo, colocándolo en el altar de San Miguel que hacía de capilla ardiente, y en donde en los tiempos antiguos tenía su enterramiento la aristocrática casa de los Mercado y Oquendo, que es de donde el finado procedía de línea materna. 

Ayer, después de una solemne misa de Requiem a la que asistió lo más visible del pueblo, fue conducido el ataúd procesionalmente al cementerio de la villa, donde se hallaba levantado, desde hace unos meses, un severo y magnífico panteón construido en San Sebastián, en cuya urna funeraria fue depositado el ataúd, que fue encerrado herméticamente después de grabar en los restos mortales la última mirada los numerosos amigos que le despidieron.

Vinieron desde Madrid a cumplir tan triste misión algunos individuos de la familia del difunto, aunque solo conocí a su hermano D. Jesús, capitán del arma de artillería que estaba de uniforme, al lado de su tío D. Vicente de Oquendo, muy afectado por lo triste del acto”

Gehiago Casimiro Egaña Okendo, Egañaren Kondeari buruz:


Argazkia: JMVM
 

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