Ez da lehen aldiz Arrasateko Aldayko hilerriaz idazten dudala. Hura ezagutu genuenok ongi
gogoratzen dugu zein nolako zirrara egiten zigun kanposantuko ateraino igo
behar izateak, halebika jolasten ari ginenean galtzaile izatea suertatzen
bazitzaizun. XIX. mendearen lehen hamarkadan diseinatua, arrasatearrok gehien
ezagutu dugun hilerria da. “Sanperioko ortua” esaten zitzaion erdi txantxetan artean
XX.aren erdi aldean, 1885eko zabaltze proiektuan Severino Sanperio
arrasatearrari erosi baitzitzaizkion terrenoak.
Goazen, baina,
Miguel Madinabeitiarekin, 1892ko azaroaren 1ean honela idatzi baitzuen herriko
kanposantuaz “La Voz de Guipúzcoa” egunkarian:
“La fiesta de Todos los Santos, instituida por Gregorio
III en 739, que tan alegre se muestra por la mañana, ya por la tarde cambia de
aspecto con el clamoreo de las campanas, que instintivamente anuncian la víspera
de la conmemoración de los fieles difuntos, cuya celebración no se generalizó
hasta el siglo XV. Aquella tarde y la de este día afluimos al cementerio aun
aquellos que más perezosos somos para las prácticas religiosas, a orar y rendir
un tributo piadoso a la memoria de los que fueron nuestros padres, hermanos e
hijos. Y porque esta costumbre entraña en mi pueblo un doble motivo, ignorado
acaso por la generalidad, es por lo que me propongo trazar unos renglones sin
entrar en disquisiciones históricas que alargarían el trabajo”
Tartetxo bat eskaintzen dio kronika egileak jarraian, blog honetan ere espazioa eman diogun Santa Marina elizari. Interesgarria da paper
zaharrean irakurtzen denari buruzko detailetxoa:
“A corta distancia del cementerio, en un sitio que le
domina, subsiste, transformado en casería de labranza, el edificio que fue la
primitiva parroquia de la villa, bajo la advocación de Santa Marina de Aguirre,
que debió ser de las muy antiguas del país, dedicada a una titular que padeció
martirio el año 138 de la era vulgar. Fue parroquia hasta el año 1590, pero no
se suprimió el culto hasta el de 1626. En este tiempo era allí donde se
celebraba la función de ánimas, principiando desde la víspera de Todos los Santos.
Y hablando de ofrendas, se lee en un viejo papel: “De cuya gruesa se daba la
mayor y mejor parte este día al preste que celebraba la misa; las veinte
siguientes a los cuatro repartidores por el trabajo de subir a cantar las
vísperas de difuntos, a sendos, al sacristán y beatas; y la resta se traía al
cabildo para repartirla en la parroquia de San Juan Bautista”
Madinabeitiak, historialariaz gain udal idazkari bezala,
ondo ezagutzen zituen XIX.go korporazio desberdinen deliberamenduak, eta 1809ko
maiatzaren 28ko aginduaren berri bazuen, hain zuzen Arrasateko kanposantu
berriaren eraikintza ekarriko zuena. Thouvenot jeneral frantziarra izan zen
eragilea:
“Generalmente se cree que fue el gobierno invasor francés
el que estableció la costumbre de enterrar los cadáveres fuera de los templos,
y esta creencia no es del todo infundada, porque si bien años antes, en el
reinado de Carlos IV, se dieron órdenes terminantes al efecto, no se cumplían,
y hubo necesidad de que los franceses mandaran emplazar cementerios al aire
libre, como sucedió con el de este pueblo en mayo de 1809. Hacían más de 30
años que en otros países se adoptaron medidas encaminadas a este fin, con
excepciones siempre a favor de las clases privilegiadas, pero el más conforme
con las exigencias modernas que yo he visto es una ley promulgada por el rey de
Cerdeña, Victor Amadeo, en Moncalier en 25 de noviembre de 1775.
El cementerio de cuya visita me ocupo recibió una
ampliación en 1868 y otra en 1885, que le dejan a cubierto de las exigencias de
médicos y de la Junta de Sanidad, por su mucha capacidad y excelentes condiciones
higiénicas. Hay pocos panteones todavía, aunque algunas familias los tienen
proyectados. Para los que, como yo, no tienen que preocuparse de este gasto, se
ha generalizado el uso de unas cruces de hierro, de buen gusto artístico fundidas
en la fábrica de cerrajería.”
Egia da Vergarajáuregui, Resusta y Cia enpresaren katalogoan
kanposantuetako gurutzeak ageri ziren garai batean.
“Cada vez que subo al cementerio me da grima ver una
inscripción que hay en la portada. El alcalde que mandó hacerla en 1868, y que
aún vive, me encargó trazar un versículo del Apocalipsis, que me excusé de
hacerlo reconociendo mi insuficiencia como pendolista, y le rogué que, teniendo
tan cerca Vitoria, trajera de allí una lápida digna de aquel lugar. Mis
observaciones fueron inútiles y sobre lo que yo escribí pasó el buril un picapedrero,
y así salió el trabajo. De estos defectos hay muchos en el camposanto de mi
pueblo, porque algunos creen que de un cantero se puede improvisar un tallista
y de un albañil un pintor. No; cada uno su oficio”
Kanposantuari buruzko azken aipamen horren bitartez, badakigu
jakin Aldayko atean irakurtzen zen “Opera enim illorum secuuntur illos” (euren obrek jarraituko
diete) esaera Miguel Madinabeitiaren
ideia izan zela. Gutxi ez dena.
Nik gehituko nuke, gure nerabezaroko garaietan, "Alebi, alebi"ka gauez jolasten ginenean beldurra zela nagusi norgehiagoketan galtzaileak ateraz gero... zigor bezala, sarritan, kanposantuko ateraino bidaltzen baikintuzten, horrek suposatzen zuen guztiarekin. Hamar-hamabi urte, iluntasunik gordinenean... eta Aldayko atea ikutu behar... Gehiegi gure izpirituarentzat.
Argazkiak: JMVM
ARRASATEKO HILERRIAZ GEHIAGO
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