urria 30, 2024

DOMU SANTU EGUNA ARRASATEN. 1892


Ez da lehen aldiz Arrasateko Aldayko hilerriaz idazten dudala. Hura ezagutu genuenok ongi gogoratzen dugu zein nolako zirrara egiten zigun kanposantuko ateraino igo behar izateak, halebika jolasten ari ginenean galtzaile izatea suertatzen bazitzaizun. XIX. mendearen lehen hamarkadan diseinatua, arrasatearrok gehien ezagutu dugun hilerria da. “Sanperioko ortua” esaten zitzaion erdi txantxetan artean XX.aren erdi aldean, 1885eko zabaltze proiektuan Severino Sanperio arrasatearrari erosi baitzitzaizkion terrenoak. 
Aldayko kanposantua, 1.930 inguruan

Goazen, baina, Miguel Madinabeitiarekin, 1892ko azaroaren 1ean honela idatzi baitzuen herriko kanposantuaz “La Voz de Guipúzcoa” egunkarian: 

“La fiesta de Todos los Santos, instituida por Gregorio III en 739, que tan alegre se muestra por la mañana, ya por la tarde cambia de aspecto con el clamoreo de las campanas, que instintivamente anuncian la víspera de la conmemoración de los fieles difuntos, cuya celebración no se generalizó hasta el siglo XV. Aquella tarde y la de este día afluimos al cementerio aun aquellos que más perezosos somos para las prácticas religiosas, a orar y rendir un tributo piadoso a la memoria de los que fueron nuestros padres, hermanos e hijos. Y porque esta costumbre entraña en mi pueblo un doble motivo, ignorado acaso por la generalidad, es por lo que me propongo trazar unos renglones sin entrar en disquisiciones históricas que alargarían el trabajo” 

Tartetxo bat eskaintzen dio kronika egileak jarraian, blog honetan ere espazioa eman diogun Santa Marina elizari. Interesgarria da paper zaharrean irakurtzen denari buruzko detailetxoa: 

“A corta distancia del cementerio, en un sitio que le domina, subsiste, transformado en casería de labranza, el edificio que fue la primitiva parroquia de la villa, bajo la advocación de Santa Marina de Aguirre, que debió ser de las muy antiguas del país, dedicada a una titular que padeció martirio el año 138 de la era vulgar. Fue parroquia hasta el año 1590, pero no se suprimió el culto hasta el de 1626. En este tiempo era allí donde se celebraba la función de ánimas, principiando desde la víspera de Todos los Santos. Y hablando de ofrendas, se lee en un viejo papel: “De cuya gruesa se daba la mayor y mejor parte este día al preste que celebraba la misa; las veinte siguientes a los cuatro repartidores por el trabajo de subir a cantar las vísperas de difuntos, a sendos, al sacristán y beatas; y la resta se traía al cabildo para repartirla en la parroquia de San Juan Bautista 

Madinabeitiak, historialariaz gain udal idazkari bezala, ondo ezagutzen zituen XIX.go korporazio desberdinen deliberamenduak, eta 1809ko maiatzaren 28ko aginduaren berri bazuen, hain zuzen Arrasateko kanposantu berriaren eraikintza ekarriko zuena. Thouvenot jeneral frantziarra izan zen eragilea: 

“Generalmente se cree que fue el gobierno invasor francés el que estableció la costumbre de enterrar los cadáveres fuera de los templos, y esta creencia no es del todo infundada, porque si bien años antes, en el reinado de Carlos IV, se dieron órdenes terminantes al efecto, no se cumplían, y hubo necesidad de que los franceses mandaran emplazar cementerios al aire libre, como sucedió con el de este pueblo en mayo de 1809. Hacían más de 30 años que en otros países se adoptaron medidas encaminadas a este fin, con excepciones siempre a favor de las clases privilegiadas, pero el más conforme con las exigencias modernas que yo he visto es una ley promulgada por el rey de Cerdeña, Victor Amadeo, en Moncalier en 25 de noviembre de 1775.

El cementerio de cuya visita me ocupo recibió una ampliación en 1868 y otra en 1885, que le dejan a cubierto de las exigencias de médicos y de la Junta de Sanidad, por su mucha capacidad y excelentes condiciones higiénicas. Hay pocos panteones todavía, aunque algunas familias los tienen proyectados. Para los que, como yo, no tienen que preocuparse de este gasto, se ha generalizado el uso de unas cruces de hierro, de buen gusto artístico fundidas en la fábrica de cerrajería.” 

Egia da Vergarajáuregui, Resusta y Cia enpresaren katalogoan kanposantuetako gurutzeak ageri ziren garai batean. 
Alday kanposantuko sarrera

“Cada vez que subo al cementerio me da grima ver una inscripción que hay en la portada. El alcalde que mandó hacerla en 1868, y que aún vive, me encargó trazar un versículo del Apocalipsis, que me excusé de hacerlo reconociendo mi insuficiencia como pendolista, y le rogué que, teniendo tan cerca Vitoria, trajera de allí una lápida digna de aquel lugar. Mis observaciones fueron inútiles y sobre lo que yo escribí pasó el buril un picapedrero, y así salió el trabajo. De estos defectos hay muchos en el camposanto de mi pueblo, porque algunos creen que de un cantero se puede improvisar un tallista y de un albañil un pintor. No; cada uno su oficio” 

Kanposantuari buruzko azken aipamen horren bitartez, badakigu jakin Aldayko atean irakurtzen zen “Opera enim illorum secuuntur illos” (euren obrek jarraituko diete) esaera  Miguel Madinabeitiaren ideia izan zela. Gutxi ez dena.

Nik gehituko nuke, gure nerabezaroko garaietan, "Alebi, alebi"ka gauez jolasten ginenean beldurra zela nagusi norgehiagoketan galtzaileak ateraz gero... zigor bezala, sarritan, kanposantuko ateraino bidaltzen baikintuzten, horrek suposatzen zuen guztiarekin. Hamar-hamabi urte, iluntasunik gordinenean... eta Aldayko atea ikutu behar... Gehiegi gure izpirituarentzat.


Argazkiak: JMVM 

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