abendua 02, 2015

SAN NIKOLAS, XX.aren HASIERAN


Umeak Udaletxearen aurrean

Igandean Arrasateko umeak –eta ez hain umeak- eskale koplari aterako dira kaleetara, mendetako ohiturari segituz. “Angelitos somos,…”ekin ariko dira, plastikozko boltsa eskuzabalek botatakoarekin bete guran.

Gaur eta gure haurtzarotik abesten dugun bertsioa, ordea, desberdina da XX.aren hasieran kantatzen zutenarekin alderatuta. Behintzat, eta hauxe da gaurko artikuluxka honen arrazoia, Juan Carlos Guerra historrialari arrasatearrak beste bat eman zuen jakitera, 1911ko “Euskalerriaren Alde” aldizkarian. Ikus dezagun zer idatzi zuen, urte hartako hirugarren zenbakian, “Las coplas de San Nicolás” titulupean:
 
“En Mondragón es siempre ese día esperado con ilusión por la gente menuda. Cuando las sombras de las largas noches decembrinas cubren aún nuestro suelo, salen ya impacientes los muchachos de sus casas, reunidos en numerosa turba y, al fulgor de algunos fajos de paja briosamente blandidos, acuden primero a la puerta del Campo Santo, donde rezan un Pater Noster por los difuntos. Hermosa visita que proclama con mucha elocuencia la solidaridad humana entre vivos y muertos.  Regresan al pueblo en confusa algarabía y recorren las calles, cantando frente a las casas de los principales vecinos esta copla bilingüe:
A la luna noche sia,
Echeko-andra nobliá,
Egizu, egizu pilliá…
San Nicolás, triskilis tras.
Kamela gaztaña, no quiero más. 

Desde su muelle cama les oyen con envidia los niños a quienes sus padres no permiten ese madrugón y apenas aparecen sobre la cima del Hidalgobaso los rosados tintes de la aurora, saltan gozosos de su lecho y asoman al balcón, para aguardar impacientes el regreso de la tropa infantil. Al cabo de una hora o más de ronda, vuelve esta tropa, reforzada ahora con las atipladas voces de las neskatillas, y con tono vibrante exclama:

San Nicoolas Santua
Udalachen ortua
Amboto!  Amboto madarikatua! 

San Nicolás, Triskilis tras,
Kamela gaztaña, no quiero más.
Aquí estamos cuatro,
Cantaremos dos,
Para San Nicoolas
Por amor de Dios.

Los cuatro que reza la copla son, cuando menos, cuarenta o cincuenta, y quieren siempre algo más que las castañas del cantar. Repiten otros  versos y aun inician, en tono de diana militar, un villancico, como preludio de las entonces muy próximas Navidades:  

Belengo portaleko ate zabaletán
Otzak ikaraz dago Jesús lastuetan

Al fin se colma su anhelo, ábrese el balcón y aparece la echekoandra, sosteniendo en sus manos la gamela (1), o ya una moderna bandeja, colmada de manzanas y nueces, algunas veces con aditamento de nísperos, avellanas y algunas otras golosinas. Levantan sus cabecitas los niños, agitan sus brazos y vuelven a cantar, esforzando el grito:
 
Udalatx
San Nicoolas Santua
Udalachen ortua, 
Amboto!Amboto madarikatua!

Entonces cae sobre ellos como pedrisco la lluvia de regaladas frutas, cuya recolección se disputan en confuso hormiguero y gracioso remolino, saltando unos sobre otros y arrastrándose por los suelos, sin reparar en el barro que ordinariamente los encharca en tan lluviosa estación. Cuando ya no queda una sola nuez en la calle, y están completamente repletos los bolsillos y kolko, vuelan neskatillas y mutikos a otra parte, y se les oye en lontananza:

 

Anboto Besaidetik
San Nicoolas Santua
Udalachen ortua,
Amboto!Amboto madarikatua!

Cualquiera que esto lea, reputará que la copla es un desatino, completamente desprovisto de sentido, y sin embargo lo tiene. Amboto y Udalach son dos magníficas pirámides de roca caliza, situadas frente a frente, ofreciendo a la sorprendida vista del viajero que por la carretera de Vitoria llega a Arrasate, el aspecto de dos gigantescas fortalezas, que cierran el paso de un invasor audaz con su imponente masa y fantástica silueta. Su altitud es de 1.357 y 1.083 metros respectivamente, y como sus bases se asientan sobre un nivel medio de 200 metros, resulta que lucen toda su elevación con magnificencia incomparable.

De ellas dijo Garibay que parecen hermanas, que nacieron para hermosear la una a la otra. Pero a pesar de su análoga belleza e igual constitución geológica, difieren notablemente en su remate final y en sus antecedentes históricos, y de ambas diferencias es fidelísimo reflejo la copla de San Nicolás”

Juan Carlos Guerrak segitzen du zehazten Anboto eta Udalaitzen arteko desberdintasunak eta, besteak beste dio, Anboto betidanik sorginkeriarekin egon dela erlazionatuta, Arrasateko mendiaren gailurrean santutegi bat egon zen bitartean. Diferentzia horretatik eskaintzen dio Guerrak koplari zentzuzko adierazpena. Eta bukatzen du:

Umeak eskale kopla abesten ari
“Udalachen ortua,
Amboto!  Amboto madarikatua! 

Quiera Dios que, cuando esos niños sean hombres, sepan maldecir con la misma energía todos los vicios que mancillan la sociedad contemporánea, no menos funestos y perniciosos que los que hicieron execrable en lejanos tiempos el nombre de Amboto”

(1) gamela: balde, palangana

Argazkiak: Mondraberri (umeena), JMVM
 








 

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