Umeak Udaletxearen aurrean |
Igandean Arrasateko umeak –eta ez hain umeak- eskale
koplari aterako dira kaleetara, mendetako ohiturari segituz. “Angelitos
somos,…”ekin ariko dira, plastikozko boltsa eskuzabalek botatakoarekin bete
guran.
Gaur eta gure haurtzarotik abesten dugun bertsioa,
ordea, desberdina da XX.aren hasieran kantatzen zutenarekin alderatuta.
Behintzat, eta hauxe da gaurko artikuluxka honen arrazoia, Juan Carlos Guerra
historrialari arrasatearrak beste bat eman zuen jakitera, 1911ko
“Euskalerriaren Alde” aldizkarian. Ikus dezagun zer idatzi zuen, urte hartako
hirugarren zenbakian, “Las coplas de San Nicolás” titulupean:
“En
Mondragón es siempre ese día esperado con ilusión por la gente menuda. Cuando
las sombras de las largas noches decembrinas cubren aún nuestro suelo, salen ya
impacientes los muchachos de sus casas, reunidos en numerosa turba y, al fulgor
de algunos fajos de paja briosamente blandidos, acuden primero a la puerta del
Campo Santo, donde rezan un Pater Noster por los difuntos. Hermosa visita que
proclama con mucha elocuencia la solidaridad humana entre vivos y muertos. Regresan
al pueblo en confusa algarabía y recorren las calles, cantando frente a las
casas de los principales vecinos esta copla bilingüe:
A la luna noche sia,
Echeko-andra nobliá,
Egizu, egizu pilliá…
San Nicolás, triskilis tras.
Kamela gaztaña, no quiero más.
Desde
su muelle cama les oyen con envidia los niños a quienes sus padres no permiten
ese madrugón y apenas aparecen sobre la cima del Hidalgobaso los rosados tintes
de la aurora, saltan gozosos de su lecho y asoman al balcón, para aguardar
impacientes el regreso de la tropa infantil.
Al
cabo de una hora o más de ronda, vuelve esta tropa, reforzada ahora con las
atipladas voces de las neskatillas, y con tono vibrante exclama:
San Nicoolas Santua
Udalachen ortua
Amboto! Amboto madarikatua!
San Nicolás, Triskilis tras,
Kamela gaztaña, no quiero más.
Aquí estamos cuatro,
Cantaremos dos,
Para San Nicoolas
Por amor de Dios.
Los cuatro que reza la copla son, cuando menos, cuarenta o cincuenta,
y quieren siempre algo más que las castañas del cantar. Repiten otros versos y aun inician, en tono de diana
militar, un villancico, como preludio de las entonces muy próximas Navidades:
Belengo portaleko ate zabaletán
Otzak ikaraz dago Jesús lastuetan
Al fin se colma su anhelo, ábrese el balcón y aparece la echekoandra, sosteniendo en sus manos
la gamela (1), o ya una moderna bandeja, colmada de manzanas y nueces, algunas
veces con aditamento de nísperos, avellanas y algunas otras golosinas. Levantan
sus cabecitas los niños, agitan sus brazos y vuelven a cantar, esforzando el
grito:
Udalatx |
San Nicoolas Santua
Udalachen ortua, Amboto!Amboto madarikatua!
Entonces cae sobre ellos como pedrisco la lluvia de regaladas frutas,
cuya recolección se disputan en confuso hormiguero y gracioso remolino,
saltando unos sobre otros y arrastrándose por los suelos, sin reparar en el
barro que ordinariamente los encharca en tan lluviosa estación. Cuando ya no
queda una sola nuez en la calle, y están completamente repletos los bolsillos y
kolko, vuelan neskatillas y mutikos
a otra parte, y se les oye en lontananza:
Anboto Besaidetik |
Udalachen ortua,
Amboto!Amboto madarikatua!
De ellas dijo Garibay que parecen hermanas, que nacieron para hermosear la una a la otra. Pero a pesar de su análoga belleza e igual constitución geológica, difieren notablemente en su remate final y en sus antecedentes históricos, y de ambas diferencias es fidelísimo reflejo la copla de San Nicolás”
Juan Carlos Guerrak segitzen du zehazten Anboto
eta Udalaitzen arteko desberdintasunak eta, besteak beste dio, Anboto betidanik
sorginkeriarekin egon dela erlazionatuta, Arrasateko mendiaren gailurrean
santutegi bat egon zen bitartean. Diferentzia horretatik eskaintzen dio Guerrak
koplari zentzuzko adierazpena. Eta bukatzen du:
Umeak eskale kopla abesten ari |
“Udalachen ortua,
Amboto! Amboto madarikatua!
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