Ordena publikoaren zaintzaile talde desberdinen arteko lehia ez dela bakarrik gaur egunekoa eta adibide ugari eman daitezke alde horretatik, hizki handietako historian eta baita, jakina, txikietakoan ere. Oraingo ekarpen berri honetan, Arrasaten 1891an gertatutako kasu apaltxo bat dakart. Birfroga dezagun, beraz, edozein txikikeriak ondorio larriagoak ekar ditzakeela. Miguel Madinabeitiak idazten zuen Arrasaten ondoko kronika 1891eko azaroaren 8an, Donostiako “La Voz de Guipúzcoa” egunkarirako:
“Tenía hecho el propósito de
devorar en silencio la amargura que por su publicidad me produjo el incidente
acaecido en este pueblo la noche del domingo 26 del pasado mes pero noticioso
ayer que un hijo del sargento de miqueletes, chico tan bueno como simpático que
está colocado en la oficina de la fábrica, hubo prorrumpido en llanto, al saber
que su padre, hombre de carácter bondadoso iba a ser destinado a otro punto, no
puedo menos de quebrantar la actitud en que me había propuesto mantener.
¿Y qué fue ello? Pues nada: que
una madre, no pudiendo conseguir que su hijo se retirara, demandó el auxilio, o
si se quiere, el prestigio de un miquelete que acertó a pasar por allí en son
de paz con un compañero suyo, ambos en dirección a sus casas; que el chico, en
vez de acatar y obedecer al miquelete, que al fin pertenecía a un instituto
armado, le apostrofó con un epigrama muy
parecido al que se cuenta que endilgó Maroto a Iturriza, y que en vista de
semejante insolencia le amenazó con llevarle a la cárcel. En tal estado, parece
que se acercó al grupo un sereno y se suscitó entre ellos acalorada disputa, y
viéndose el miquelete contrariado por todas partes, levantó la mano en ademán
de enfado, pero sin descargarla sobre nadie, y que entonces el vigilante
nocturno produjo al miquelete un rasguño con su chuzo, que no debió de pasar de
rasguño porque la sangre no llegó al río. Esta es en sustancia lo ocurrido,
según impresión general.
Conste ahora que yo no censuro ni
invoco a la autoridad que conoció el asunto, ni al que dio el parte, porque uno
y otro obraron en cumplimiento de su deber. De lo que sí me lamento es de la poca
generosidad, poca prudencia y ningún compañerismo de los contendientes, que
pudieron y debieron evitar un escándalo que no tenía razón de ser. Al que tiene
la culpa de este incidente, sea quien fuere, no le envidio la gloria que se ha
conquistado, pues si antes Mondragón tenía mala sombra y fama, aunque
injustamente aplicadas, hoy se le compara con … no me atrevo a nombrarlo"
Madinabeitiak herriko bi zaintza taldeen arteko liskarraren berri ematen du. Udal idazkaria zen artean historialaria eta bertatik bertako informazioa erabiltzen zuen. Gainera Arrasate txiki hartan denak ziren ezagunak, eta - esaerak dioenari jarraikiz- herri txiki infernu handi. Madinabeitia kexu azaltzen zaigu hurrengo lerroetan ere, baina harira ez zetorren arren, garbi utzi nahi izan zuen ostera ere zentsu administratibo oker batean Arrasatek pisu gutxiago zuela Aretxabaletak baino. Behin baino gehiagotan altxatu zuen ahotsa publikoki udal idazkariak, bere ustez injustizia zen egoera horren aurrean:
Zelestino Arzamendi, mikelete arrasatearra |
Y el dignísimo jefe del cuerpo de
miqueletes de la provincia no ha podido obrar más correctamente que lo que ha
hecho, y se comprende a simple vista, que si ha creído que sus miqueletes son
un elemento de perturbación en Mondragón los ha trasladado a Arechavaleta. No
es un juicio mío aislado, que tal vez no es exacto, pero lo consigno sin ánimo
de faltar a nadie, y si está mal pensado, lo retiro desde luego. El Sr.
Lojendio es una de las personas de mi más distinguida consideración en la
provincia, que me honra y me favorece con su amistad desde hace muchos años. Él
no pasará de este pueblo sin visitarme y sin emplear conmigo media hora, que se
desliza fugaz, hablando de antigüedades, de historia y de libros. Si alguna
ocasión se me presentase en este momento, le suplicaría reverentemente que
revocase la determinación adoptada.
Pero ya que esto no está en mi
mano alcanzar, reciban al menos mi testimonio de mi más profundo sentimiento
porque se marchan, el simpático D. Juan José Altuna y su familia, y las de
Antonio Paguaga y Ramón Alberdi, cuyos individuos merecen alguna consideración
porque, si no todos, los más de ellos han derramado su sangre en el campo de
batalla para traernos la paz que hoy disfrutamos”
Begiratu dut udal aktetan ezer
ote dagoen auzi honen gain eta ez dut ezer aurkitu. 1891ko azaroan Severino
Samperio zen Arrasateko alkatea. Madinabeitiaren hitzetatik ondoriozta
daitekeenez, Altuna eta Alberdi girien aldeko bandoan aritu ziren azken
karlistadan. Zergatik? “los más de ellos” baieztapenarengatik. Antonio
Pagoaga, 1855ean jaioa, ordea, karlista zen, izen bereko bere semea izango zen
bezala. Azken hori oso hizlari ospetsua egin zen Arrasateko inguruetan, 1930-36
urteetan, tradizionalisten aldeko mitinetan. Euskaraz aritzen zen.
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