urtarrila 27, 2021

SANTA AGEDAKO UR BAINUEN ONTASUNA. 1828


Santa Ageda, hastapenetan
Garbi dago Santa Agedako bainuek ospe handia izan zutela, eta uren ontasunari buruzko ahoz ahoko transmisioak bezeroen kopuruan eragin positiboa izan ohi zuen. Zer esanik ez, goi mailako pertsonaiak – Isabel II, Cánovas del Castillo, Praxedes Sagasta, Emilio Castelar, Jose Etxegaray…- ziren erreklamorik bikainena Bainu Etxeko ugazabentzat. Baina publizitateak ere funtzionatzen zuen, zuzena ala zeharkakoa. Mendiatarrek bazekiten eltzeari eragin behar zitzaiola onura ateratzeko. Eta horixe da, hain zuzen, gaur dakardan istorioa. 

“El Diario balear” egunkariak, 1828ko ekainaren 30ean honako albiste hau ematen zuen, Ramon Mendiak berak bidalita. Kontuan eduki behar dugu Santa Agedako uren establezimendua 1827an ireki zela, urtebete bat lehenago hain justu.

“Don Ramón de Mendia, dueño de la casa de baños y de las aguas minerales sulfúreas de la aldea de Santa Águeda, jurisdicción de Mondragón, en Guipúzcoa, justamente interesado en el crédito de las mismas, y escitado todavía más por el bien general de la humanidad doliente, remite para su publicación el caso siguiente acaecido, como consecuencia de la virtud curativa de aquellas aguas” 

Sarrera bikaina, ezta? Pozik egoteko motiboak bazituen Don Ramónek! Gizadi gaixoaren ontasunean interesatua, arranopola! Bada, goazen aurrera: 

“Doña Manuela Mugica, natural de Anzuola, en Guipuzcoa, de edad de 14 años, había más de seis años que estaba padeciendo unos accidentes que la ponían a peligro de muerte, y se atribuían a una caida que dio cuando
tenía seis años desde una ventana bastante alta. Al principio le duraban como media hora; después hora y media y dos horas: la hacían arrojar espuma por la boca y estaban acompañados de todas las señales de muerte. De resultas del último accidente que sufrió en febrero de 1827 quedó ciega, sin voz y paralítica de todos sus miembros. No tomaba más alimento que un poco de caldo, administrado con una esponja. Y habiendo observado que arrojaba algo de sangre, se sustituyó un poco de leche. 

Conducida en andas por seis hombres a los baños de la ante-iglesia de Santa Águeda, jurisdicción de Mondragón, principió a tomar aguas y baños. Al tercero abrió los ojos y movía algo los dedos de las manos, pegados los pulpejos a la raíz del nacimiento de los dedos. Al cuarto los movía con más libertad y agarraba cualquiera cosa. Al quinto levantaba la cabeza, abrió del todo los ojos con muy poco movimiento, pero no veía. Tenía más expedito el oído pero no podía ni sacar ni mover la lengua. Al sexto baño desapareció el meteorismo que tenía en el vientre y toda la corvadura o contracción hacia atrás, que era tal cuando llegó a los baños, que necesitaba dos o tres almohadas para sostenerse. Al séptimo baño empezó a percibir objetos y quería hablar, manifestando mucha alegría. Al octavo toda la mejoría fue en aumento. Conocía a todos, empezó a hablar clara y perceptiblemente.  Desde entonces los progresos que hacía en su curación eran tan rápidos que se notaban de hora en hora, habiendo conseguido la mayor aptitud y despejo en todos sus sentidos, y completa libertad en sus miembros, faltándola únicamente la fuerza necesaria para andar. 

Todo esto está auténticamente probado por declaración de tres facultativos que asistieron a la paciente, el padre y la hermana de la misma, y otras personas de categoría, testigos presenciales” 

Manuela Mujika antzuolarra 1814an jaio eta Gasteizen hil zen, 1851an. Ezkonduta zegoen. Nire aldetik, erositako prezioan saldu dut istorioa. Albiste berdina estatuko beste mediotara ere helarazi zuen Ramon Mendiak, ongi baitzekien uzta jaso ahal izateko lehen-lehenik erein egin behar dela. Eta ereintza garaian zegoen. Santa Agedako urte onak iristear ziren.
Argazkiak: JMVM

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