iraila 11, 2024

ARRASATE-ARAMAIO MENDITIK. IBILALDI GIDATU BAT 1894an


Ibilaldi eta bisita gidatuak ez dira gaur egunekoak, jakina. Txoko honetan azaldu nahi dudana ere ez zen maila horretan sartzen baina ondoko abenturako protagonista bati esker, egiten zaigun deskribapenak eramangarriago bilakatzen du Arrasatetik Aramaioko Krutzeta gainerainoko joan etorria. Miguel Madinabeitiari nagokio, noski, eta bere eskutik eramango gaitu, goizeko 10´30etan hasi eta – mahai baten inguruan-  gaueko 11etan amaitu zen martxan zehar.  “La Voz de Guipuzcoa” egunkariaren 1894ko urriaren 25ean publikatu zioten, lehen orrialdean, ondoko idazki luzea.

San Adrian baseliza

La fuente de San Adrián. Entre no escribir nada por falta de asuntos de interés local, como aquí sucede, a escribir algo que, aunque carezca de ese interés no agravia al público y estimula mis aficiones, he optado por el segundo de estos extremos, con la esperanza de que Vd., señor director, será ahora más indulgente que lo sería, acaso, en plena época veraniega. Y sin más preámbulos para no alargar, entro en la materia.

Allá en los comienzos de la última guerra civil, regresando de Vitoria por los altos de Cruceta, se ofreció a mi vista el panorama más encantador. De frente una espaciosa rampa matizada de flores y finísima yerba, de donde se divisaban las pintorescas montañas que dividen a Alava de Guipúzcoa; a la derecha veía Salinas, Escoriaza y la carretera general, y a la izquierda el frondoso valle de de Aramayona, cuyo era el terreno que estaba pisando, y a mi lado una pequeña colina en cuya cúspide se alza la solitaria ermita de San Adrián, y a su pie un peñasco rojizo que al pronto me pareció alguna ropa colorada que había quedado allí olvidada. Al acercarme al sitio fue agradable mi sorpresa de encontrarme en una fuente de fresca y cristalina agua ferruginosa, donde apagué mi sed y me propuse volver algún día expresamente a visitarla” 

Jesus Mari Elejalderen "Ermitas y caminos del Valle de Aramaiona" liburuan irakur daitekeenez, aurreko garaietako aramaixoarrek "Danborralde" deiturarekin ezagutzen zutela baseliza. Zer dela eta? Madinabeitiak aipatutako azken gerra karlistan, Aramaio ibar osoko biztanleak beldurtzearren baselizako zelaitik danbor hotsak jotzen zirelako. Bestalde, beste behin ere idatzi nuen mendi-bide horren gain, hain zuzen ere San Frantzisko Xabierrek egin bide zuena. 

“Así han transcurrido veintiún años y, por fin, el domingo 26 de septiembre (1) último a las diez y media de la mañana emprendimos el amigo Andrés y yo la jornada, dejando la carretera a los doscientos pasos, poco más, desde la calle que dista el crucero de Arrasate, donde se toma el monte. Allí existió la antiquísima ferrería de su nombre, transformada hoy en fábrica harinera de D. Higinio Resusta, donde tiene montado el dinamo que dota de luz eléctrica a la población. 

Yo conocí en aquel punto una vetusta columna redonda de piedra arenisca labrada, de más de cuatro metros de altura que remataba una tosca cruz, que la tradición popular señalaba como el sitio donde el rey Alfonso VIII, el de las Navas, juró los fueros de Guipúzcoa, cuando su voluntaria entrega a la corona de Castilla el año 1200. Aquel memorable suceso está representado en la magnífica vidriera que da luz y es ornamento de la suntuosa escalera del palacio de la Provincia; pero cuando los publicistas se ocupan de este asunto, tienen el especial cuidado de no citar el nombre del pueblo donde se efectuó. Que en Mondragón sucediera aquello sea tal vez cuento; pero es el caso que así se lee en el libro de Egaña y en el libro de Iztueta.
Y como va de cuento, al subir la cuesta de Olandiano me recordó Andrés las consejas que cuando niños deleitaban nuestra imaginación, creyendo que el dragón había surcado con su cola aquel camino, y que los ferrones le abrasaron con el hierro candente agoyá (2) de que tuvo orígen el Abrasate, transformado luego en Arrasate, nombre que en lo antiguo llevó el pueblo. Así ganamos el sitio de
Gipuzkoako foruei zin eginez, Alfontso VIII
Olandiano, donde existió la ermita del Cristo, cuya efigie se conserva, y pasando por Miravalles y Mandoin, hicimos alto en el sombrío hayedal de Nafarrena, ya jurisdicción de Arechavaleta, y antes de tres cuartos de hora llegamos desde allí a la venta de Muru, enclavada en el barrio o anteiglesia de Uncella, término municipal de Aramayona en Alava. 

Mientras yo esperaba bajo un castaño, subió Andrés a la venta a dejar los chismes, con encargo de que estaríamos de regreso para las cuatro de la tarde, y al volver me dijo que en la cocina vio grandes preparativos de comida para las cuatro también. Coincidió con nuestra gira la de otros amigos del pueblo y, aunque aquellos, lejos de desdeñar un cubierto más, me lo hubieran brindado gustosos, esto quitaba a nuestra excursión todo el sabor de originalidad que yo quería darle, y por consiguiente hice que recogiera los chismes, tomara más vino y una parrilla que resulto ser un trébede y proseguimos nuestra peregrinación.

Al pasar por Uncella no pude menos de recordar al famoso escultor Vicente Mendizabal, que fue del caserío Urrutia en el mismo barrio, conocido aún con el apodo de Pintor. Entre otras muchas obras suyas existe un San Pedro, de pontificial, que la cofradía de mi pueblo guarda para las procesiones, que es de reconocido mérito artístico, no solamente por la parte escultural, sino también por su fina y delicada pintura, que nadie creería se ejecutó entre aquellos montes, si no estuviera justificado por la competente escritura de ajuste que he visto. 

“Por qué le llamarían el pintor? me dijo Andrés. A eso voy – le repliqué- y caminamos, refiriendo lo siguiente: El año 1753, Juan Martín de Mazmela, dueño y señor de la casa de Ceráin (3), entablo pleito contra Tomás de Galarza, vecino de Elorrio y dueño de las caserías de Muru y Garay (hoy Muru es del ventero Chomin) sobre que con las dos sepulturas, una junto a la otra, de la iglesia de Uncella, se había puesto una barra y letrero para hacer tres sepulturas. A la sazón estaba de santa pastoral visita en Aramayona el licenciado don Joaquín Calatayud Arellano, visitador sede vacante, y el pleito se sustanció ante él, siendo cura de Uncella D. Luis Isasi Isasmendi, y en las declaraciones sale con Vicente Mendizabal el pintor vallisoletano D. Santiago Rada, que estando ejecutando en la iglesia alguna obra de arte, casó con la hija del Mendizabal, y he aquí por qué le llaman del Pintor a aquel caserío” 


Zerain baserria

Datu horiei helduz, Madinabeitia ez zihoan ondo, izan ere Bizente Mendizabal Gellaon jaio zen, 1726an, eta 1748an Untzellara ezkondu zen, baliteke – Madinabeitiak dioen moduan- Urrutia baserrira.  Dena den,  emaztegaia Paula Rada-Herrera Garay zen eta itxura guztien arabera Bizente izan genuen Santiago Rada horren alabarekin ezkondu zena eta ez alderantziz. Baina goazen aurrera Madinabetiaren mendi-ibilaldiarekin. 

“En este coloquio llegamos a la ansiada y poética fuente, y de más está decir los honores que le hicimos. Mientras yo me entretenía mirando con el auxilio del gemelo las obras del ferrocarril Anglo-Vasco-Navarro, de ese ferrocarril, desdichado y misterioso, que he perdido ya la esperanza de verlo pasar por mi pueblo, Andrés encendió una hoguera en cuyas abundantes brasas lo arreglamos todo.

Más de una hora descansamos en tan ameno sitio, pero siguiendo el consejo de unos hombres que por allí pasaron, cambiamos de itinerario y devolviendo con ellos a Muru lo que no era nuestro, incluso el importe del vino que habíamos sacado, emprendimos nuestro regreso por Aparregui y Savola para ganar de día la carretera de Santa Agueda, dejando a un lado las anteiglesias de Azcoaga y Barajuen, en cuyas inmediaciones se ve el sitio donde fue la torre o castillo feudal de los condes de Aramayona, teatro de escenas que hoy parecen increíbles, si no las refiriera el coetáneo Fr. Diego de Ayala.

Al pasar por la encañada de Zubicho, donde nunca había estado, tuve que taparme las narices porque aquello hedía a huevo podrido o coa así, hasta que dos muchachas que venían en dirección opuesta a la que nosotros llevábamos, con sus cestitas al brazo, nos persuadieron de que había muy cerca un gran pozo de agua sulfurosa, Uratsa, con su correspondiente bañera emplazada en el hueco de un corpulento y secular castaño que formaba una chabola cubierta de helecho seco. En efecto, había una bañera llena de agua y una silla de Vitoria, y supimos que el día anterior se había bañado allí un señor cura alavés. Es imposible encontrar un sitio más delicioso que aquél para verano, con la particularidad de que corre por su centro un riachuelo, no de escaso caudal, pues Fiel, mi inseparable perro, se zambullía de trecho en trecho y luego nos rociaba con sus asperjes, que por cierto no se lo agradecíamos. 

A las siete entrábamos en una casa de la calle Olarte, donde nos esperaban con la mesa puesta, y despachamos con apetito la comida que yo había encargado para los dos. Andrés se puso alegre, y como había sido tercio en la campaña de Africa, recordó los cantos bélicos que el patriotismo español había dedicado a los guerreros ilustres O´Donell y Prim; y a las once en punto dimos con nuestros cuerpos en la cama, cansados y rendidos sí, pero sin poder resignarnos a que fuera aquella la última gira que hiciéramos a la fuente de San Adrián”

     (1)    Okertu egiten da Madinabeitia, igande eta 26, abuztuan izan baitzen urte hartan eta ez irailean.
     ( 2)    Ahoan? Olagizonek burnia ahoan sartu zioten herensugeari.
     ( 3)    Zerain, Untzellako baserria.

                     SAN FRANTZISKO XABIER, ARRASATEN (200603)

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