1979an argitaratu nuen “Sebero Altube” libururako,
Elixabete Altube loba izan nuen gidari ederra, osabaren etxean bizi izan
baitzen, alabatzat hartuta, izatez Seberoren anaiarena bazen ere. Elixabeteren
bidez jakin izan nuen Argentinan bazela altubetarren adar bat eta
argentinarrekin ere kontaktatu nuen, hain zuzen 1904an Argentinara aldatutako
Hilario Mercedesen senitartekoekin. Azken horren Violeta alaba izan nuen bitartekotza
lanetan eta haren ekarpenak sartu ahal
izan nituen Seberoren biografían.
Hilario Mercedes Altube, 30 urterekin |
Berrogei urte geroago, Hilario Mercedesen biloba Adriana
Altube Arrasaten egon da, lehen aldiz, sendiaren jatorria ezagutu asmoz eta
altubetarren historia hurbilari ukitu bat eman ahal izan diogu. Sarri esan dut,
Alejandro Altube eta Klara Lertxundi arrasatearrek, 1877z geroztik sortutako lau
seme-alabetatik inor ez zela Arrasaten geratu. Denek nahiago izan zuten zeru
arrotzen babesa, eta –adibidez- Benigno Bartzelonara eta Sebero Gernikara joan
ziren bezalaxe, izan zen ozeanoz bestaldera alde egin zuena, Hilario Mercedes. Eta
alde egite kolektibo horren arrazoia Alejandro aitaren izaera lakarrari egotzi izan
diot. Hiru bider ezkondu zen eta emazte guztiekiko harremanak zailak izan
ziren.
Gauza da, lehenik, Sebero 1902an Gernikara aldatu zela
hiri hartako musika bandaren zuzendari bezala, eta bi urte geroago Hilario Mercedesek
gurasoen etxea uztea erabaki zuen. Inoiz ez ziren ostera elkartuko bi anaiak.
Areago, Sebero Argentinan egon zen 1927an, Azul hirikoa zuen Gregoria emaztearen
sendia ikustera joanda. Sasoi hartan Hilario Mercedes Bolivian zegoen
lanarengatik, eta ez zuten elkar agurtu ahal izan.
Horixe izan da gaurko ekarpen honen sarrera, eta segituan
Adriana Altuberi eman nahi diot hitza, berari eskatu bainion Argentinara
heldutako Hilario Mercedesen zehazkizunak idaztea. Eta pozik ematen dut, beraz,
Sebero Altuberen loba-bilobaren idazkia, nire eskerrona helarazten diodan
batera. Berari eta Alfontso bere aitari, Hilario Mercedes arrasatearraren
semea. Hona hemen Adrianak bidali didana:
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"Hilario Mercedes de Altube, nacido
en 1885 en Mondragón, provincia de Guipuzkoa, partió de España con 19 años de
edad, rumbo a América. Arribó a Buenos Aires – Argentina- en el año 1904, y
posteriormente se instaló en lo que es hoy Provincia de La Pampa. Por ese
entonces, lograda la unidad política en 1880, Argentina se disponía a
establecer los cimientos de un país moderno. El Estado reforzó su presencia en
cada Provincia y Territorio Nacional, no solo a través del ejército, sino
también creando Escuelas Normales.
En esta nueva etapa de orden y
progreso, el país se adaptó a las necesidades de un mundo en transformación,
asumiendo el papel de proveedor de materias primas para las naciones
industrializadas. Muchas provincias quedaron al margen de los beneficios del
modelo económico, pero Jujuy, ubicada al norte del país, entre Salta y
Bolivia, logró integrarse gracias a la
llegada del ferrocarril, y participó de este progreso con su producción
azucarera.
Al iniciarse el siglo XX, Jujuy (1) había crecido y nuevas casas ocupaban antiguos baldíos. En 1910, circuló por
sus calles el primer automóvil, modelo Voiturette. El alumbrado, el pavimento,
los desagües y los edificios públicos fueron cambiando la fisonomía urbana y
dejando atrás escenas cotidianas de galeras, hombres a caballos y carros aguateros.
Así, al ritmo de la progresiva extensión de las vías del ferrocarril hacia el
norte, se fue fortaleciendo la integración de la provincia de Jujuy, la provincia más norteña del país, a la
economía nacional.
Probablemente por haber tomado
conocimiento del incipiente desarrollo del Norte Argentino, Hilario M. Altube, decidió
mudarse a Jujuy, instalándose en la ciudad de San Pedro donde ingresó a
trabajar en un comercio de la familia libanesa Chagra – Bohuid.
Al poco tiempo se independizó, abriendo su propio almacén
de Ramos Generales. Los almacenes de ramos generales, así llamados por la
variedad de rubros comerciales que abarcaban, se convirtieron en verdaderos
puntales de crecimiento de los pueblos.
El 11 de febrero de 1916, en San
Pedro, provincia de Jujuy, cuando ya
contaba con 30 años de edad, Hilario contrajo matrimonio con Nasla Chagra
Bohuid de 24 años de edad nacida en Zhagle- Líbano, hija y sobrina de los
dueños del comercio donde inició sus actividades mercantiles como dependiente.
Por ese entonces, se inició la
construcción de un ramal ferroviario hacia el este, para conectar las zonas
azucareras con el ferrocarril Central Norte. Así quedó inaugurada la llamada
“era de los ramales” y fue entonces que Altube decidió trasladar su Almacén a la
localidad de Embarcación, en la vecina provincia de Salta.
El rol de estos almacenes en el desarrollo de los pueblos
en nuestro país fue fundamental, no solo cumplieron una función de
abastecimiento de alimentos, herramientas y otras mercancías, sino que también constituían
un ámbito de socialización y de intercambio de información. Trabajaban con “la libreta”: los clientes tenían cuenta
corriente, compraban a crédito y pagaban a fin de mes, la única constancia de
la transacción, era la anotación en dicha libreta.
Antes de mudarse al nuevo centro, creado por la
construcción del ramal ferroviario, en la familia Altube-Chagra habían nacido
ya alguno de los 5 hijos del matrimonio, pero fue en Embarcación que se terminó
de conformar la familia, con Violeta Clara, Jesús (fallecido en 1964 soltero),
Víctor Manuel, Leonor y Alfonso Hilario.
Violeta, Leonor, Alfonso, Victor, Jesus, Nasla eta Hilario gurasoekin. |
En Embarcación, el almacén estaba en
el centro del pueblo, pero la familia vivía en una finca, donde cultivaban una
huerta y tenían algunos animales. Según recuerdan sus hijos, Hilario pasaba
muchas horas en el negocio y también viajaba mucho (a Bolivia, San Salvador de
Jujuy y Salta) a comprar y vender.
En Embarcación, las escuelas tenían solo hasta 4 grado,
así que a medida que los hijos fueron creciendo, se trasladaron a la ciudad de
Salta, a continuar los estudios como internados en colegios religiosos: los
varones, en institutos pertenecientes a la orden salesiana (donde estudiaron
Jesús y Alfonso) y lateranense (Colegio Belgrano, donde estuvo interno Víctor
Manuel), mientras que las mujeres estudiaron en los prestigiosos Colegio de Jesús
(Leonor) y Santa Rosa (Violeta Clara).
Hilario fue siempre una persona muy
independiente, con un estilo muy propio, algo desordenado, bohemio, soñador, a
quien nunca le importó su estatus social, así lo describen sus hijos aún vivos,
Leonor y Alfonso Hilario, en sus recuerdos mencionan que “el tata” (2) poseía una sensibilidad especial hacia las cosas bellas de la vida, por más
sencillas que parecieran, gustaba de la música, del arte, tenía un oído afinado
y una voz privilegiada.
Desde que llegó a la Argentina y se
instaló en Jujuy se afilió al partido radical y militó en el mismo, en 1918 el
candidato de ese partido Horacio Carrillo ganó las elecciones a gobernador,
inaugurando una larga etapa de gobiernos radicales que duró hasta el año 1930.
Con los radicales en el poder, los cambios no se limitaron al terreno político
(con la decisiva inclusión de las nacientes clases medias a la vida
institucional del país), en el plano social los gobiernos jujeños seguidores de
Yrigoyen dirigieron su acción hacia los sectores más desprotegidos de la
población de la provincia, como, los arrendatarios de la Quebrada y Puna, que
sufrían mucho por no ser los dueños de las tierras que trabajaban. Altube, de
manifiesta sensibilidad social, estuvo siempre apoyando esas políticas y en contra de los conservadores que defendían
un status quo de privilegios para pocos, desigualdad e injusticia.
La Familia se mudó a Salta, de a poco, a medida que los
hijos iban terminando los estudios, empezaron a trabajar en la ciudad y a
excepción de Jesús, todos se casaron y se fueron instalando en la capital de
Salta, el último en abandonar Embarcación fue Hilario Mercedes.
Cuando ya estaban todos viviendo en Salta, falleció de un
paro cardíaco en su casa el 10 de Octubre de 1962 a los 77 años, tenía por ese
entonces 7 nietos, luego serían 12. Vivió amando su familia, honrando la vida y
recordando todos los días su entrañable Pueblo Vasco, sus olivas, su txakolí,
su bacalao, sus alubias, sus aromas, sus colores y sabores y su profunda
identidad.
El apellido Altube sigue viviendo aún en Argentina, a
pesar que Violeta Clara la hija más grande (fallecida en 2007) no tuvo
descendencia; Víctor Manuel (fallecido en 1986) tuvo 6 hijos, cuatro mujeres y
dos varones, uno soltero, el otro fallecido con 2 hijas mujeres; Leonor, hoy
con 95 años, tiene una hija mujer; y mi padre Alfonso Hilario con 94 años tiene
6 hijos: Rafael ( médico 57 años), yo Adriana ( abogada, 56), Ricardo
(contador, 54) Claudia (arquitecta 52) Beatriz ( maestra 50) y Daisy (abogada 46),
todos casados con hijos. Los varones, tienen un hijo varón cada uno Facundo (21
años) y Rodrigo (8 años), son ellos los
que podrán continuar con el apellido Altube.
Altubetarren etxea zenekoan |
Este año cumplí el sueño de mi aita, y el mío por
supuesto, en compañía de mi marido Ramiro Gonzalez Navarro, conocí Mondragón
(Arrasate), el lugar donde nació mi abuelo, el pueblo donde están mis raíces,
caminé por las mismas calles que caminó él, miré el mismo cielo, la misma
plaza, la que hoy lleva el nombre de mi tío abuelo Sebero Altube. Visité la
iglesia de San Juan Bautista en la que quizás fueron bautizados los Altube, me
senté en los bancos en los que probablemente Hilario se habrá sentado alguna
vez, escuché los acordes del órgano y pensé que a lo mejor él también escucho
sonar esos acordes y cantó en ese mismo lugar, mi corazón explotaba de emoción, y por si
fuera poco ¡¡era 19 de Marzo!! día en que
en España se festeja el día del padre y se conmemora a San José.
Adriana Altube |
Conocí a Angelita Medinabeitia y a sus tres hijos, su
nieto Txomin, su cuñada y su sobrino, también nos presentaron al escritor y divulgador Josemari Velez de Mendizabal, que me habló de la familia Altube,
nos acompañó a recorrer el pueblo y nos contó todo lo que en un par de horas se
puede contar. Angelita nos recibió en su casa con muy cálida hospitalidad y
sentí por ella y sus hijos un “amor de familia”, siento haber soñado despierta,
me enamoré de Mondragón a primera vista, me emocionó profundamente sentir que
visitaba la Patria de mis ancestros y
volví feliz pensando retornar algún día con mis hijos, que como yo, son
ciudadanos españoles"
Argazkiak: Adriana Altube, JMVM
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