Baraxuengo eliza |
Gaurkoarekin amaitzen dut, zutabe honetan
argitaratzen joan naizen Becerro de Bengoaren “Descripciones de Alava” (1880) idazkiaren aurkezpena. Hiru izan dira ekarpenak eta
horietan ikusi ahal izan dugun bezala aramaioar jatorriko idazleak deskribapen
ederra bilbatu zuen bere aurrekoen ibarrari buruz. Bidaiaren data 1868ko
maiatzaren lehen hamarkadan kokatzen da.
Urte hartako maiatzaren 4, 5, 6 eta 7an arabar Batzar Nagusiak Aramaiora
hurbildu ziren beren saioak egitera. Becerro de Bengoak ez zuen aukera galdu
nahi izan eta bere adiskide Sotero Mantelirekin luzatu egin zuen Aramaioko
egonaldia, ondoko lerroetan adierazten digun bezala:
Piñudiko muinoan zegoen gaztelu-dorrea |
“Pasados los días de las Juntas, que se celebraron
con ese ardiente entusiasmo popular y con esa sencillez con que los alaveses
han sabido siempre practicar sus seculares y democráticas costumbres;
terminadas las magníficas fiestas en honor del Cuerpo universal de la Provincia, reunido
aquellos días en el valle en asamblea soberana: quedamos entregados por
completo a nuestras excursiones, hechas en compañía de los amigos, nuestros
incomparables cicerones. Fueron estas varias. Una a la anteiglesia de Barajuen,
que aún conserva delante de la puerta de su iglesia el roble a cuya sombra se
reunía el concejo general del valle para acordar lo más conveniente a su
administración y representación. No queda resto alguno de la torre-castillo de
los Múxicas, señores feudales
de este valle, condes de Aramayona, que aprovechándose de la anarquía que en
toda la nación reinaba en el siglo XV, y de los sangrientos bandos que asolaron
a las provincias durante este tiempo, se atrevieron a imponer a los habitantes
del valle hasta el derecho de que les entregasen a las mujeres más bellas, que
el Conde señalara; castigando a los padres o hermanos que se resistían, con la
pena de colgarles ahorcados de una almena de aquel asqueroso torreón.
Arexola auzoa eta goian Ipurtotz baserria |
Bien es verdad que en tan calamitosos tiempos no
hubo un solo pueblo en las provincias y en Castilla que no sufriese las
bárbaras imposiciones de la poderosa nobleza, y
que las crónicas de todos ellos están plagadas de horribles detalles.
Estos Múxicas pertenecían al bando Oñacino como los Butrones sus parientes de
Vizcaya y tano en las peleas de Alcundia de Lejarra (1422) como en la de
Mondragón, Zumárraga, Legazpia y San Millán, hasta bien avanzado el siglo,
tomaron principal parte, causando grandes estragos en el país.
Don Pedro de Avendaño señor de Villarreal tomó
Aramayona, ayudado por los vecinos en 1447, siendo después recobrada por los
Múxicas. Protestó siempre Aramayona contra las infamias de su Conde y
obtuvieron de los Reyes Católicos el que les enviase un juez que persiguiera
tales crímenes y les devolviera su libertad. Así quedó acordado, y los
aramayoneses entraron con su Hermandad a formar parte de la provincia de Alava,
en el uso de sus libertades, exenciones y costumbres en 1489, cuando aún vivía
en su castillo el tirano Juan Alonso de Música. Recuerdan los del valle la
tradición referente a un caserío que está sobre los Baños, entre Aréjola y
Echagüen, en el que una moza al ver que le iban a arrebatarla los del Conde, se
embadurnó el rostro con la mezcla de la cocina que estaba preparando para los
hombres que trabajaban en la era, y logró con su repugnante aspecto ahuyentar a
los que la pretendían”
Etxaguen auzoa |
Becerro de Bengoa marrazkilari ona zen –blog
honetan bere artearen laginen bat argitaratu dut- eta bisitatzen zituzten
bazterretako apunteak hartu zituen, gero bere artikulu mamitsuetan erabiliko
zituenak. Ondorengo lerroetan irakur
daitekeen moduan, “Mazmela”ren etxean ere egon ziren, Arexolan. Gerbasio Ruiz
de Mazmela zen, udal alkate ordea. Eta itxura denez, bazeukan arraintegi bat,
tenkak hazteko.
“Hicimos otra caminata a Andra María y Aréjola,
donde la casa de Mázmela nos obsequió con rico sagardua y tencas de su
pesquera; otra a las inmediaciones de Amboto y otra a los caseríos del Camino
de Santa Águeda. Cuando Manteli hubo tomado nota detenida de aquellos
históricos lugares de Zalgogaray, Turrión, Amboto y su dama, dispusimos la
vuelta a Vitoria, llevando con nosotros multitud de tradiciones del valle de
las brujas. Cuando trasponíamos el bosque de Albinagoya versó la entretenida
conversación sobre el valle aramayonés y sus patriarcales caseríos y sus
sencillas costumbres y sobre la belleza de la calle y de las anteiglesias, como
estación de verano y sobre el curioso folleto que acerca del hondo rincón
vascongado podría escribirse. RICARDO BECERRO DE BENGOA”
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