Sarritan aritu izan naiz Arrasateko Santa Barbarari buruzko parkeaz, eta batzuetan herriko historialaria izan zen Miguel Madinabeitiaren eskutik helduta. Gaurkoan ere berarengana jotzen dut, Madinabeitiak idatzi baitzuen La Voz de Guipuzcoa egunkariaren 1892ko maiatzaren 24an, “El paseo de Santa Bárbara” titulupean eta bitako lehen ekarpenean honela zioen:
“Como la fiesta de la Ascensión se aproxima
y ese día – si no llueve- la banda municipal, alternando con el clásico
tamboril, amenizará la romería que en Santa Bárbara se celebra…”
Polita da jakitea zergatik egiten zen
erromeria hura Santa Barbaran. Igokunde eguneko ohitura, Santa Barbara
baselizaren jatorrian bertan dago, gero ikusiko dugun bezala. Bada, maiatzaren
26an – Igokunde eguna- euria izan zen, nahiz eta herri kontzientzian – aipatu egunkarian
gogoratzen zuen moduan- “Hay tres jueves en el año que relumbran más que el
sol: jueves santo, corpus christi y el
día de la Ascensión” Eta Madinabeitiak bigarren ekarpenean, egunkarian, ekainaren 4an argitaratua, horrela segitzen zuen Santa Barbara parkeari buruz:
“Pero el día de la
Ascensión no hubo romería en Santa Bárbara, por haber llovido, ni el domingo
inmediato tampoco, porque una compañía acróbata daba función en la plaza de
toros que duró toda la tarde; de suerte que a muchos del pueblo se les
deslizara el año sin subirse a este paseo, siendo lo peor que por ello no les
importara un bledo.
Necesario ha sido en
todos tiempos que gentes extrañas al país vinieran a dar a este sitio la
estimación que los de casa no le damos. Los lectores de La Voz habrán visto el
excelente artículo (1) que, como testigo ocular, le dedicó un ingeniero
agrónomo de los de primera talla en la nación, y hace sesenta años, el señor
Zarco del Valle (2), que llegó a ser ingeniero general en el ejército, costeó
de su bolsillo unos rosales que han desaparecido ya, pero que aún hoy pudiera yo
enseñar dónde fue el pozo entonces construido para el riego de las flores.
Hay noticias
fidedignas de que varios árboles de este prado fueron plantados por la oficialidad misma de la guarnición francesa como recuerdo de su permanencia en
el pueblo. Con posteridad a esta época, un médico titular, extraño también al
país, construyó a sus expensas un asiento cóncavo de piedra labrada que tiene
la figura de un elegante sofá de nuestros días. El sitio donde está emplazado
el asiento, que es, como si dijéramos una atalaya para el convento de San Agustín
y el ser el protagonista, por las funciones de su cargo, de los casi únicos que
“ven” la casa de las monjas, fueron circunstancias todas de que el público de
entonces sacó partido para colgar al médico una anécdota que no seré yo quien
se meta a discutir si fue verídica o maliciosa, pero que andando el tiempo
sirvió de materia para una curiosa leyenda a un redactor de “El Imparcial” que
frecuenta el balneario de Santa Águeda, y que ignoro de quién pudo inspirarse para
su trabajo.
Y finalmente el cedro
que corona el prado (y que es lástima lleva trazas de marchitarse) fue traído
desde Lequeitio en 1854 por el Sr. Adán de Yarza, descendiente por línea
materna de este pueblo y uno de los primeros contribuyentes del mismo por
territorial.
El nombre actual de
este monte es relativamente moderno, pues data desde 1655 en que una señora,
doña Bárbara de Abarrategui y Oro, construyó a sus expensas una ermita dedicada
a su santa, con la imagen de ésta, de Santa Inés y Santa Gertrudis con el
cuadro de la Ascensión del Señor en el centro, dotándola con todo lo
necesario para el culto. Por decreto de la Junta 4ª de las celebradas en Tolosa
en 1769, fue mandado como otras muchas demoler esta ermita, a lo que la villa
se opuso tenazmente, hasta que el año 1771, siendo alcalde el conde de
Villafranca de Gaytán, se pudo, si no demolerla, sí cerrarla. Treinta años
después volvió a abrirse y se celebró la misa con los mismos ornamentos que
diera la fundadora; pero en 1794 la ocuparon los artilleros de la República
francesa y más tarde los de Napoleón, y profanada entonces acabó por
desaparecer del todo.
La letanía de la Ascensión que en los tiempos antiguos subía a la basílica que existió en la peña de Udala, que hoy parece increíble, se remplazó luego con esta ermita, En la sesión del 13 de agosto de 1861 se presentó al ayuntamiento un memorial suscrito por la hoy condesa viuda de Monterrón con 88 firmas más en solicitud de permiso para reedificar dicha ermita, pero por lo visto la idea no prosperó por entonces. El primitivo nombre de este monte es Arrasate, donde Sancho Abarca, rey de Navarra, erigió un castillo por los años 908 y fue mandado demoler por Enrique IV, según consta de un pergamino fechado en Vitoria en Vitoria el 30 de marzo de 1457 y que se custodia en el archivo de la villa. Este monte y el pueblo que están casi unidos se hallan situados en medio de los ríos Deva y Aramayona, con la particularidad de que no puede penetrarse en su recinto sin pasar por agua”
1457ko martxoaren 28an, Gasteiztik,
Enrike IVak errugabetzat jo zituen Arrasateko hiribilduari su emateagatik
epaitutako ganboarrak. Martxoaren 30ean sinatutakoari buruz, ordea, ez dago
arrastorik.
(1)
Madinabeitiak
berak 1892ko maiatzaren 24an ateratako artikuluan, Eduardo Abela injineruak “Gaceta
Agrícola” aldizkarian argitaratuari buruzkoa transkribitzen du.
(2)
Antonio Ramón Zarco del Valle espainiar ejerzitoaren burua izan zen
1823an eta Angulemako Dukearen aginduetara ari ziren frantziar tropen kontra
egin zuen. Fernando VII Espainiara itzuli zenean, boteretik kendu zuen Zarco
del Valle. Baina lehen karlistada hasi zenean, karlisten kontrako errepresioa
eratu zuen.
SANTA BARBARARI BURUZ GEHIAGO:
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