“Semanario Grafico”
aldizkariak, 1936-37 zenbakian, “El paso de los rojos por el manicomio de
Santa Águeda” tituluko erreportaia publikatu zuen, Juan de Hernani (1) batek
sinatua. Tituluak garbi adierazten du nondik zihoan idazki luzea. Sarrera bera ere nahikoa adierazgarria da.
Gaixoen aitormen eta iruzkinak jasotzeko José Gogostieta San Juan de Dioseko
fraidearen laguntzaz baliatu zela dio kazetariak.
“Cuando el día 30
de marzo se inició el avance es cuando empezaron para nosotros unos días de
verdadero peligro –me dice el Hermano Gorostieta- Los milicianos estaban más
excitados que los locos. Y los locos lo estaban mucho. Había que contenerlos
para que no sacaran banderas blancas ni dieran ¡vivas! a Franco. Ya antes
estuvimos sin pan quince días. Teníamos garbanzos, lentejas y un poco de leche
que nos proporcionaban por estos caseríos. Bien poca cosa para las mil
quinientas personas que eramos en el establecimiento entre enfermos y personal
de servicio”
Erreportaiaren
arabera, eta kazetariaren jokaera nahastailearen ondorioz, irakurtzen da: “Como
el abastecimiento se hacía más difícil cada día, el director del Manicomio, que
residía en Bilbao, se dirigió a Leizaola”
Ziur, Juan de
Hernanik ez zuen irakurriko, 1937ko martxoaren 27an ABC egunkariak
argitaratutakoa:
“Como
consecuencia de la guerra, el Manicomio de Santa Agueda quedó en terreno neutro
y no era aprovisionado por los facciosos, que no demostraron la menor actividad
por atender a los más de 1.600 enfermos allí recluídos. Enterado de esto el
Gobierno Vasco dispuso una operación, que aunque nos costó algunas bajas, nos
permitió conquistar el terreno en que está emplazado el manicomio, en las
proximidades de Mondragón, y desde
entonces los enfermos son atendidos debidamente por las autoridades vascas”
Baina 1936tik
historia faxistak hasi ziren idazten eta urte luzez norabide bakarreko
diskurtsoarekin konformatu behar izan ginen. “Semanario Gráfico” zenbaki haren
zutabeetan segitzen dugu irakurtzen:
“El día 30 ya no
llegó el convoy de Bilbao porque la carretera estaba batida por las baterías
nacionales. El delegado de Aguirre, que era un
empleado de la misma casa se creía copado. Empezaron a evacuar a toda prisa los
heridos hacia Elorrio. Cuando se tomó el Murumendi cayeron en la huerta algunos
obuses. Los enfermos gritaban y corrían por los patios, sacando los pañuelos.
Se asomó por la tapia un jefe de los milicianos y dijo que si los enfermos no
se callaban inmediatamente, emplazaba allí una ametralladora y los fusilaba.
-¿Hubieran sido
capaces? –galdetzen du kazetariak-
- Ya lo creo
Tuvimos que coger como pudimos a los más exaltados y meterlos en la cama, para
que no nos pusieran en un compromiso. Hubo necesidad de dar a los milicianos
toda clase de explicaciones. Por fín se fueron y llegaron las tropas.
- ¡Entonces sí
que se desbordaría la alegría!
- Naturalmente.
Oyeron el primer coche blindado y los cohetes que le saludaban. Salieron todos
a los patios. Un pobre cojo navarro, débil mental, tiró al aire el bastón y
lanzó un pareado: ¡Viva Franco, que nos trae el pan blanco!”
Erreportaiak,
bestalde, gaixoen arteko harremanen erreferentzia ere ematen du, nahiz eta
funtsean errepublikaren defendatzaileak
iraintzea zuen helburu nagusia. Eta horien aktiboan jartzen zituen
kazetariak honako hitz hauek: “El 3 de diciembre estaremos en Mondragón y el
día de Santo Tomás en San Sebastián. En Nochebuena cenaremos orejas de requeté”
Gorostieta fraidearen uztan, berriz, honako aitorpena ipini zuen: “Tenían a
veces explicaciones maravillosas. Un día nos dijo uno que si no habían tomado
Villarreal era porque el coronel que hizo los planos para el ataque se había
olvidado de poner el río...”
Juan de Hernani
kazetariak bere idazkiari amaiera emateko, esaera honekin egin zuen:
“Pues si eso es
verdad, no se puede explicar tanta estupidez de los milicianos y de los
“gudaris” si no es por su larga convivencia con los locos”
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