martxoa 30, 2019

ALBINA MADINABEITIA. Jose Mardones diboarekin


Arrasateko historian emakume gutxi izango da, Albina Madinabeitiaren ospe mailara iritsi direnak. Estatu osora irradiatu zuen biolin jole handiak bere kalitatea gazte-gaztetatik, eta oso ekarpen baliotsua izan zen arrasatearrarena. Denboraren joanak erdi estali dizkigu Albinaren lorpenak eta emakume aparta izan zelako iruditu zait egokia dela – agian justiziakoa dela esan beharko nuke- txoko honetan toki bat ematea gure herrikidearen ibilbide artistikoari. 
Albina Madinabeitia, 1977an
 Ekin diot Albina Madinabeitiaren gaineko bizitzaren zertzeladak eskaintzeari, Arrasateko emakume honen ibilbide artistikoa irakurleei hurbiltzearren. Honako hauek dira kapituluak:
Oso urte arrakastatsua izan zen Albinarentzat 1928. Eta Gasteiz izan zen puntu neuralgikoa arrasatearraren ibilbidean. Begira, Urrezko Zeledonen blogean idatzi nuen 2018ko ekainaren 27an Albina Madinabeitiak Jose Mardones baxu liriko handiarekin izan zuen emanaldiaz. Aldatu nahi dut hona testu osoa, jabe gaitezen Albinak adierazten zuen maila artistikoaz. Ez da makala, Enrique Caruso, Perossi, Toscanini,  eta gisa horretako musikariekin aritzen zenaren ondoan Albina gaztea ikustea. Honakoa da orduan nire idazkian nioena: 

“Se cumplen ciento cincuenta años del nacimiento de, seguramente, el cantante lírico más sobresaliente que ha surgido en Álava. Me refiero, obviamente, a José Mardones,  nacido en Fontetxa el 14 de agosto de 1868. Su trayectoria artística le llevó a actuar en los principales escenarios operísticos del mundo y fue considerado como el mejor bajo de su época.

En mi aportación de hoy quiero traer al lector una noticia sobre la actuación en Vitoria el 4 de agosto de 1928 de Mardones, acompañado aquella vez en el escenario por la gran artista que fue la violinista nacida en 1910 en Mondragón, Albina Madinabeitia, quien para entonces extendía su fama por todo el estado, habiendo sido considerada niña prodigio por su dominio del violín. 

Mardones había pasado momentos malos, con una afección de garganta, y durante una temporada dejó de actuar. En 1928 volvió a cantar y es entonces cuando realizó una gira por el País Vasco. Una de aquellas actuaciones es la que le trajo a la capital alavesa. Y El Heraldo Alavés, en su edición del 4 de agosto decía, tras el título “Albina Madinaveitia y Mardones aclamados”: 

“Vitoria y Álava se han honrado hoy al llenar en su casi totalidad nuestro elegante Nuevo Teatro. Han dado muestras de poseer un sentido artístico y un gusto depurado, y los asistentes han recibido el premio a su sacrificio, pues no obstante los precios, elevados para lo que estamos acostumbrados en Vitoria, nadie ha salido pesaroso ni cansado. No hemos oído ovaciones tan continuas y largas como las hoy prodigadas. El insigne artista se mostraba satisfecho.

¿Qué ha parecido Mardones? Sencillamente colosal. No hubo exageración, quizás todo lo contrario, en lo que de nuestro paisano hemos leído en revistas y periódicos del otro lado del Atlántico; es Mardones cosa única en su arte. Una garganta privilegiada, unas facultades en pleno apogeo, una escuela de canto formidable, así, formidable, y un dominio en los registros todos que entusiasman al más profano. Aquella “Canción de los Hugonotes” cúmulo de dificultades para un bajo, motivó su interpretación a que los ¡bravos! Y ¡vivas! atronasen el teatro.
Jose Mardones, munduko baxu liriko onena

La composición del programa fue un alarde por parte de nuestro Mardones, de dificultades y escollos. Mas ¿qué importa? Si desde el trono alto en que su voz se confunde con la de un buen tenor hasta las notas más bajas más profundas, todo lo domina. En los bajos se confunde el sonido de su privilegiada garganta con el de un bien construido órgano” 

Mardones cantó en la primera parte el aria “Di sposo… di padre” de A.C.Gomes; ”Le Cor” de A. Flegier; en la segunda: Romanza “Ilacerato spirito” de G. Verdi; y en la tercera: la cantiga “Una noite na cira do trigo”, y el zortziko “La del pañuelo rojo” de A.Aguirre.

Y quedaba la otra actuación estelar de la mañana, Albina Madinaveitia, quien interpretó:  Aria de Bach; Aires bohemios de Sarasate; Caprichos XIII y  XX de Paganini; y Polonesa brillante de Wieniauski.  De su actuación escribió el cronista de El Heraldo de Álava: 

“Nos queda poco espacio ya para alabar cual se merece la bellísima artista Albina Madinaveitia. Decir que estuvo insuperable, dominando el violín, es poco; es la dominadora del difícil instrumento, con su arco ha sabido pulsar con su instrumento el de todos los concurrentes. Y no fue nada lo que volcó sobre el programa. Obras conocidas porque los grandes ejecutantes las ponen en sus tournées, como para muestra y gala de sus facultades. Bach, Sarasate, Paganini, Wieniawski, -¡unos casi indocumentados!- tuvieron acertada interpretación en las excepcionales condiciones de la hermosa guipuzcoana. 

Aguardan a Albina días de gloria; aún está en el pórtico del triunfo, pero hay que asegurar que su dominio en el violín y sus aptitudes verdaderamente extraordinarias, le franquearán en poco tiempo los goces de un triunfo arrollador. La acompañó el pianista de Eibar don Juan Figuerido, con notable gusto, así como al bajo alavés le acompañó el viejo maestro señor Tabuyo, que tantos y tan buenos discípulos va creando con sus especiales condiciones de aptitud musical. 

El público a todos hizo salir al final del concierto para prodigarles la gran ovación, justa, merecidísima. Y nosotros se la prodigamos al mismo tiempo que ensalzamos al público que supo acudir a esta fiesta imborrable de arte y cultura” 

No me resisto a copiar unos párrafos de lo que el reconocido musicólogo vitoriano José Uruñuela escribió sobre el concierto, en el periódico La Libertad, el 6 de agosto: 

“La voz de Mardones, potente y sonora, ágil y flexible, provista de color y de matiz, posee como una de sus excepcionales características un ámbito extensísimo; lo mismo sostiene con naturalidad una nota grave y densa, como se dilata por la tesitura del tenor, y con un timbre uniforme alcanza en ella alturas impropias de su cuerda. Pero a todo ello hay que agregar un gesto y una técnica personal. Una valentía del gesto que cautiva al oyente. Mardones es un artista. Hacer sentir es patrimonio de muy pocos.

Albina Madinaveitia, la ya familiar artista, nuevamente puso una nota vibrante y fina en el concierto. Artista que comienza – con innegable temperamento y técnica limpia y ágil- siempre interesa y conmueve. Su arte es ante todo femenino. Y esto que en un varón pudiera ser, en cierto sentido, negativo, en ella adquiere un acento personal no desprovisto de encanto. Su interpretación del Aria de Bach nos dio nuevamente una confirmación de lo indicado. Reciba la gentil artista nuestra aclamación calurosa” 

Tras el concierto tuvo lugar  un almuerzo en honor de Mardones, organizado por el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación de Álava. Se desarrolló en el Hotel Frontón y para la muy reducida asistencia por invitación se sirvió un menú a todas luces excelente: Entremeses; revuelto de perrechicos; langostinos salsa tártara; pollo salteado a la inglesa; espárragos vinagreta; jamón en dulce y gelatina; huevo hilado; mantecado; tarta de yema; frutas, quesos; vinos variados; cafés, licores y habanos. Además de las primeras autoridades locales y provinciales asistieron al almuerzo Albina Madinaveitia y su tío Cruz Madinabeitia, como tutor de la aún menor de edad.


El alcalde Montoya entregó a Mardones  en nombre del Ayuntamiento y Diputación un pergamino confirmándole al cantante su nombramiento como hijo ilustre de Alava”

Honaino nire idazkia aipatu blogean. Oroitu behar dut, 1928ko omenaldia 1926an eskaini nahi izan ziola Araba osoak Mardonesi, Eusko Ikaskuntzaren Kongresuaren barruan, baina gaixotu egin zen. Eta goian ikusi dugu, iragarrita zegoen Mardonesen kontzertuan beste artista batek ordezkatu zuela diboa. Nork eta Albina Madinabeitiak!

Albinak Donostian eta Bilbon kontzertuak txikitatik eman zituen arren, hiriburu horietan ez zela oso eroso sentitzen esango nuke.  “Albina hizo sonar su violín” tituluarekin honela idatzi zuen “La Voz de Guipúzcoa” egunkarian 1929ko uztailaren 20an, arrasatearrak bezperan Donostiako Kasinoan emandako kontzertuari buruz: 

“Una rosa erguida perfumó con los efluvios de su arte la sala de fiestas del Gran Casino. Un concierto inesperado, que muy pocos conocieron a tiempo para haber acudido a la sala hasta rebosarla, para escuchar a esa artista que se merece hoy la atención, el interés y el aplauso de quienes aman la música. Queremos achacar a la ignorancia de que tal concierto se había preparado –y que apenas se había anunciando- porque no podemos creer que los melófilos donostiarras y no donostiarras, si conocían que había concierto, dejaran en el vacío de la sala las telarañas del desdén… Albina Madinabeitia merece ser escuchada, por ser mujer, por ser ella y por ser artista, en quien toda la gama de sensaciones musicales adquieren una expresión idealizada que se desvanece poco a poco, quedando la esencia del arte” 

Ez zaio arrazoi puntu bat falta “Orfeo” kritikoari, izan ere Kasinoan eskuarki prentsa donostiarrean, programatuta zituen artisten gain egiten zuen publizitatea ez dugu inondik ikusi kontzertuaren aurreko egunetan. Dena den, kritikoa pasatu egiten da, arrasatearrari entzuteak merezi zuela emakume, Albina bera eta artista izateagatik dioenean. 

“Acaso sea que los artistas expresan de diferente manera su arte en algunas ocasiones; quizás, el ánimo del oyente le hace percibir de distinta manera el arte desarrollado por un artista en determinados momentos. Puede ser que esta impresión que recibimos ene l instante en que a nosotros llegan las vibraciones responda a una justa realidad. Pero el hecho cierto es que ayer nos pareció Albina Madinabeitia más artista que nunca, más elevadamente artista que en cuantas ocasiones anteriores la habíamos oído. Y al recordar las sensaciones experimentadas por nosotros durante la interpretación de las obras del programa; al volver a nuestra mente la visión de Albina Madinabeitia junto al piano que tecleaba el maestro Cotarelo, nos convencemos de que si existía diferencia entre ayer y otros días en que oímos a la artista, es porque ésta ha llegado mucho más allá, es más artista, es la artista que antes veíamos un poco lejos.

Albina Madinabeitia no es la artista tímida que conocíamos, no es la alumna que aún está sometida A las rígidas normas dictadas por un profesor que quiere que el alumno sea un autómata sin espíritu, espejo de una educación instrumental y musical. Albina Madinabeitia goza ya de su libre albedrío, es la artista libre que suelta las ligaduras para expresar lo que el estudio de los compositores concibe su alma. Se ha soltado y su soltura, hija del alejamiento de prejuicios, hace que el oyente siga con atención sus interpretaciones, que son puras, porque lo que aprendió le enseñó a respetar, dentro de su interpretación personal, el sentido que dieron a las páginas musicales quienes las escribieron. 

Albina Madinabeitia es hoy, para nosotros, después de haberla escuchado en el concierto de ayer, un artista no sólo porque hace sonar su violín sino porque ha empezado a hablar al corazón, pasando sus dedos de rosa sobre las cuerdas y haciéndolas vibrar al roce del arco manejado con gran temple y poniendo en él su alma de mujer que ha sabido elevarse a ese mundo ideal que hace soñar y hace sonreír.”

Argazkiak: JMVM, wikipedia

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