urtarrila 29, 2022

JON SAGASTA

Ondoko lerroak "Mondra. Una temporada (1965-66) Y tres futbolistas (Sagasta-Larrauri-Aranbarri)" Jose Ignazio Zaitegi eta bion liburuari dagozkio.  (Autoedizioa. 2020)

Las líneas que siguen las he extraído del libro que escribimos Jose Ignazio Zaitegi y yo "Mondra. Una temporada (1965-66) Y tres futbolistas (Sagasta-Larrauri-Aranbarri)" (Autoedición. 2020)



De los tres futbolistas al primero que conocí fue a Jesús Aranbarri. Eramos unos niños, ya que yo andaría por los 9 años. Jesús, José Ignazio Zaitegi y yo estudiábamos en el colegio de los frailes viatoristas. Preparábamos el ingreso de bachiller, para examinarnos en el Instituto de Vitoria-Gasteiz. Y puedo asegurar que de Jesús no tengo de aquella época más que un único recuerdo, y está relacionado con el fútbol. Como es normal, en los recreos se jugaba a dar patadas a un balón y, de vez en cuando, se organizaba alguna liguilla entre las clases, teniendo en cuenta lógicamente la edad de los componentes del equipo.

A mí, que nunca he tenido habilidad para este deporte, me tocó jugar con un grupo de compañeros de curso, y cierto día tuvimos que hacerlo contra el equipo en el que estaba Aranbarri. Sucedió que el árbitro, algún fraile, pitó penalti contra nosotros. Y lo lanzó Jesús. No metió gol… pero nuestro portero, no voy a citar su nombre, aún hoy seguirá sin poder respirar correctamente, debido al balonazo tan tremendo que le propinó el garagartzarra en el estómago. He de decir que mi compañero y amigo José Ignacio era entonces y fue durante muchos años, un magnífico futbolista, que llegó a tener más relación deportiva que yo con quienes hemos seleccionado para este pequeño libro. Por lo tanto, él tiene más autoridad moral que yo para hablar sobre este deporte. Y me consta que José Ignazio y Jesús han mantenido siempre una cordial amistad.  Por mi parte, sin embargo, no he vuelto a tener relación con Aranbarri hasta que nos propusimos escribir sobre él.  He coincidido con Jesús en algunas ocasiones, pero no han pasado de meros encuentros, sin pasar de un simple saludo.   

Sagasta, Aranbarri, Larrauri

Mucha menos relación he tenido en los últimos cincuenta y cinco años con Javier Larrauri; ninguna. Y cierto día que el coronavirus me tenía atado al ordenador, viajando virtualmente por esos mundos de Dios, me encontré con un Javier Larrauri, en León. Le escribí un correo preguntándole si tenía algo que ver con el Javier Larrauri que yo conocía, y a vuelta de correo me respondió que era su padre. Me llevé una gran alegría, y a las horas ya estaba en contacto con mi amigo. Comenté lo sucedido con José Ignacio, y entonces surgió la idea de escribir esta historia de futbol.

Javier Larrauri Izquierdo – la verdad es que no puedo asegurar si para entonces ya había la familia trastocado oficialmente el orden de sus apellidos – Sáenz Izquierdo Larrauri (1). Lo cierto es que cuando se matriculó en 5º de bachiller, 1963-64, en los clérigos de San Viator, ya era Larrauri. Su familia había llegado a Mondragón desde Legazpia y había montado un negocio de frutas en la calle Ferrerías. Y Javier se integró rápidamente tanto en la vida colegial con sus compañeros como en la general. Rápidamente conocimos de  sus habilidades como futbolista. Existe testimonio gráfico de un campeonato de fútbol organizado para sacar futbolistas para el UCEA, en el que el equipo Goi Argi – nombre de la hojita semanal que publicaban los viatoristas- se proclamó campeón del mismo, y Larrauri era el extremo izquierda de aquella formación. Estábamos a finales de 1963. Toda esa capacidad para el fútbol no pasó desapercibida para los dirigentes del UCEA, que enseguida echaron la red y consiguieron ficharle.

Pero Javier era un magnífico deportista y a mí, seguramente por mi desconocimiento casi total hacia la modalidad, me asombraba cuando cogía un balón de baloncesto. Había estudiado en los viatoristas de Vitoria-Gasteiz, y había practicado ese deporte, que llegó un poco más tarde a Mondragón. Formó parte del equipo de baloncesto de nuestro colegio que disputó pequeñas competiciones contra otros centros escolares, sobresaliendo en aquéllas el pique existente con los dominicos de Bergara. El curso 1964-65 fue el último año en que estuvimos juntos. Y no había hablado con él hasta, como ya he dicho, abril de este año 2020.

JDMren jubenila, 1963-64

Ha sido con Jon Sagasta con quien más me he relacionado, cosa nada difícil de comprender por haber residido los dos en Mondragón. Jon, José Ignazio y yo coincidimos en 3º y 4º de bachiller, cursos 1961-62 y 1962-63, nosotros dos aún con pantalón corto  mientras que Sagasta ya los lucía largos. Jon al fútbol era un todoterreno, con mucho aguante, que se imponía normalmente a sus contrarios. José Ignacio Zaitegi suele decir que Jon llevaba la pierna izquierda de adorno. Recuerdo que tenía conocimientos balompédicos teóricos, que los exponía en clase. No en balde en el Bar El Caserío, de propiedad familiar y con la foto del Athletic de Daucik a hombros y Gainza con la Copa recién ganada, se rellenaban las quinielas semanales. Otro deporte en el que se defendía muy bien era la pelota. Fue uno de mis primeros amigos, si no el primero, en llegar al UCEA. Algo que me hacía sentir importante.

He citado al UCEA y quiero dar un par de datos sobre aquel club, que al amor – y presupuesto- de Unión Cerrajera S.A puso en marcha en 1948 la sección de futbol, como consecuencia de un interés en ese sentido por parte de la dirección de la empresa, apoyada en un hombre, Gaspar Ezkurra, quien lo dio todo por aquel proyecto deportivo. Hay que recordar que el área de deporte de Zaldispe – incluyendo el campo donde dirimió durante años sus partidos el UCEA- se inauguró el 24 de julio de 1948. Escribí en 2015 en mi blog “Hots begi danbolinak” (2)  sobre aquella experiencia, y transcribo lo siguiente:

 

UCEA, 1963-64

“Eta kokagune horretan izen bat sortu zen 1948an: UCEA delakoa, hots “Unión Cerrajera Escuela Aprendices”en akronimoaren izenarekin abiatu zen futbol taldea. Ordurako Unión Cerrajeraren babespean futbol txapelketak antolatzen ziren herrian eta afizionatuek zein nolako arrakastarekin segitzen zuten ikusita, 1948ko urtarrilean enpresak erabaki zuen talde berri bat sortzea.

Mugimendu haren buruan Gaspar Ezkurra jarri zuten, Eskolan bertan Marrazkiaren Teknologiako irakasle lanetan ere ari zena. Ezkurra lehendakari, Vicente Sagasta lehendakariorde, Javier Mendieta idazkari, eta Anaia Daniel biatorista, Zabaleta, Jauregi, Gallastegi, Bolinaga, Alfonso eta Julio Gorroñogoitia, Ormaetxea, Usatorre eta Beitia bokal izendatu zituen enpresak. Horiexek osatu zuten lehen zuzendaritza. Ikusten denez, geroko Arrasateren bilakaeran erabat inplikatu ziren goi mailako arrasatearrak zeuden zuzendaritza talde hartan”

Aquel equipo sacó en sus primeros años de funcionamiento futbolistas como Uribarren IV y Errasti III, que serían profesionales, y llegarían a jugar en equipos de segunda división.  Hay que reseñar que UCEA no nació para militar en categoría juvenil, sino que no fue hasta 1957 que se tomó la decisión de enfocar al equipo en esa dirección. Y los frutos se dejaron ver con la profusión de chavales que pasaron por sus filas, hasta la desaparición del club en 1965. Por lo tanto, Sagasta, Larrauri y Aranbarri son de la última hornada del UCEA. Buena hornada, sin duda.




(1) Recuerdo que en la época se comentó que José Manuel Arriola “Dongui” había detenido a uno de los hermanos –creo que era José Luis, para entonces futbolista de JDM- por circular con su motocarro por el cantón de Ferrerías a la parroquia. El cabo de municipales le preguntó el nombre y dirección, y el denunciado contestó con los apellidos Sáenz Izquierdo. “Menos bromas” le debió de contestar Dongui, añadiendo “¿Cree que no sé que es Vd. Larrauri?

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JON SAGASTA

Nació en Mondragón, el 27 de enero de 1947. Sus recuerdos jugando con un balón se remontan a la más tierna niñez, en el patio de recreo del colegio de los frailes viatoristas. Posteriormente pasó a Vitoria, al Instituto Ramiro Maeztu, alojándose en el Colegio Menor Manuel Iradier, donde competía al futbol con el resto de estudiantes. Y ya de vuelta en Mondragón, su fichaje por el UCEA en el año 1962 supuso para Jon un paso importante en su decidida vocación futbolera. Ya ha quedado dicho que, en mi opinión, era un todoterreno, con gran fuerza aun a pesar de no ser de llamativa complexión física. Durante los dos años en que estudiamos juntos en los viatoristas Jon fue nuestro ídolo deportivo. Casualmente, cuando en el año 1963 terminamos el bachiller elemental, Jon dejó el colegio y en nuestra clase apareció un nuevo compañero, Javier Larrauri, quien concitaría nuestra admiración como deportista.

Ese pasito que Jon llevaba por delante le permitió debutar con JDM en la temporada 1964-65. Lo hizo, además, en momentos muy críticos ya que el club se jugaba mantenerse en tercera división. Se iba a jugar la promoción con el Aurrera de Ondárroa, y JDM decidió incorporar a Sagasta para reforzar el equipo. Fue el primer partido oficial de Jon con la formación cerrajera, el 11 de julio de 1965: Sebitas; Idigoras, Olazabal, Ezkurra; José Carlos, Arenaza; Gallastegi, Kintela, Bomba, Errasti y Sagasta. Por cierto que, Azkarate “Zelaitxo” destacó en “La Voz de España” a Jon “que a ratos tuvo cosas buenas” JDM ganó por 2-0, pero en el partido de vuelta – que no disputó Jon- perdió 3-1. El desempate se jugó el 21 de aquel mes en Andoain, y ganaron los blanquimorados por 3-2. Sagasta jugó de medio, puesto en el que destacaría en adelante.

La temporada 1965-66 fue titular en JDM, pero ya está descrita anteriormente. Como también hemos visto cómo se produjo el fichaje de Sagasta por la Real Sociedad, saltamos directamente al equipo donostiarra.

Real Sociedad

Al igual que sucederá con Aranbarri, Jon Sagasta fue cedido al Sanse para que la temporada 1966-67 fuera de ensayo cara a sus posibilidades de hacerse un hueco en el primer equipo. Y las cosas le salieron redondas, ya que fue titular indiscutible, jugando la mayoría de los partidos. Debutó en Atotxa en el primer encuentro de liga contra el Alavés, el 11 de septiembre, ganando por 4-0 los pupilos de Expósito. El titular de la “Hoja del Lunes de San Sebastián” del día siguiente, era: “El nuevo equipo blanquiazul produjo excelente impresión” y se refería al mondragonés: “Sagasta, tosco pero eficaz” Por cierto, tras aquel encuentro tan negativo para los alavesistas, el Deportivo fichó para sus filas al mondragonés Pedro José Aranburuzabala.

 

El Sanse se clasificó octavo de su grupo, justo un puesto anterior al Mondragón Club de Fútbol, y Jon Sagasta  pasó con satisfacción la prueba impuesta de mostrar sus cualidades como futbolista del primer equipo. Y lo haría, además, en primera división, a donde la Real Sociedad había ascendido en la última jornada de liga, con el famoso gol de Aranbarri. Ya estaban, por tanto, los dos ex cerrajeros en la máxima categoría del futbol estatal. Antes ya habían pertenecido al club donostiarra futbolistas arrasatearras que dejaron su impronta: José Barrena (1), Patri Egidazu (2), Angel Arregi (3), Imanol Zeziaga “Divino I” (4), Luis Heriz, Jesus Vitoria…

A partir de entonces Jon Sagasta seguiría sujeto a la disciplina del equipo realista durante cinco temporadas más, en tres de las cuales vestiría la camiseta blanquiazul. Y militó en tres equipos en calidad de cedido.

El periódico “Mundo Deportivo” en su edición de 3 de noviembre de 1967, al hacer una descripción de los futbolistas que integraban la Real Sociedad decía de Sagasta: “Volante derecha. Es uno de los jugadores con menor historial, aunque no puede ser más brillante… En el mes de agosto pasado fue sometido a una prueba en el Torneo Internacional de San Sebastián, teniendo una actuación destacada, que desde entonces figura como titular en la Real Sociedad. De grandes facultades, valiente a pesar de su escasa presencia física, defiende y ataca con eficacia. El domingo pasado fue el autor del segundo gol al Zaragoza. Se encuentra haciendo el servicio militar” La Real Sociedad fue la ganadora de aquel torneo que cita el periódico, disputando la final el 12 de agosto de 1967 contra el Chelsea y figurando Sagasta  como titular. Escribía “El Diario Vasco” del día siguiente: “No es fácil recordar mejor fútbol que el que vimos en Atocha durante los primeros 45 minutos, espectacular, emocionante y con muy notable clase en los dos rivales” Dos días antes también había formado parte del once que ganó al Independiente argentino.

En su primer año como componente de la primera plantilla realista, Jon disputó trece partidos. Inició la liga en Atotxa, jugando contra el Pontevedra, el 9 de septiembre de 1967. El equipo txuri-urdin alineó a: Zubiarrain; Gorriti, Martinez, Ormaetxea; Lema, Sagasta; Mendiluze, Urreisti, Arzak, Arregi y Boronat. La Real venció 1-0, siendo los dos primeros puntos conseguidos en primera división. “El Diario Vasco” decía en su crónica del día 11: “Mendiluce y Sagasta, mitad y mitad. Cuando los dos sentaron cátedra al completo de sus posibilidades, la Real Sociedad anduvo con paso maestro, sereno el conjunto, ordenado su fútbol y rapidísimo su juego, que cobraba entonces una muy notable velocidad”


Real Sociedad, 1967-68. Sagasta eta Aranbarri, elkarrekin

A Sagasta no se le olvidará en la vida el primer partido que disputó con su equipo en el estadio Bernabeu. Fue el 16 de septiembre, justo una semana después de haber derrotado al Pontevedra, y la Real encajó nueve goles contra el equipo madridista.  Elizondo el entrenador lo definió como accidente.  Y siguió convocando y alineando a Jon, tanto en partidos de casa como en el exterior.  Y Jon devolvía la confianza en él depositada con buen juego, como lo atestigua la “Hoja del Lunes de San Sebastián” del 30 de octubre de 1967, tras el partido jugado contra el Zaragoza: “Sagasta hizo ayer el mejor partido en el primer equipo. Estuvo toda la noche atento al juego de ataque y aguantó muy bien físicamente. Hizo, además, un gol de oportunidad, de valentía, destacando esa posición que ocupaba de ataque en el área pequeña.”

Pero la Real Sociedad dio más de un traspié aquella temporada, y – puedo contarlo porque lo viví como espectador- los aficionados sufrían más de lo que podían aguantar.  Se llegó al final de la liga y los txuri-urdin tuvieron que jugáselas en la promoción contra el Valladolid. Jon Sagasta fue alineado en los dos encuentros, del 9 de junio de 1967 en el estadio Zorrilla, 0-1 con el arrasatearra como destacado, y en el de Atotxa, que lo viví en vivo, angustioso, que finalizó con empate a cero, Jon volvió a demostrar que era un futbolista de primera división.  En mi opinión, esa temporada fue la más soresaliente de su dilatada carrera profesional.

La siguiente, 1968-69, comenzó con Jon en el banquillo, y – al mismo tiempo- con un papeleo por conseguir realizar el servicio militar de voluntario, a poder ser en el mismo Donostia, y en el peor de los casos en algún club que estuviera interesado en sus servicios, y la Real Sociedad aceptara cederlo. Disputó de txuri-urdin cinco partidos, antes de dar el salto a Pamplona.

Osasuna

Era la temporada 1968-69 y Jon estaba esperando que se confirmara que le aceptaban como voluntario para el servicio militar. La respuesta no acababa de llegar, y cuando lo hizo fue denegándola – “por padre rojo y con galones “, por lo que entró en caja para ser sorteado. En aquel impasse, y a mediados de liga la Real Sociedad recibió una petición del Osasuna, que estaba peleando por el ascenso a segunda división, para incorporar a su equipo al mondragonés. El club y el jugador aceptaron la oferta y Jon jugó desde el mes de abril con los rojillos, que al final consiguieron el ansiado ascenso. Eso sí, hubo que disputar una eliminatoria entre los primeros clasificados de los distintos grupos de tercera división. Al Osasuna le tocó jugar contra el San Andrés. Tras los dos primeros encuentros estaban empatados a un gol, por lo que tuvo que disputarse el desempate en el estadio La Romareda de Zaragoza. Y allí resultó ganador el Osasuna, con gol de Jon a los tres minutos de comenzado el encuentro. Era el día de San Juan de 1969.

En los diez partidos que Jon jugó con el Osasuna consiguió darle fuerza al equipo e, incluso, marcó goles, cosa que fue valorada por los dirigentes del club por si había alguna opción de que permaneciera en Pamplona. No pudo ser ya que, sin oportunidad para escoger plaza militar, le cupo en suerte la marina, y su destino cuartelario fue El Ferrol.

Racing de Ferrol

Llegó a El Ferrol y, como no podía ser de otra manera, fue fichado por el Racing de aquella ciudad, que históricamente se ha nutrido de futbolistas que cumplían su servicio militar en la plaza, y que militaba en segunda división. Jon no fue el primer mondragonés en jugar en aquel equipo. Por los mismos motivos de servicio militar obligatorio, el primer arrasatearra que conozco militando en el Racing de Ferrol es Paco Armengou “Mondragón” (5) Lo hizo en 1926.

Sagasta comienza a aparecer en las alineaciones del Racing en el mes de diciembre de 1969. Para entonces el equipo ya había cambiado dos veces de entrenador, lo cual deja bien claro que las cosas no le estaban saliendo bien al Racing. Cuando lo cogió el renteriano Caeiro, que lo dirigiría hasta el final de liga, Jon fue apareciendo tímidamente en las alineaciones. El 21 de diciembre fue alineado contra el Gijón, que a la postre sería el campeón de la categoría y ascendería a primera.

Tras aquel debut, Jon será titular en otros trece encuentros. Comenzó el año jugando contra el equipo a quien en el último partido de la temporada anterior había ayudado a subir de categoría,  el Osasuna. El partido en el estadio Manuel Rivera fue el 4 de enero, ganando los locales, 1-0. Sagasta fue destacado, como lo hizo en el encuentro de la segunda vuelta disputado en El Sadar, donde el Racing volvió a ganar el 31 de mayo de 1970,  con el mismo resultado.

Fue un final de competición muy bueno para el Racing, cambiando la tendencia de los resultados negativos, y llevando al equipo a una posición cómoda, consiguiendo concluir la competición en décimo lugar. La “Hoja del Lunes de La Coruña” en su crónica del último partido del Racing, contra el Córdoba, decía: “Bajo la dirección de Caeiro, el equipo nos ha dado jornadas de completa felicidad” Allá estaba Jon Sagasta, habiéndolo dado todo, en la liga y en la copa, donde brilló contra equipos de máxima categoría. En uno de aquellos encuentros ligueros compitió contra el Burgos del arrasatearra  Pedro José Aranburuzabala y en el que los ferrolanos ganaron 5-1.

Sagasta eta Aranburuzabala (6)

Como importante lo fue el que disputó en Copa contra el Elche de primera división, donde militaban Josetxo Arakistain, Asensi, Vavá…, el mismo equipo que el 10 de junio de 1969 había eliminado a la Real Sociedad en las semifinales de Copa, y que se presentaba contra el equipo de Jon como subcampeón de la categoría. Sagasta recuerda que desde aquel partido tiene un dedo del pie “artítrico” ya que Arakistain le lesionó en una de sus salidas.

Y tras los ilicitanos llegó el Betis, al que también eliminaron ganando los dos encuentros. Y en cuartos de final se enfrentaron al Valencia, con Jon de figura, empatando a un tanto en Mestalla y perdiendo en Ferrol por 2-3.

Al final de la temporada, Jon Sagasta dejó muy buen recuerdo en Ferrol, y él también quedó satisfecho de lo realizado.

Logroñés

Una vez concluido el periplo de futbolista y de soldado en Ferrol, la Real Sociedad cedió a Jon al Logroñés, que jugaba en segunda división y andaba pasando momentos difíciles. Entrenaba al equipo Román Galarraga, que lo haría hasta el final de aquella temporada 1970-71.

Debutó el 3 de enero de 1971, en Las Gaunas contra el Burgos, en el que militaban los arrasatearras Txomin Arzamendi y Pedro José Aranburuzabala. Ganaron los visitantes, y se complicaba aún más la situación de los riojanos. De allí al final de temporada jugó otros trece partidos de liga y copa, con resultados muy diversos, librándose el Logroñés del descenso automático en el último encuentro de Las Gaunas, pero teniendo que librar la promoción, que la disputó con el Cartagena. El último partido que jugó Jon con el Logroñés fue precisamente en el campo cartagenero, el 6 de junio de 1971, donde aun a pesar de perder 2-0, se salvaron del descenso. Para entonces a Sagasta ya se le conocía en el ambiente futbolístico con el apelativo de  “Salvi”, que se le había dado por ayudar a salvar a los equipos en situaciones desesperadas.

En la copa eliminaron al Sabadell y fueron apartados en octavos por el Atlético de Madrid, jugando Sagasta de titular el último partido del Metropolitano, marcando hasta anular a Adelardo, y empatando a un tanto. Aquella tarde el Logroñés formó con: Txomin, Mujika, Korkuera, Arana; Sagasta, Berasategi; Gezalaga, Soroa, Baena, Lavernia y Frechilla.

Real Sociedad

Jon pasó prácticamente en blanco la temporada 1971-72, enrolado en la Real Sociedad, pero sin jugar un solo partido en todo el año. A la finalización de la temporada, Sagasta y la Real Sociedad rescindieron el contrato que les ligaba desde 1966.

Cultural Leonesa

Libre de la disciplina de la Real Sociedad, en la temporada 1972-73 ficha por la Cultural Leonesa, de donde justo entonces había salido Javier Larrauri para el Cádiz, tras triunfar con el equipo leonés. Un ex cerrajero recogía el testigo de otro que había dejado un recuerdo imborrable en el club y en la ciudad. Papeleta difícil la de Sagasta, que había fichado por tres temporadas.

Cultural Leonesarekin (1972/73-1975/75)

Como digo, en la Cultural había causado baja Javier Larrauri, y también Marianín, el máximo goleador. Había un nuevo entrenador, Vallejo. Y aunque la afición tenía esperanza de hacer una buena temporada, las cosas comenzaron a torcerse ya desde el inicio, por lo que hubo cambio de entrenador, volviendo el que en la anterior campaña había triunfado, Rafa. Jon había sido alineado desde el primer partido del campeonato. Terminó el año con la Cultural en puesto de promoción.

El nuevo año iba a traer disgustos al equipo. No fue el mayor el empate 1-1 contra el Cádiz en León, donde Jon fue lineado pero no así Larrauri. El entrenador Rafa fue sustituido en la jornada treinta por un tercero, Bermúdez, quien a su vez no concluiría la labor, ya que el último partido lo dirigió un cuarto, Morán. Señal inequívoca de que la nave no funcionaba. Cuando faltaban cuatro partidos Sagasta fue reconvertido en defensa, y el resultado trajo victorias,  pero no fueron suficiente para salvar al equipo del descenso. Aquel mismo día también retornaba a tercera el Logroñés, antiguo club de Jon, y se salvaba por promoción el Osasuna, también ex de Sagasta.

La temporada 1973-74 comenzaba con nuevo entrenador, Carmelo Cedrún, el gran ex portero del Athletic de Bilbao. Obviamente, el descenso de categoría trajo consigo una marcha de los jugadores que en anteriores campañas habían despuntado. Sagasta permaneció en el club, y no creo equivocarme si digo que fue una buena decisión ya que esa temporada le revalorizaría como futbolista. Fue en tercera división, pero le supuso lograr un nivel que no lo tenía desde la primera temporada con la Real Sociedad.

Aún recuerdan en León que cuando Sagasta ya no podía más en el campo, y le era imposible bajar a defender, el entrenador Carmelo, en el foso, comentaba: “¡Va a morir a las tablas, como los toros!” El hecho de ir bien en la competición desde el principio – de 38 partidos ganaron 24, empataron 9 y perdieron 5- influía en el humor en el vestuario, y se dice que Sagasta, guando ganaba la Cultural con un gol suyo, se frotaba las manos y gritaba: “¡Un gol de Sagasta, basta!” Sus compañeros le llamaban “Rígoli”, el cómico de moda en aquel año, ya que no paraba de gastar bromas y provocar risas.

Tuvieron rivales como Pontevedra, Sestao, Basconia, Torrelavega… A falta de seis partidos para terminar la temporada tenían una buena ventaja sobre el segundo clasificado. Si bien, desde tres semanas antes se había conseguido matemáticamente el ascenso, fue el 28 de abril de 1974 cuando terminó la liga y oficialmente la Cultural Leonesa ascendía a segunda. El mismo día ganaba igual premio el Alavés de Aranbarri.

Sucedió que en León con motivo del ascenso se instituyó el denominado Torneo Ciudad de León-Trofeo Víctor de Felipe, y en su primera edición lo disputaron el Málaga, Os Belenenses, San Lorenzo de Almagro y Cultural Leonesa. Los partidos se disputaron entre los 21 y 23 de junio. En el primero de ellos, Leonesa-Os Belenenses, el equipo local presentó la siguiente alineación: Bernardo; Hernández, Santibáñez, Gorostiaga; Sagasta,  Vicente; Churruca, Montes, Marianín, Larrauri y Martín. ¿Cómo así Larrauri en el equipo leonés? Resultó que el club invitó a Javier a participar para premiarle, de alguna forma, el haber formado parte dos años antes de otro equipo histórico. Hay que decir también que Larrauri estaba en León ya que iba a contraer matrimonio. Por lo tanto, Sagasta y Larrauri actuaron juntos en la misma formación, en partido amistoso pero coincidieron. Decir que tras derrotar a los portugueses, la Cultural se enfrentó al Málaga en la final, y los leoneses se hicieron con el primer trofeo.

La siguiente temporada 1974-75 no va a ser lo mismo, y la Cultural va a sufrir un traspié que lo llevará de vuelta a tercera división. Y eso que empezaron ganando, 3-1 al Sabadell con un gran gol de Sagasta, que hizo albergar las máximas esperanzas a los aficionados. Jon jugó veintiocho partidos, marcando cuatro goles. Para hacernos una idea de la sequía goleadora de aquel equipo valga decir que el máximo goleador lo fue con seis. Y de cómo había cambiado el ambiente en el equipo nos lo muestran las declaraciones que el entrenador Carmelo hacía a la prensa tras el partido que la Cultural jugó en Mendizorroza, el 13 de octubre de 1974, en las que comentaba que había tenido que mantener el mismo equipo del año anterior, sin que se le aportaran refuerzos. Y desengañado como estaba, apuntaba que en aquellas condiciones él no tenía más remedio que dejar el fútbol. Fue el único partido en el que se enfrentaron Jon y Jesús tras su salida de la Real, y el “Norte Expres” apuntaba en su crónica del día siguiente: “Por la Cultural los hombres de medio campo fueron los mejores con Sagasta y Gerardo a la cabeza… Del Alavés, Arambarri colaboró en defensa”

Carmelo Cedrún fue cesado en la vigésima jornada, siendo sustituido eventualmente por Morán, quien pasó la dirección al brasileño Harold Willems Cavezzale de Campos, el cual tampoco pudo enderezar la nave leonesa, y finalmente fue Llamazares quien asumió la responsabilidad del descenso. Fueron treinta y ocho partidos, de los que Sagasta disputó veintiocho. Su último encuentro lo jugó el 11 de mayo de 1975, contra el Tarragona ganando la Cultural 3-1: “… la Leonesa consigue su tercer tanto en gran jugada personal de Sagasta… Destacó por el equipo local Sagasta…” Jon recuerda con orgullo que los futbolistas de la Cultural tuvieron una oferta de un millón de pesetas por dejarse ganar en aquel último partido.

Jon Sagasta se despedía de León de la mejor forma, con honradez y dejando la impronta de su calidad. Todavía le recuerdan en aquella ciudad.

Ensidesa

Jon fichó la temporada 1975-76 por el Ensidesa, un club que justamente en esa campaña iba a realizar su trayectoria de más altura en el futbol profesional. Se había formado una veintena de años antes, alrededor de la entidad siderúrgica de tal nombre en Avilés, y en junio de 1975 había logrado el ascenso a segunda división. Con dinero para fichajes, conformó un equipo, en teoría potente. No resultaría así y el Ensidesa descendió de categoría al finalizar aquella campaña en la que incorporó a sus filas  al mondragonés.

Ensidesarekin (1975/76)

Aquella temporada fue la única hasta entonces en que los tres ex cerrajeros habían militado en igual categoría, y tenían por tanto la oportunidad de cruzarse en los partidos que disputarían entre sí sus respectivos equipos. Puedo adelantar que de las seis opciones existentes de verse frente a frente entre ellos, solamente en una ocasión sucedería, y más en concreto en el encuentro disputado entre el Alavés y el Calvo Sotelo en Mendizorroza, el 21 de septiembre de 1975, con Aranbarri y Larrauri respectivamente.

Jon sabía desde un principio que su temporada en el Ensidesa iba a ser dura deportivamente hablando. Fue fichado para actuar como suplente, y el resumen final así lo atestigua, ya que sólo fue alineado en tres ocasiones. El equipo tuvo una campaña muy lejos de lo que se había pronosticado, con un final agónico, en el que la puntilla la puso, precisamente, el Alavés de Aranbarri, que en el último partido de competición, el 6 de julio de 1976, ganó al Ensidesa por 1-0, con gol de Valdano, y actuación destacada del arrasatearra. Como ya lo he expresado, no se trató de una lucha fratricida, al no estar presente Jon en Mendizorroza.

Real Unión, Mondragón C.F, Unión Deportiva Aretxabaleta

Sagasta fichó para la temporada 1976-77 por el Real Unión que militaba en tercera división. Con los fronterizos jugará con asiduidad y al final de la competición el club logró el ascenso a la segunda división B.

Posteriormente y por no poder quitar el gusanillo del futbol, Jon apoyó con su saber y quehacer al Mondragón y a la Unión Deportiva Aretxabaleta.

Mojategin, 2021eko irailaren 30ean



(5) Armengou. Real Madridekin jokatu zuen lehen arrasatearra.

 (6) Foto de un torneo amistoso celebrado en agosto de 1972 en Burgos, compitiendo Sagasta en la Cultural y Aranburuzabala  en el Burgos de primera división,

Argazkiak: Jose Ignazio Zaitegi, Jon Sagasta, JMVM 

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