martxoa 06, 2022

JUVENTUD DEPORTIVA MONDRAGON. 1965-66. Denboraldi bikaina

Las líneas que siguen las he extraído del libro que escribimos Jose Ignazio Zaitegi y yo "Mondra. Una temporada (1965-66) Y tres futbolistas (Sagasta-Larrauri-Aranbarri)" (Autoedición. 2020)

Ondoko lerroak "Mondra. Una temporada (1965-66) Y tres futbolistas (Sagasta-Larrauri-Aranbarri)" Jose Ignazio Zaitegi eta bion liburuari dagozkio.  (Autoedizioa. 2020)

Txoko honetan ibilbide bat egin dut Arrasaten futbolak izan duen garapen eta ibilbideaz eta sarritan baieztatu dut historia dokumentatuago bat egin beharko litzatekeela kirol espezialitate honen inguruan. Historia maite duen edozeinek zorroztasuna eta zintzotasuna maite ditu,  iragan helezinari dagokionez behar bezalako ideia egiteko. Horregatik, hain zuzen, jarri nintzen futbolaz idazten: aurretik zetorrenari puntu bat zorroztasun falta zitzaion; zintzotasuna ez dut zalantzan jartzen.


Juventud Deportiva Mondragon futbol taldeak bere gorabehera handiak izan zituen bere historian, edozein elkarte bizik dituenen antzera. Hogeita bost urtez egon zen herriko futbola elkarte haren baitan - 1941/1966- eta ez zen beti samurra gertatu ontzi haren lemari eustea, gutxieneko fruituak eman zitzan.

Nire eskema partikularrean bi denboraldi ditut  gorengo mailan: 1955-56koa, eta hain justu hamar urte geroagokoa, 1965-66. Duela denbora dezente azken horrezaz idazteko aukera izan nuen, gaztetako lagunak ditudan Jon Sagasta, Javier Larrauri eta Jesus Aranbarrirekin errepaso bat egin bainuen garai hartaz, eta beraientzat - hiruak baloiko profesionalak- adierazi zuenaz. Publikapen xume bat argitaratu genuen euren oroitzapenekin eta nire datuekin. Orain txoko honetan ematen dut ezagutzera, 1965-66 denboraldian Juventud Deportiva Mondragonek burututako txapelketa eta haren inguruko beste zenbait xehetasun ere.

JUVENTUD DEPORTIVA MONDRAGÓN. 1965-66

He escrito en más de una ocasión que en la historia del fútbol en Mondragón sobresale del resto la temporada 1955-56, tanto por los logros del equipo local en la competición oficial de aquella campaña como por su papel en la liguilla de ascenso a segunda división, que no pudo al final conseguirse, perdiéndose contra el Nastic de Tarragona (1) 

DV 1956.05.29

Me puedo equivocar e incluso se me puede replicar con otros datos que demuestren que mis apreciaciones son erróneas. Pero, son mis opiniones. Y siguiendo con ellas, que para algo me he puesto a escribir estas páginas, me atrevería a afirmar que la temporada 1965-66, justo diez años más tarde, se produjo una nueva explosión de calidad del futbol mondragonés, que influyó en la buena marcha del equipo que representaba a la villa, así como en el devenir de algunos de los protagonistas de aquella formación cerrajera.

Es curioso que estas dos campañas citadas apenas vengan reflejadas en lo poco que se ha publicado en formato libro sobre la trayectoria de este deporte en Mondragón. No voy a buscar las razones del cuasi olvido, sino que trataré de explicar el porqué de mi afirmación acerca de que 1965-66 fue un gran año futbolísticamente hablando para el aficionado local.

Las aguas no venían muy claras en torno a la gestión del club entonces denominado Juventud Deportiva Mondragón (JDM) Esta entidad, nacida en 1941, recogió en su seno a aficionados de distintas modalidades, y fue el futbol la disciplina que enseguida tomó relevancia en la entidad y la que más disponibilidades económicas manejó. Si bien hay que recordar que la última palabra en JDM la tenía la Junta Rectora, que a la postre administraba el patrimonio –importante en la época (Iturripe, Cine Gurea…) con que desarrollaba su labor.

Unos años antes al que no ocupa, más concretamente en 1963, JDM publicó un informe, en el que tras afirmar que “No llevamos ningún ánimo polémico”, se suelta el pelo y dice:

“Será preciso que reconozcamos que también a nosotros nos alcanzó el contagio peninsular de la “futbolitis” Hemos conocido crisis de directivos realmente lamentables, hasta el punto de resultar difícil la caza de presidente por las dificultades económicas antes aludidas, o también situaciones inexplicables de directivos que asumieron los cargos considerándose portavoces de intereses imaginarios, con actitudes de intransigencia o cerrazón dignas de mejores causas”

Una acusación muy fuerte que no podía llevar sosiego a quienes, desde la más absoluta buena voluntad, trataban de dirigir aquella nave futbolística, con mayor o menor acierto, sorteando dificultades propias y ajenas, deportivas y no tanto. No es éste el lugar adecuado y por tanto lo voy a dejar ahí, pero sería bueno que para la historia reciente de Mondragón se analizara lo realmente sucedido en JDM desde su creación en 1944, en aquellos años en que la villa luchaba por levantar cabeza desde el punto de vista social, cultural y económico. Puede que nos lleváramos alguna sorpresa.

Jose Martinez de Ubago
Pero ciñámonos al aspecto puramente deportivo, que es el que nos interesa en esta descripción de aquella temporada 1965-66.  En una Junta Rectora de JDM presidida por Alfonso Gorroñogoitia, eran José Martínez de Ubago y Juan Mari Lasagabaster quienes representaban en aquélla los intereses del deporte del balón. Y esos dirigentes supieron conformar un equipo de deportistas en el que se mezclaba la experiencia con savia nueva, y que iba a dar un buen resultado. En la plantilla estaban futbolistas con larga y brillante trayectoria como Bomba, Arenaza, Elkoro, Uribesalgo… con otros jóvenes ansiosos por demostrar su valía: Sagasta, Aranbarri, Larrauri… Todos ellos conformaron un excelente conjunto, dirigido por Juanito Arriaran, con la ayuda del preparador físico Ignazio Zeziaga “Divino II”.

En la temporada 1965-66 completaron el grupo de la tercera división los siguientes equipos: Logroñés, Eibar, Oberena, Alavés, Real Unión, Txantrea, Mirandés, Calahorra, Mutriku, Villafranca, Touring, Euskalduna, Haro, Sanse, Alfaro y el club cerrajero. Hay que recordar que JDM en la anterior de 1964-65 se clasificó en zona de descenso, y tuvo que jugar la eliminatoria de permanencia, contra varios equipos, venciendo y asegurando la categoría en el último suspiro. El equipo que peleó en aquel último partido de la temporada fue el formado por: Sebitas; Zaldua, Olazabal, Idigoras; Arenaza, Sagasta; Gallastegi, Kintela, Bomba, José Carlos, Uribesalgo.

Rodero; Gomez, Arenaza, Errarte; Zaldua, Ezkurra; Sebitas. Larrauri II, Gallastegi, Bomba, Errasti, Jose Carlos (1964-65)

La nueva temporada dio comienzo el 12 de septiembre de 1965 teniendo que jugar el equipo cerrajero en Ordizia (Villafranca) finalizando el encuentro con empate a un tanto. Por JDM jugaron: Martinez; Elkoro, Ezkurra, Herrarte; Arenaza, Sagasta; Urrutia, José Carlos, Bomba, Zubizarreta y Uribesalgo.  

Ocho días más tarde, JDM se presentó en Iturripe ante sus aficionados, para disputar el partido contra uno de los favoritos, el Alavés. Y la crónica del 21 de septiembre decía: “Nunca habíamos visto que después de presenciar una derrota a domicilio, la afición local saliera satisfecha del rendimiento del equipo” Los blanquimorados perdieron 2-3 pero dejaron un buen sabor de boca, preludio de lo que iba a ser la temporada. Por cierto, los dos goles del equipo los marcó Sagasta, y debutó con gran acierto el extremo derecha Beitia.

El 3 de octubre se produjo un nuevo debut en el equipo cerrajero, proveniente del UCEA: Jesús Aranbarri. Fue en encuentro contra el Eibar, otro de los favoritos de la competición. Ganó JDM por 2-1 con goles de Beitia y Ezkurra. Partido tras partido el equipo cerrajero daba más sensación de peligro y consolidaba una alineación, en el que se producían rotaciones, apareciendo en el once titular nombres como Aranguren, Idígoras, Yarza…

Y el 17 de octubre es alineado por primera vez con el equipo cerrajero Javier Larrauri, juvenil también procedente del UCEA. Aquel día la delantera se formó con Beitia, Sagasta, Aranbarri, Zubizarreta y Larrauri. Fue un partido contra el Touring de Rentería, ganando los locales por 4-1, con goles de Aranbarri, Arenaza (2) y Larrauri. En la crónica del partido, firmada por Chema en “El Diario Vasco”, se leía, entre otras: “Larrauri cuando tiene el balón en sus pies demuestra su clase” El Touring fue el alfa y, lo veremos más adelante, el omega en la carrera de Javier.

Más generoso en sus apreciaciones se sentía Rafa Fernández “Raf” en la crónica para el Correo Español-El Pueblo Vasco, publicando el día 19:

“Había gran curiosidad por ver el debut de Larrauri, y en honor de la verdad hemos de decir que se ha ganado el puesto de titular porque ha cuajado un gran encuentro rubricado con el impresionante gol, que lo ha metido con el estilo de un Puskas. Era natural que los nervios le jugasen una mala pasada, pero después de vencerlos ha conseguido ganarse al público, que en muchas ocasiones ha aplaudido al joven extremo por las estupendas jugadas que ha realizado. ¡Bravo Larrauri!”

Quién le hubiera dicho a Rafa – ¡ni al mismo Larrauri!- que de allá a un tiempo el mencionado Puskas iba a ser compañero de delantera con el neófito. Rafa Fernández extendía sus elogios de aquel día para otro futbolista:

“¿Y qué dicen Vds. de Beitia? ¡Menudo juego que lleva dentro! Ha conseguido dejar sentados varias veces a sus contrarios, para enviar centros que no todos han sido goles, pero que han estado a punto de serlo”

Una semana más tarde se produjo el debut con el equipo de Carlos Larrauri, hermano mayor de la saga. Había sido futbolista profesional en el Alavés, Real Sociedad y Algeciras, de donde provenía. Dos temporadas antes, en el Alavés de segunda división había coincidido con Bomba y con el ex cerrajero Pedro José Aranburuzabala. A partir de aquel día y durante toda la temporada a los hermanos se les denominó como Larrauri I y Larrauri III, dejando el segundo para José Luis, quien en campañas anteriores también había militado en JDM.

Rodero; Elkoro, Bomba, Urrutia; Arenaza, Zubizarreta; Sagasta, Jose Carlos, Aranbarri, Larrauri I, Larrauri III

El primer partido oficial en que coincidieron los dos hermanos fue el 25 de octubre de 1965, contra el Calahorra, que llegaba a Iturripe como líder. La victoria quedó en casa, 5-1, siendo un partido del que las crónicas  cantaban alabanzas: “El Mondragón, con futbol alegre se lanzó al ataque, que ordenado por Larrauri I tenía su empuje en la media…”  Me permito a continuación describir, como lo hizo al día siguiente  Chema en “El Diario Vasco”, uno de los goles: “Se lanzaba por el Mondragón el segundo saque de esquina; lo haría Larrauri III, con remate en postura difícil de su hermano; fue el balón a Beitia que se internó en el área pequeña y en lugar de chutar a puerta centró a media altura para que Larrauri I nos ofreciera un cabezazo en plancha que hacía llegar el balón a la red” Lo he escrito tal como aparece en la crónica, porque Beitia ha solido comentar que en su opinión fue el primer y único gol de cabeza que marcó Carlos Larrauri en su larga trayectoria profesional. Aquella tarde JDM presentó el siguiente equipo: Martínez; Elkoro, Bomba, José Carlos; Arenaza, Zubizarreta; Beitia, Sagasta, Aranbarri, Larrauri I, Larrauri III.

Larrauri I (makurtuta) eta Larrauri III

El 31 de octubre JDM disputó su partido de competición en Atotxa contra el Sanse. Dos días más tarde la prensa titulaba: “El Mondragón fue superior al Sanse” Aunque el resultado final fue de empate a dos goles, los cerrajeros hicieron méritos más que sobrados para llevarse la victoria. Se puede leer en el reportaje que hizo “El Diario Vasco” el 2 de noviembre: “Gustó mucho el Mondragón. Se tenía referencia de que poseía un conjunto sólido, de buenas maneras en varios de sus jóvenes componentes, y con unos veteranos que dan solidez a sus líneas. Su línea delantera, donde destaca el jovencito Larrauri III, como asimismo el ariete Arambarri, dos promesas a los que hay que seguir su marcha, jugó mucho y bien”

JDM supo cómo jugar a aquel Sanse donde apuntaban maneras Gaztelu, Sein, Boronat y cía. Y la prensa elogiaba la labor de todo el equipo mondragonés, haciendo hincapié en la importancia que la directiva había dado a la cantera – “he ahí el mejor blasón de la enseña de los de Iturripe”- y vaticinando que en aquella temporada JDM podía llegar lejos en la competición, afirmando que “ésa es la impresión de los espectadores de Atocha, donde tanta simpatía tienen los cerrajeros, modelo de deportistas” El equipo formó con Martínez; Elkoro, Bomba, Zubizarreta; Arenaza, José Carlos; Beitia, Sagasta, Arambarri, Larrauri I, Larrauri III.

Cubierto un tercio de aquella temporada JDM ocupaba un honroso quinto puesto en la clasificación general, tras los gallitos Logroñés, Eibar, Mirandés y Calahorra. En Mondragón los aficionados estaban convencidos del potencial del equipo y los domingos Iturripe era un hervidero de público animando a sus representantes en el terreno de juego. En el capítulo de incorporaciones al once titular, a partir de noviembre de 1965 Rodero ocupó la portería, siendo quien la defendería hasta final de temporada.

Y es en el mes de diciembre cuando se da la primera noticia “bomba” de aquel año. Precisamente Chema, como corresponsal en Mondragón de “El Diario Vasco”, anunciaba el 14 de aquel mes en la página de deportes del periódico donostiarra: “El Real Madrid interesado por Larrauri III” En el desarrollo de la noticia ahondaba en detalles:

“Se celebró el día de la Inmaculada en San Mamés el partido de seleccionados entre vizcaínos y guipuzcoanos, categoría de aficionados (2)  y en la tribuna del club rojiblanco se encontraban dos enviados del Real Madrid. ¿Objetivo? Ni más ni menos que la misión de los representantes del club “merengue” era el juego de Larrauri III, un chaval de Juventud Deportiva Mondragón.

JDMen plantilla 1965-66

Ni Zárraga ni su acompañante tuvieron mucha suerte al principio del encuentro porque, sin saber los motivos, el seleccionador guipuzcoano dejó en la caseta al extremo mondragonés, colocando en su puesto a un delantero centro. Se lesionaría más tarde Goiburu y salió al cuadrilátero Larrauri III. Con el poco, poquísimo, juego que se le echó, el juvenil supo dejar constancia de su clase, y si en San Mamés, por efecto no sabemos de qué táctica preconcebida (?) no tuvo ocasión de lucirse, los pocos balones que le llegaron “in extremis” los supo jugar. A Larrauri III se le presenta mañana en Madrid una oportunidad.

Llamado por el seleccionador nacional de juveniles, el chaval viajará hoy a la capital, para ser sometido a la prueba de preselección. No cabe duda que entre los espectadores en el campo del Plus Ultra estarán los observadores madridistas con sus redes preparadas. Después de “lo” de San Mamés, deseamos mucho éxito a Javier Larrauri, en su doble confrontación. No le falta clase”

Fue, por tanto, el corresponsal local de un periódico de la capital guipuzcoana quien primero dio la noticia sobre la posible contratación de Javier Larrauri por el Real Madrid. Esto me ha hecho recordar que también fue otro corresponsal quien avisó en junio de 1931 sobre el fichaje del mondragonés Paco Armengou por el primer equipo de la capital madrileña. Armengou y Larrauri son, que yo sepa, los dos únicos representantes del futbol cerrajero que llegaron a jugar en las filas madridistas.

La llamada a la selección llegó en forma de telegrama el día 11 de diciembre de 1965, sábado. Se le convocaba para el día 14 en Madrid. Alegrón en casa de los Larrauri, pero antes estaba el partido del día siguiente contra el líder, el Logroñés, en Las Gaunas: el partido se perdió 3-2, pero Larrauri  hizo un estupendo partido. Decía la crónica del día 13 en la “Hoja del Lunes de San Sebastián”: “A los 11 minutos, Larrauri III se escapa por entre la defensa, burlando todas las salidas que se le hacen y tira a puerta, produciéndose un pequeño barullo, recogiendo él mismo la pelota y consiguiendo el primer tanto de su equipo” El otro gol de los cerrajeros fue obra de Jon Sagasta. El periodista seguía diciendo sobre el equipo que dirigía Juanito Arriaran: “Desde Rodero a Larrauri III, aquél con buenas paradas y el último con jugadas de mérito que pregonan su clase, todos rayaron a gran altura. Lo mejor que ha pasado por Logroño” Se alinearon: Rodero; Elkoro, Bomba, Urrutia; Arenaza, Zubizarreta; Sagasta, Larrauri I, José Carlos, Aranbarri y Larrauri III.

Al domingo siguiente, 21 de diciembre, endosó en Iturripe un 5-0 al Oberena, y la prensa donostiarra recalcaba que JDM había vuelto a dejar constancia de su clase.

Pero también hubo partidos en los que necesariamente hubo que prescindir de los jóvenes titulares. Uno de ellos lo disputó en Pamplona contra la Txantrea, donde se ganó, 2-3, y el corresponsal Chema, que acompañó al equipo, escribía en su crónica del 28 de diciembre: “A falta de varios titulares JDM nos ha demostrado que este año los llamados suplentes son dignos suplentes a ocupar los puestos titulares” El cronista se refería a Errarte “Kartxel” y Aranguren, que habían entrado en la alineación

Con el ecuador de la competición liguera superado, comenzó el año 1966 con un JDM muy centrado, que ya había escalado un puesto en la clasificación y peleaba por alcanzar al trío de cabeza, que no era otro que Logroñés, Eibar y Alavés. Precisamente el 9 de enero disputó el partido contra el Glorioso en Mendizorroza, en donde ya mostraron los arlequinados su alineación titular, consiguiendo un empate a cero goles. Los medios de la capital alavesa no escatimaron elogios para la formación visitante, en donde – decían- destacaba la línea delantera. Subrayaban, asimismo, que la entrada en el estadio había sido de las mejores de la temporada, con autobuses, furgonetas y coches particulares llegados desde Mondragón, haciendo que Mendizorroza pareciera más Iturripe que el estadio babazorro. Señal de que el aficionado mondragonés estaba con su equipo. Reseñar que con los alaveses se alineó el ex de JDM Pedro José Aranburuzabala.

Por su parte, la prensa donostiarra comenzó a dedicarle un poco más de espacio a narrar la trayectoria de JDM, cosa muy difícil de conseguir con un donostiacentrismo como el que se estilaba, y desgraciadamente se estila aún, no ya tan solo en el campo deportivo sino en el resto de aspectos de la vida cotidiana. Era como si, de repente, se hubieran dado cuenta de que había que contar con aquel equipo, que hasta entonces aparecía en las crónicas escritas, dicho con todo el respeto hacia ellos, tras la reseña dedicada al Sanse,  Real Unión, Touring de Rentería, Euskalduna de Andoain, Villafranca etc. Mondragón estaba muy lejos de Donostia, demasiado lejos. Valga un ejemplo: en ninguna de las crónicas dedicadas semanalmente al futbol de tercera división de aquella temporada se puede ver una sola foto del equipo mondragonés, cuando se encuentran de la mayoría de los participantes, incluso de los peores clasificados. ¿Fallo de los corresponsales locales que no enviaban fotos? Me limitaré a constatar el hecho.

En el mes de enero se da el primer contratiempo del año en la regular marcha del equipo, y se produce, precisamente, por la buena forma de uno de sus hombre más jóvenes, 18 años,  Javier Larrauri, quien tras ser sometido, como ya hemos visto,  en diciembre a ensayo por la Federación Española de Futbol  es preseleccionado para el Torneo juvenil de la UEFA a disputarse en Belgrado, con un partido amistoso previo contra Inglaterra en Londres, y ha de concentrarse en Madrid con el resto de convocados. Eran tres los que de la selección guipuzcoana daban el salto: Javier Iruretagoyena, del Real Unión, que luego tendría una extraordinaria trayectoria como futbolista; José Antonio Corcuera, del Euskalduna, quien ficharía por la Real Sociedad; y nuestro Javier Larrauri – a quien aún se le mencionaba como Larrauri III. Había un cuarto guipuzcoano seleccionado, Juan Cruz Sol, que jugaba en el Valencia.

Por cierto, como ha prescrito “el delito” lo podemos contar: cuando se recibió la llamada para esa concentración, Javier siguió la recomendación de su hermano mayor, más experimentado en esas lides, y con la complicidad de un médico arrasatearra, emparentado indirectamente con los Larrauri, se prestó a simular una repentina lesión, vendándose la pierna,  y así evitó jugar un partido con el Mondra y pudo acudir sin problemas físicos a Madrid.

Sigue la competición en el mes de enero y febrero con distintos resultados para el equipo blanquimorado. Disputa partidos, entre otros, contra el Mirandés en Iturripe, al que vence por 4-2,  y contra el Eibar en Ipurúa, donde cae derrotado por 3-1. En la alineación de JDM estaba el veterano Bomba, jugando de defensa central, quien cuatro temporadas antes había militado en el Eibar de delantero centro, y a quien el público armero aplaudió cuando saltó al campo. Hay que decir que el máximo goleador hasta entonces del equipo era el juvenil Aranbarri, aún con 17 años, quien allá donde iba dejaba una magnífica imagen de peleador y ariete certero cara a la portería contraria. En la línea medular sobresalía Sagasta, recién cumplido los 19, el hombre de las facultades físicas, quien hacía de enlace con aquella delantera que tanto asombro estaba ocasionando en los estadios donde competían.

Jesus Aranbarri,17 urterekin

Y como no podía ser de otra manera, el futbol desarrollado por Aranbarri y Sagasta tuvo muchos observadores. De ahí que nadie en Mondragón se extrañara el 30 de enero de 1966 al leer en la prensa de la capital guipuzcoana que ambos jugadores habían fichado por la Real Sociedad. La nota que aparecía en “El Diario Vasco” era:

“Por fortuna, las relaciones entre la Real Sociedad y los clubs guipuzcoanos, casi sin excepción, son en extremo inmejorables. Ayer el Mondragón dio una prueba más de ello. Desde hace ya algún tiempo se venía gestando la contratación de dos muchachos del Mondragón, sobre quienes tenían puestos sus cebos el Gijón, Indauchu y Atlético de Bilbao. Un centro delantero, Arambarri, y un interior o volante – juega indistintamente en las dos demarcaciones- Sagasta. Ayer, la buena disposición del Mondragón y el entendimiento con los muchachos llegó a cuajar en la firma de ambos por la Real Sociedad”

Una nota escueta – foto hubiera sido demasiado pedir- redactada por Iturrioz, el especialista en deportes del periódico, quien alababa las buenas relaciones entre los dos clubs. No lo hacía de manera gratuita, ya que cuatro días más tarde atacaba a otro club guipuzcoano por no haber “intercedido” ante uno de sus futbolistas para que no fichara por un club foráneo. Y decía:

“Si el domingo elogiamos como se merece esa correspondencia caballerosa del Mondragón… ahora nos duele tener que comentar otra diametralmente opuesta… Jamás podrá ser brillante el futuro de la Real Sociedad sin la imprescindible colaboración de los clubs de Guipúzcoa, su única cantera aprovechable. Y destaquemos que, afortunadamente, hay todavía una enorme diferencia entre unos clubs y otros en esas relaciones cordiales e íntimas que tan gallardamente ha puesto de relieve el Mondragón en fecha reciente”

Desconozco si el periodista donostiarra estaba al tanto de que en el lote que la Real Sociedad quería llevarse para la capital también estaba incluido Larrauri. Jose Maria Etxaniz, secretario-gerente del club donostiarra, se entrevistó en Mondragón con el padre del futbolista. Pero sucedió que la Real Sociedad tenía una deuda bastante elevada para la fecha con Carlos Larrauri, ex realista, y la familia Larrauri argumentó que mientras no se cancelara aquélla la pretensión de llevarse al hermano menor no era de recibo.

Aun a fichar por la Real Sociedad, Aranbarri y Sagasta pudieron seguir disputando partidos con JDM hasta el final de la temporada.  La competición seguía su curso y los buenos resultados iban consolidando al equipo en el cuarto puesto de la tabla. Y la prensa donostiarra comenzaba a reconocer que el equipo cerrajero era la verdadera sorpresa de la temporada, ya que partido tras partido, fuera con la formación titular o con suplentes de auténtica valía, JDM daba espectáculo futbolístico. El grupo, capitaneado en casi todos los partidos por el medio Arenaza, era garantía de calidad.

Jesus Aranbarri, Gipuzkoako selekzioarekin

Y en febrero de 1966 razones ajenas volvieron a influir en la conjunción del equipo, ya que Aranbarri y Larrauri volvieron a ser convocados por la Federación Guipuzcoana de Futbol para la formación del seleccionado provincial de la categoría. Se trataba de un campeonato con selecciones de Bizkaia, Cataluña, Aragón, Levante. El primer partido lo disputaron en Atotxa el 19 de febrero contra Aragón, venciendo los seleccionados de Gipuzkoa por 3-0, siendo dos de ellos del delantero centro mondragonés, que fue destacado por la prensa junto a Larrauri, Iruretagoyena y Corcuera. El equipo quedó concentrado para disputar el resto de partidos, y resultó que el goleador Aranbarri, entrenando en el campo auxiliar de Anoeta, tuvo que ser hospitalizado al recibir un fuerte golpe contra la valla del recinto. Como consecuencia de ello no pudo disputar el segundo encuentro de aquel campeonato, que tuvo lugar en San Mamés, contra la selección de Bizkaia.

Aquel torneo duró hasta el mes de mayo, por lo que JDM no pudo contar con sus dos chavales en todo el tiempo que restaba para concluir la temporada. Así que el equipo tuvo que echar mano de sus reservas – por primera vez apareció en la alineación el defensa Yarza-  y con gran entusiasmo por parte de todos supieron y pudieron mantener el cuarto puesto en la clasificación.

Voy a volver a los dos seleccionados juveniles arrasatearras, que desde febrero no volvieron a aparecer en las alineaciones de JDM. Hemos visto que Aranbarri se había lesionado, por lo que no pudo alinearse contra Bizkaia en San Mamés, 2-1 para los locales, donde sí lo hizo Larrauri. Y tal era el nivel de juego del mondragonés que hasta en “El Diario Vasco” le dedicaron una foto ante el siguiente partido que se jugó en Ipurúa el 13 de marzo contra Navarra,  ganando Gipuzkoa por 6-1, con juego destacado del representante cerrajero. No todo iban a ser buenas noticias para Larrauri, ya que el día 16 se hizo pública la lista de seleccionados estatales para disputar el partido amistoso de Londres contra Inglaterra, y en ella no aparecía el joven futbolista de JDM. Sí lo hacían, sin embargo, sus compañeros en la selección de Gipuzkoa, Iruretagoyena y Corcuera.

Siguió disputando Gipuzkoa encuentros del campeonato estatal de juveniles, y el siguiente lo hizo en Aragón el 19 de marzo contra el representante de aquella región. Reapareció Aranbarri, quien con Larrauri destacaron en el encuentro que terminó con empate a un gol. Decía la prensa aragonesa sobre el partido: “Mejor la delantera, de mucha capacidad, que no tuvo suerte… Gustó la clase de Larrauri, aunque pareció jugador de escaso temperamento” El 3 de abril se enfrentaron a Bizkaia en Atotxa, perdiendo 0-1. Y siete días más tarde ganaron a Cataluña 2-1. Tras eliminar a Cataluña, en partido de desempate donde no jugó Larrauri, la selección de Gipuzkoa se clasificó para las semifinales de aquel Campeonato de España.

El primer partido de la semifinal lo disputó Gipuzkoa contra la selección de Levante en Mestalla, el 24 de abril. En aquel equipo levantino figuraba el elgoibartarra Sol, que se distinguió en el citado partido. Ganaron los levantinos 5-1, alineándose Aranbarri pero no Larrauri. Y el partido de vuelta se disputó en Iturripe el 1 de mayo. Quiero transcribir lo que el corresponsal Chema de “El Diario Vasco” escribió sobre el encuentro, el mismo día 1, y dos días más tarde:

“¿Que hará la selección guipuzcoana? Hemos hablado con dos de sus jugadores, Larrauri y Arambarri, quienes confían en un triunfo, pero ¿suficiente? Todo depende de esos dos goles que les hace falta conseguir en el primer tiempo; de ser así, habrá muchas probabilidades durante los restantes cuarenta minutos… Pero tengan en cuenta los jugadores guipuzcoanos que Mondragón, sus aficionados balompédicos, se harán acreedores a la confianza que ha depositado la Federación para la organización de esta semifinal. Y que en los graderíos encontrarán en todo momento el apoyo necesario para triunfar en la dura empresa, cual es remontar el tanteo del 5-1”

Aranbarri eta Larrauri, Iturripen, 1966ko maiatzaren 1ean, Gipuzkoako Selekzioarekin

Y efectivamente hubo apoyo del público. No se alineó con los visitantes Sol, por disputar aquel mismo día partido de Copa con su equipo el Valencia, contra el Atlético de Madrid. El partido de Iturripe lo ganó el equipo de Gipuzkoa por 3-0… pero no pudo clasificarse para la final. Chema escribía en su crónica:

“… Se juegan los últimos segundos de esta primera parte cuando Arambarri de cabeza conseguía deshacer el marcador en Iturripe… En el segundo tiempo cambió por completo el hacer de los guipuzcoanos… Larrauri (minuto seis) tiraba muy fuerte a gol y el meta valenciano se lucía desviando a corner. Dos minutos más tarde Arambarri tira alto; poco después chut de Larrauri y el balón se pasea por la línea de meta sin encontrar rematador… Llegó en el minuto doce el segundo gol. Se inicia en Arambarri, desmarcado, en la posición teórica de extremo derecho; el centro del ariete lo recoge Corcuera en pugna con el portero, falla el meta y el balón va a los pies de Larrauri, que después de prepararse lanza un gran tiro que se cuela en la red, pegando primero en el larguero”

Con un tercer gol a favor del equipo de Gipuzkoa concluyó aquel partido, y la participación de los dos juveniles mondragoneses en el campeonato. A partir de aquel día Larrauri y Aranbarri no volverían a coincidir en ninguna otra alineación, aunque sí serían contrarios. Cada uno iba a tomar caminos diferentes en sus carreras deportivas.

Y no coincidirían, en primer lugar porque la liga había concluido para entonces, con JDM clasificado en un honrosísimo cuarto lugar, tras Logroñés, Eibar y Alavés. Los dos primeros jugarían la liguilla de ascenso a segunda división, consiguiendo el objetivo los riojanos. No así el Eibar que por enésima vez quedaba a las puertas de la categoría de plata.

En uno de los partidos en que faltaron Larrauri y Aranbarri, debutó en la escuadra cerrajera un nuevo futbolista, Juaristi. Y el 17 de abril fue el último partido que disputó en aquella temporada JDM, contra el Txantrea, finalizando el encuentro sin goles. La formación cerrajera en aquella tarde se compuso de: Rodero; Elkoro, Bomba, Zubizarreta; Arenaza, Errarte; Beitia, Sagasta, Urrutia, José Carlos y Uribesalgo. El cuarto puesto en la tabla se consiguió con un total de 33 puntos y tres positivos, tras treinta partidos disputados, de los cuales 12 se ganaron y el mismo número, 9, para los perdidos y los empatados. El Logroñés se proclamó campeón con 44 puntos y 14 positivos.

La Sociedad Recreativa Udalpe tenía asignado el  trofeo “El Correo Español-El Pueblo Vasco” al mejor jugador de la temporada, y quien se lo llevó fue el portero Rodero, seguido de Bomba y Aranbarri. Por su parte, el bar Udalaitz también calificaba a los futbolistas cerrajeros tras los partidos, y al fin del campeonato el mejor clasificado fue Bomba y a continuación Rodero y Sagasta.

Para quien no concluyó la temporada fue para el joven Larrauri, quien cinco días después del partido de Iturripe contra la selección levantina recibió la llamada del seleccionador estatal juvenil para concentrarse en Madrid a preparar el torneo internacional de la UEFA que en Belgrado comenzaba el 19 de aquel mes. Javier iba acompañado de otro compañero de la selección de Gipuzkoa, el eibarrés Argoitia. El combinado estatal llegó a las semifinales, tras ser primero de su grupo, precediendo a Escocia, Alemania Occidental y Holanda. Javier Larrauri jugó el partido contra Holanda, ganando por 2-1, y siendo el autor de las dos asistencias en los goles de su equipo. En la siguiente fase cayó ante Italia. Suele decir Javier que fue en aquel campeonato cuando entendió que su vida podía enfocarla profesionalmente a través del fútbol.


Había definitivamente concluido la temporada 1965-66 para todo el equipo que componía JDM. Era hora de mirar hacia otros objetivos, y precisamente era en lo que estaba trabajando un grupo de mondragoneses,  y que se plasmaría en la conformación de un nuevo club. Para ello hay que recordar lo comentado al comienzo sobre las aguas no muy claras que desde hace unos años bajaban en el seno de JDM. Y fue el 1 de junio que se concretó la creación de  Mondragón Club de Fútbol, que comenzó a tener vida propia desde aquel mismo día.

Se celebró en el Cine Gurea una asamblea extraordinaria de JDM que tenía como punto del orden del día la posible separación de la sección de fútbol, y dar paso a un nuevo ente ajeno a JDM. El 94% de los socios estuvo de acuerdo con la medida, y allí mismo fueron elegidos como presidente y vicepresidente de Mondragón Club de Fútbol quienes hasta entonces habían sido los representantes del fútbol en la junta rectora de JDM, José Martínez de Ubago y Juan Mari Lasagabaster.

Y desde ya se comenzó a preparar la siguiente campaña, 1966-67. Pero esa es otra historia que se escapa al objetivo de este pequeño trabajo.

Argazkiak: JMVM, Jose Ignazio Zaitegi

(2) Se trataba de juveniles, en partido de observación por parte de los responsables, cara a formar la selección estatal.

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