XIX.ak Arrasate nahiko egoera txarrean hartu
zuen, industriaren beherakada nabarmenarekin eta aurreko mendeetan bizi
izandako ontasun erlatibora nola itzul zitekeen asmatu nahian. Baziren
ahaleginak, laster lehen fruituak – apalak, artean- emango zituztenak. Baina ez
da egia txikiagoa, XIX.ak oso garai latzak ekarriko zituela Arrasatera, Euskal
Herri osora bezala. Frantsesak iristear zeuden eta horiexek izango ziren
arrasatear gizartearen une larri askoren eragile zuzenak.
Baina giza kolektibo txiki hartan
nolabaiteko ordena jarri nahian ari ziren udal agintariak. Horrela 1807an
orduko alkateak udal aginduak aldarrikatu zituen. Ikusiko dugun bezala, uneko
moralaren ispilua dira. Eliza-ordenamendu eta gobernu zibilaren arteko marra
non zegoen ezin daiteke asmatu. Normala, oso, herritar arrunt eta gizagaixoaren
lurreko kalamitate guztiak zeruaren sariarekin gaindituko zirela predikatzen
zen testuinguru hartan.
Bi zatitan emango ditut agindu horiek.
Patxadaz irakurtzea aholkatzen dut, bi arrazoirengatik: alde batetik,
ortografia oraingo erara aldatu badut ere, XIX.ko estiloan daude idatzita; eta bestetik, arrasatear gizartearen erradiografia
interesgarria ematen dute.
“El señor don Thomas de Tellería, alcalde y
juez ordinario por su Majestad (que Dios guarde) de esta villa de Mondragón y su
jurisdicción, dijo que en cumplimiento de los primeros deberes de su empleo
mira con la obligación precisa de que todos sus súbditos vecinos y moradores de
la villa y su partido tengan el mayor cuidado en la observación de esta
providencia de buen gobierno dictada con el justo objeto de que obedezcan, como
corresponde, las Leyes del reino, y que para este efecto guarden las
prevenciones y artículos siguientes:
1º Que los padres de familia envíen a sus
hijos a la escuela y a las hijas a la maestra, sin permitir de modo alguno que
anden ociosos por la calle y sin disimularles la menor resistencia en esta
parte.
2º Que cuando lleguen a edad competente
pongan a sus hijos a aprender oficio y si lo rehúsan den cuenta inmediatamente al señor Alcalde
para destinarles al Real Servicio, o para tomar sobre ellos las providencias
necesarias, y que a las hijas las pongan a servir cuando careciesen de medios
suficientes para mantenerlas en sus propias casas.
3º Que por cuanto hay casados que no hacen
vida según las obligaciones de su estado, se presenten ante dicho Señor Alcalde
y curas párrocos dentro del término preciso y perentorio de tercero día de la
publicación de este auto a dar las causas de su separación.
4º Que todas las mujeres casadas que tienen a
sus maridos con residencia en otros pueblos, vayan a vivir con ellos dentro del
propio término de tercero día de dicha publicación sin excusa y se las impondrá
el debido castigo en el caso de que vuelvan sin motivo justo y legítimo.
5º Que todos los que no son de esta villa y
se han avecindado y tomado residencia en ella se presenten ante dicho Señor
Alcalde dentro del término citado de tercero día a dar razón de sus personas,
familia, estado y oficio y motivo de su establecimiento.
6º Que siempre que llegue alguna persona o familia a esta dicha villa a
fijar residencia, el dueño de la casa a donde entrase o en donde se alojase dé
cuenta al Señor Alcalde y si no lo
hiciese así será tratado con rigor.
Arrasate, XVIII.aren amaieran |
7º Que en ninguna casa se juegue ni admita el juego de Birbis ni otro alguno de envite
y azar con motivo de ferias ni otro pretexto, y a los que lo contrario hicieren
se les castigará sin remedio con las penas y multas establecidas por las Reales
órdenes del asunto.
8º Que por cuanto se nota un desórden grande en las danzas de la Plaza, es
muy debido el tomar prontamente su remedio, y por lo tanto se previene que
cualquiera que se ponga a bailes y diése algún golpe a la persona que llevare
de la mano o hiciese con ella alguna demostración de indecencia será arrestado
a la cárcel. Pero no por esto se prohiben otras Danzas, con tal de que se hagan
y concluyan con modestia y decencia haciendo uso de pañuelos en lugar de asirse
de las manos y excusará el tamborilero bajo la pena también de ser arrestado, y
de las demás arbitrarias que haya lugar, el toque que se llama korri-korrika al fin de las
danzas, ni el fandango”
Udal agiriek balio dute arrasatear gizarte haren
etnografia egiteko ere. Horra hor, korri-korrika deiturikoa, ziurrenik gure
gaztaroan jotzen zuten atalataikoa-ren
antzerakoa. Zein izango zen birbis izeneko jokoa?